“El atardecer eterno” podría ser el título de esta impresionante captura fotográfica que muestra la situación de privilegio que tiene Aguilar de la Frontera para disfrutar del perfil inconfundible de la villa campiñesa, cabecera de la casa señorial de los Fernández de Córdoba y marquesado de Priego.
Imponente mural sobre el espacio infinito de la tarde que tiene su punto más bello en los meses en los que la luz primaveral se cuela entre el celaje de las nubes borrascosas de verano, principalmente en el mes de julio al atardecer. Desde la atalaya del cerro de San Cristóbal o cerro de Poca Paja, junto a los depósitos del agua, día a día la contemplación de la puesta de sol sobre Aguilar es un espectáculo incomparable.
Y nos permite sacar fotografías únicas, llenas de luz y belleza en su concepto de ciudad eterna en el tiempo y en la vida de sus habitantes. Mirándola desde fuera encontramos su interior como un sueño sujeto a su memoria.
Autor de la Fotografía: Manuel Castro Aguilar-Tablada.