Martirio.
Hoy ando dándole vueltas a un hecho que aconteció hace unos días. En la placilla del Carmen amaneció panzarriba uno de los bancos de granito. Está claro que tal hecho no es atribuible a ningún milagro de ninguno de los Santos que conviven en la iglesia. Más bien parecía obra de unos cuantos chavales, lo menos 5 o 6, que les pareció que, a ese banco en concreto, debían de darle la vuelta porque así estaba más bonito o, simplemente, querían demostrar lo fuertes y varoniles que eran. La razón exacta no la sé, sólo la pueden saber ellos o ellas, porque ¿por qué no ellas o elles? Que hoy en día con el empoderamiento están cambiando mucho las cosas, ¿o no? Lo que pasa es que por el modus operandi y conociendo la idiosincrasia de cada uno de los géneros más bien parece obra de ellos.
Una vez teniendo claro eso me asalta otra duda: ¿quién es el verdadero culpable de tal acto? Estoy segura de que habrá opiniones para todos los gustos. Me imagino que habrá una coincidencia general en que los culpables son los chavales que han procedido al acto en sí. Pero seguro que más de uno buscará o al menos dejará caer que hay más culpables. Habrá quien le eche la culpa al Ayuntamiento porque el Ayuntamiento tiene la culpa de “to”, y punto. Habrá quien culpe a los municipales porque no estaban cumpliendo con su obligación que no es otra que la de estar, como Dios, en todas partes. Otros, le echarán la culpa hasta a Sánchez. Y vosotros diréis: ¿Sánchez? Os explico. Sánchez tiene, para muchos, la culpa de todo porque está trayendo a España (una, grande y libre) todos los delincuentes de todos los países, está dando libertades junto a sus socios de Podemos y Sumar y esto se está convirtiendo en libertinaje, en la Sodoma y Gomorra de Europa. Hasta aquí algunas de las opiniones que he escuchado en estos días.
Pues sí señores. Y todo por un simple banco que estaba tan tranquilo y una noche llegaron 5 o 6 tontos y quisieron demostrar que, incluso mamados, eran capaces de darle la vuelta a un banco de granito. ¡Gran proeza! Me pregunto si serán tan buenos en otras disciplinas. Ya hemos visto que en botellón y en vuelta de banco de granito son unos campeones. Pero hay otras especialidades como imbéciles, tontos, bobos, estúpidos, idiotas, majaderos, memos, mentecatos, necios, cortitos, tardos, torpes, retrasados, tarados, subnormales, dementes y desequilibrados. En todas ellas, a poco que prueben, tienen opción de medalla. Ah, y no les echéis la culpa a nadie más que a estos pobres desgraciados que bastante tienen con lo que tienen.