Rafa Pino.

Hay momentos que parecen menores, que pasan por tu lado como sin darse importancia y, como salidos de la nada. Viernes noche, 20:00 horas. Esquina de Guillermo, subida por el coston de Solano; pareciera como si fueras a adentrarte en otra dimensión. El coston en su subida, de un negro azabache que daba miedo, cuando de pronto la vi; alzándose preciosa y altanera en un rojo pasión que deslumbró mi mirada.

Pare mi coche, baje de él como absorto ante lo visual, ante la belleza del momento y, tras capturar fotográficamente hablando lo que estaban viendo mis ojos, pensé.

Estás bellísima con ese manto rojo.

Bueno, da igual, el color de tu ropa nunca se podrá igualar al taye de tu figura.

Sigues y seguirás siendo la vigía de los pasos perdidos.

Esa impasible adormecida, en un halo mágico de momentos vividos por las gentes de mi pueblo.

Testigo de miles de historias en ese pasar del tiempo, donde se cruzan tú mirada y la mia.

Un aliento de finura, un beso al viento, una cigüeña en tu cielo, la piedra hecha hermosura.

Tantas y tantas cosas, que te convierten en única, vital para nuestros ojos; y actriz principal en la película de nuestra historia reciente.

Al natural, vestida con manto rojo, verde, o morado; no puedo evitar girarme ante tu belleza, cuando paso por tu lado.

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