Las tardes van alargando los días que cada jornada son más luminosos y para ello el reloj ayuda. En las calles se perciben olores por doquier, el azahar se muestra espléndido en los naranjos de la Avenida, en el Llano de la Cruz o en la Cuesta de Jesús y a la vez dejan caer su olor inconfundible; por alguna esquina nos llega el aroma del incienso que demuestra que esto está aquí en breve y el sonido de las bandas ensayando sus marchas procesionales delatan que estamos en las vísperas de los días soñados.
El pasado sábado el Pregón dio el aldabonazo a la puerta de nuestros corazones y las emociones se dispusieron para aflorar de nuevo con las vivencias que, no por reiteradas, volverán a agitar los adentros del alma cofrade. Todo es gozo ya sabiendo que en apenas dos amaneceres volverán las palmas a las calles del Jerusalén aguilarense para anunciar entre hosannas la llegada del Rey de reyes.
Casi todo está ya preparado, casi todo está ya puesto en su lugar antes de que llegue ese día de cada uno de nosotros tan esperado, para salir con nuestra hermandad, para disfrutar de las cofradías en la calle o simplemente verlas desde un televisor si no es posible salir a la calle. Hemos superado ya el quinto fin de semana cuaresmal recortando hojas de los calendarios, y observamos que hoja a hoja queda menos.
Queda menos para disfrutar de los momentos que nos dejará la Semana Santa del 2023 regocijándonos con cada uno de los pasos y procesiones. Se palpa en el ambiente y en nuestros corazones, esto está aquí ya y el viernes se dará el primer aldabonazo para que se abran las puertas de las distintas parroquias e iglesias con las salidas procesionales de sus hermandades.
Desgraciadamente, la Semana Santa del 2023 puede ser también la que marque el inicio de un periodo de declive y crisis en la celebración pasionista en nuestro pueblo si, tal como todo apunta, una cofradía -la de la Virgen de las Angustias- se queda encerrada por falta de costaleros. Un hecho que debe hacernos recapacitar sobre algunas de las amenazas que se ciernen y ensombrecen el futuro de esta tradicional fiesta religiosa.
