Uno de los mejores planes del verano era pasar las calurosas noches bailando en una verbena los éxitos de toda la vida junto a nuestros amigos hasta que llegaba el amanecer. Las orquestas se encargaban de amenizar las fiestas de la mayoría de las localidades y su repertorio suele ser de lo más variopinto para contentar al público de todas las edades y gustos musicales posibles.
Orquetas locales que divertían al personal en los saraos y también en las bodas y bautizos o cualquier otro evento familiar, y que, generalmente, se constituían por personas de la localidad pertenecientes a las estudiantinas, centros filarmónicos o bandas de música. En los años de posguerra hubo una que se denominó “Orquesta el Tomate”, cuyos componentes aparecen en esta bonita fotografía capturada en una actuación de la misma en las huertas de Zoñar.