Con el auge que alcanzó la fotografía a mediados de los años setenta y la década de los ochenta, son muchas las instantáneas que muestran a grupos de jóvenes del pueblo, que, por regla general, se unían en función de la zona geográfica o barrio donde crecieron, ya que las pandillas de amigos se conformaban generalmente con los nacidos en el entorno de las calles aledañas a la de cada uno.
Fueron esos tiempos de cambios y utopías, pues los años setenta signaron el comienzo de un futuro tumultuoso. Jóvenes llenos de inquietudes. La idea de la revolución cobró forma concreta en las ciudades y también en los pueblos, y la idea de rebelión contra el mundo de los adultos, se imponía.
Los cambios sociales y personales era la meta a cumplir, a la que muchos aspiraban llegar, y la rebelión uno de los itinerarios posibles. Época de gran efervescencia y creatividad. Los jóvenes manifestaron su rebeldía en los libros, las revistas, las películas, canciones, y también en la moda de vestir, en el pelo y peinados, etc.
La foto que mostramos nos remite a lo antes dicho, con un grupo o pandilla de jóvenes que tenían como lazo de unión el hecho identitario de haber nacido y crecido en el Barrio Bajo de Aguilar.