
Las figuras del jeringueo o jeringuera han sido siempre de las más populares en las poblaciones rurales, donde, estos artesanos de la masa y el aceite, eran por lo general, además, muy buenas personas. Tanto que cada generación podría identificar su infancia o juventud vinculada al nombre del jeringuero de su barrio o del pueblo.
En Aguilar ha habido y hay muy buenos expertos en este maestría, y muchos de ellos son recordados con cariño por quienes fueron asiduos a sus “heringos”, o simplemente constituyeron el referente de lugares del pueblo o tiempos vividos en esas calles o barrios donde discurrieron los años más felices de nuestras vidas.
En Imágenes Vividas recordamos hoy al gremio de jeringueros con esta bonita instantánea de Trinidad, conocida como la Concha, y Joaquín, que ejercieron este bonito oficio primeramente en un puesto instalado al principio de la calle Ancha ( cuando aún se calentaba el aceite con leña), y posteriormente en el kiosco, que aun se conserva, del Llano de la Cruz.