En la actualidad se hace necesario saber recordar con respeto para que a nosotros nos recuerden de la misma forma. Cada uno somos fruto de nuestro tiempo, de la Semana Santa que vivimos, que conocimos primero y que por convencimiento nos unimos a ella.
Así, nos remontamos cincuenta años atrás para contemplar en esta bonita instantánea los jóvenes que, rompiendo tendencias, consiguieron erradicar de la Semana Santa de Aguilar los antiestéticos carretones que afeaban los desfiles procesionales, o en el caso que nos ocupa, evitaron que pasos como el de la Virgen de la Amargura se viesen sometidos al artilugio mecánico con ruedas.