
En una tarde de calor tórrido, víspera de la festividad religiosa que la iglesia dedica a los Mártires de Damasco en el día 10 de julio, la asociación religiosa del Beato Nicolás María Alberca ha celebrado la procesión anual con la imagen del fraile franciscano aguilarense que fue asesinado en la noche del 9 al 10 de julio de 1860, en Damasco, por los drusos musulmanes.
Beatificado por el papa Pío XI el 10 de octubre de 1926, desde entonces se recuerda su memoria perpetuada en la efigie que se sitúa en el altar de la antigua capilla Real del templo parroquial, a la que se le ha consagrado un Triduo que precede a la salida procesional.
Las altas temperaturas han llevado a que la presencia de personas en el cortejo y en la calle sea menor al de otros años, aunque sí ha estado arropada la imagen por un grupo de devotos que lo han acompañado en todo el recorrido, del que destaca siempre la llegada a la casa que habitaba cuando partió para la capital de Siria, ubicada en la antigua calle Pintada, actual Nicolás Alberca.
El acompañamiento musical de la procesión ha corrido por cuenta de la Banda Municipal de Música.


