
Martirio.
Algunas veces, y cada vez más a menudo, me entristezco viendo en lo que se han convertido algunos partidos políticos desde que llegó la democracia.
Cuarenta años de dictadura, cuarenta años de lucha obrera para conseguir unos cuantos derechos. Cuarenta años manteniendo un pulso donde lo que más se añoraba y por lo que más se sufría era por la libertad. Años de clandestinidad, de estancias en cárceles, de camaradería, de gente con principios, de valientes, de sufrimientos … Cuarenta años para, en unos cuantos más, emborronarlo todo y pasarse, los herederos de todo ese legado, a repartirse el dinero público para juergas, drogas y prostitución. Si los que sufrieron la represión de la dictadura franquista levantaran la cabeza o se morían otra vez o hacían mesa limpia.
Son numerosos los casos. Entre los más sonados los ERE de Andalucía y, ahora, uno nuevo que amenaza con bastantes dolores de cabeza y no es otro que el del Tito Berni.
Es lastimoso que se haya luchado y se haya perdido y sufrido tanto en el camino, para que ahora lleguen unos “señoritos aprovechaos hartos de comer” y manchen de esta manera la labor tan noble que sus antecesores tuvieron que hacer durante cuarenta años.
Pero es que, además, hay fotos y pruebas de todo y se atreven a salir en los medios de comunicación desmintiéndolo todo con una desfachatez infinita.
Ya veremos en qué queda todo esto pero, mucho me temo que, a lo sumo, unos cuantos años, pocos seguro, de cárcel para el más tonto del grupo y vamos “palante”.
Me da mucha pena, de verdad, y me cabrea.