Hasta 1989, tal día como hoy, Jueves del Corpus, se celebraba la tradicional procesión de la Custodia en la que destacaba la larga comitiva de niños y niñas vistiendo sus trajes de comunión, que como elemento sujeto a los vaivenes de la moda ha cambiado considerablemente con respecto a los que lucen los niños en la actualidad, sobre todo en el caso de las niñas.
Tal como podemos apreciar en esta fotografía correspondiente a los años setenta de la pasada centuria, en la hilera de comulgantes aparecen mayoritariamente niñas que presentaban un variado muestrario de vestidos entre los que se contemplan los de corte clásico, algunos con reminiscencias a otros más antiguos, y algún ejemplar más moderno, que se identifica sobre todo porque ya no presentaba el tradicional tocado de cabeza sino una pamela o sombrero.
Hay que recordar que en el ámbito de la vestimenta, la primera comunión es una tradición que comienza a principios del S. XX. Al reducirse la edad para comulgar por primera vez, después de un periodo de catequesis. El simbolismo de la representación de pureza en las niñas se inicia a partir del siglo XIX, cuando al igual que en una ceremonia nupcial el vestido es símbolo de virginidad en este caso el blanco que representa pureza. Los chicos tomaban la comunión normalmente vistiendo trajes oscuros con un brazalete blanco, aun no se había instaurado la costumbre de vestirlos de marineritos.
A principio del S. XX la ropa que se usa en las clases adineradas suelen ser más especiales, a las niñas les ponen velos, porque es un acto social, en las clases humildes es un día especial pero solo se puede usar la ropa de los domingos.
En los años 40 comienza a cambiar el estilo, se ponen de moda entre los 40 y los 60 los que ahora llamamos clásicos vestidos de jaretas de las niñas. En la década de los 60, España comienza a tener una mejor economía, hecho que influye en las comuniones. La Primera Comunión comienza a celebrarse con la familia, se inicia la costumbre de los convites. Los vestidos, siguen siendo sencillos para la mayor parte de la población, sí dejaban claro que el día de la Primera Comunión era ya un acto de importancia social, dándole más importancia al tocado: diademas, velos, capotas.
En los años 80 del S.XX se amplía a otros colores como los cremas, celestes o rosa, creándose un área de la industria de la moda dedicada a la creación de colecciones de comuniones.