Hace mucho pensaba que todos los seres humanos en el fondo somos buenos, y que son los intereses quienes determinan la acciones que tenemos en la vida. Pero me equivoqué. He comprobado que existen seres perversos que hacen daño sin miramiento ni justificación, si es que existe algo que pueda justificar la maldad.

Hace mucho que deje de creer en que todos seríamos felices y comeríamos perdices, dejé de creer en el cuento de las buenas intenciones y el amor fraterno. Ahora soy de quienes dicen que los cuentos para quienes se los crean.

Hace mucho que lloré viendo a Marco y su pobre mamá, como lloré como una magdalena cuando separaron a Heidi de su abuelito y también lloré cuando Bambi perdió a su madre, pero ya ni esos cuentos creo.

Hace mucho que me di cuenta que hay Cenicientas que no son nada buenas, ni las madrastras tan malas, ni las Caperucitas eran tan inocentes, ni los lobos tan lobos, todo no es como nos quieran contar el cuento.

Hace mucho que dejé de creer en todos los cuentos, en el único cuento que jamás dejé de creer fue en el de los Reyes Magos, en ellos sí creo, porque los he visto hacer magia este 5 de enero del 2024 recorriendo las calles de nuestro pueblo en una multitudinaria cabalgata. En ellos creeré siempre porque sé que ellos lo consiguen todo, hasta desenmascarar a la malvada que había planeado quitarles a los niños de Aguilar la ilusión de los Reyes Magos. No doy su nombre, porque entonces sería tan malvada como ella ha sido.

!Ah¡ y no es la de los famosos audios de wasap. A esa la conoce ya todo el pueblo.

Yo aún creo en la noche más bonita del año.

Felices Reyes, no dejéis de soñar cosas buenas que los sueños se cumplen.

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