
Rafa Pino.
Lo del beso ya se hace pesado, y por aquí ya hemos visto y leído muchas opiniones para todos los gustos.
Podéis reflexionar todo cuanto queráis, pero la verdad es solo una. En este país nuestro, y viniendo de dónde venimos; la mujer ha sido siempre la secundaria, la señora de cualquier casa a la vista de la gente. La puta en la cama, la que era el complemento perfecto para parir y criar. La cornuda, en su mayoría porque eran madres y tenían que aguantar por sus hijos, la amante olvidada, esa que, viviendo como la otra, tuvo que resignarse con las sobras. La única y auténtica burra de carga, esa que se levantaba la primera, cocinar, planchar, lavar, tender, cuidar a los hijos, lavarlos, vestirlos y acostar los, se acostaba y dormía la última, esa que dio sus mejores años de vida y juventud al cuidado de sus hijos, su esposo y sus mayores. La obediente para todo y para todos, tanto en casa como en muchos trabajos. La sumisa ante el miedo al qué dirán, a la represión del macho valiente contra ella en la casa y del mierda cuando estaba en los bares, al amparo y cobijo de los que pensaban como él, y que casi siempre eran la mayoría. En la calle, donde el que más y el que menos, la desnudaba y la volaba con la mirada.
En todos los tiempos ha habido mujeres valientes, pero por una u otra circunstancia, callaban, o si tenían suerte, les tocaba un compañero de viaje bueno y honrado como ella; en ese caso todo era de color de rosa.
Ese puto machismo rancio y tóxico es también, “Marca España”.
Me dan igual aquellos que piensen lo contrario de esto, más de cuatro, cuarenta o cuatrocientos mil hombres. Hay muchos hombres que no saben si quiera, ni el significado de la palabra feminismo.
Hay cosas de sentido común pero no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, sobre todo cuando no les gusta oír la realidad.
Por eso las están matando como moscas, porque se revelan, porque no quieren seguir aguantando, porque están hartas de tanto hijo de puta maltratador, o quizás, porque están hasta el coño de ser consideradas personas de segunda categoría.
Por eso las llaman feminazis, tanto hombres como algunas mujeres que dicen no identificarse con ellas; estas últimas, porque igual no han sufrido nunca ningún tipo de violencia o simplemente, viven otra realidad paralela a la de las que estas odian tanto.
Las mujeres no necesitan que nadie las defienda, y mucho menos yo, saben defenderse por sí mismas; a ellas les sobran cojones para conseguir todo lo que se propongan.
Lo del beso de Rubiales es inaceptable. Un personaje que ocupa un cargo de responsabilidad y representación como el que ocupa este berzotas, no puede ni debe comportarse de esta manera tan indigna y de poca categoría. Ni pico ni mierda, rezuma machismo a borbotones, lo quiera reconocer o no. Y aquel que lo defiende y tira por tierra a la chavala, que se lo haga mirar. Él, aprovechó la situación y el momento de euforia, para precisamente, aprovecharse de ella, quien sabe si por narcisismo puro, porque era el puto amo, o porque era el jefe supremo. Cuando besas a alguien en contra de su voluntad aprovechando tu posición de poder, eso es agresión, te guste o no te guste. PUNTO.
MI REFLEXIÓN
Antes callaban por qué la sociedad machista en la que vivían les impedía el poder abrir la boca, y ahora que protestan y no se callan ante las injusticias, el puto machismo de mierda quiere seguir teniendo su cuota de poder porque se siente desamparado y ninguneado.
SIGNIFICADO DE LA PALABRA FEMINISMO
Doctrina y movimiento político y social, que pide para la mujer el reconocimiento de las mismas capacidades y derechos que para el hombre.
Yo creo que tampoco piden la luna, aunque haya hombres y mujeres que piensen que sí.
HOME POR FAVO.