Miraba y miraba al cielo tratando de imaginar el tamaño de las nubes, sus colores azules y blancos, y poder demostrar que tras ellas se enconden mil historias de sueños y anhelos de quienes mirando al cielo no dejan de luchar día tras día. Sus vivencias te harían reír y llorar, te llevarían a reflexionar sobre la vida y te sacarían una bonita sonrisa.
Y en ese cosmos añil dibujado bajo celajes de primavera, un paisaje urbano coronado por la más alta de las torres del pueblo marcando el centro de mi universo: AGUILAR DE LA FRONTERA.
Fotografía de Manuel Llamas León.