
Construyó su nido en lo alto de la Torre del Reloj, un hermoso lugar desde el que puede observar las calles del pueblo, y tan contenta estaba que empezó a cantar. Es una preciosa cigüeña de suaves plumas blancas con ligeros toques de negro. Su pico largo y colorado y sus patas tan largas que, cuando se pone de pie en el nido, se puede ver desde todos los rincones de Aguilar.
Le gusta mucho cantar y bailar y cerca de la Torre del Reloj hay una academia de música a la que ella sueña con bajar y aprender a bailar ballet. No es raro verla en lo alto del nido mover sus largas patas al ritmo de la música que sale de la academia.
Todas las tardes recibe la visita de sus amigas que vienen a volar con ella al ritmo del baile que toca la banda de música en sus ensayos, y para ello han inventado una danza propia: la danza de las cigüeñas.