
El pasado, que está a la vuelta de la esquina en cualquier fotografía olvidada en alguna caja de lata o álbum familiar, se nos hace presente cuando contemplamos estas añejas instantáneas, en blanco y negro, que recogen la vida de las mujeres del barrio ( Casas Viejas) donde nacimos y nos criamos al amparo de nuestras madres y esas vecinas que ya solo viven en el recuerdo, pero que han sido referente durante toda nuestra vida.
Y ellas, que fueron protagonistas de esa etapa tan importante de nuestro existir, se hacen visibles en estos documentos gráficos que emocionan al contemplarlos, pues, en ellos podemos reconocer el mérito que tuvieron esas heroínas de lo diario que nunca recibieron medallas ni halagos.
Con estas fotos podemos ver más allá, y ver en su resignación toda una lección de vida. Nacieron en una época que las ignoró y, aun así, supieron adaptarse a una realidad sórdida y ciega que nos las veía. Ellas son el mejor ejemplo de que cada mujer es única y extraordinaria.