Tercer día de una Semana Santa de Aguilar pasada por agua, tercer día en el que el mundo cofrade de la localidad no deja de mirar al cielo y de consultar una y otra vez las predicciones meteorológicas, que auguran lluvia, frío y viento.
Con esta incertidumbre la cofradía del Martes Santo vivió la mañana y la tarde, y a la hora de la salida se vio obligada a retrasarla con la esperanza de que se asegurase un poco más el riesgo de lluvia. Aun así se decidió realizar la salida procesional y sobre las 9 de la noche se abrieron las puertas de la Vera Cruz y se inició el desfile.
Como en los últimos años, la cofradía presentaba importantes estrenos, ya que se han incorporado nuevas figuras al misterio del Ecce-Homo y el palio de la Virgen de los Desamparados estrenaba la candelería.
Un buen acompañamiento musical en ambos pasos enalteció en gran medida un recorrido en el que el público no faltó a pesar de que el ambiente de frío y viento deslució mucho la jornada procesional. Resaltar el trabajo de las dos cuadrillas de costaleros y costaleras que con su buen hacer ayudaron también a engrandecer una estación de penitencia con unas condiciones tan adversas.
Con todo, la cofradía completó su recorrido aunque reduciendo del mismo la subida del paso de Jesús Preso hasta la jefatura de la Policía Local, como es costumbre, para acelerar más el paso y cumplir con el horario de recogida que se produjo sobre la una de la madrugada.
