
Aunque hay constancia escrita y gráfica de la existencia en Aguilar de centros filarmónicos, rondallas y otras entidades musicales similares, desde al menos las últimas décadas del siglo XIX, es a lo largo del XX cuando este tipo de instituciones adquieren gran notoriedad en la sociedad local, encumbrándose como verdaderos instrumentos dinamizadores de la cultura del pueblo.
El actual Centro Filarmónico se origina a raíz de la llegada a Aguilar de don Sebastián Valero como director de la Banda Municipal de Música, y viviría en los años ochenta y noventa quizás uno de los periodos más florecientes de su historia por el elevado número de socios que lo componían y también por el nivel artístico que alcanzó de la mano de sus instructores.
También, el trabajo de las directivas constituyó un respaldo esencial para la institución, pues esta alcanzó un número de instrumentistas y voces muy superior a otras etapas anteriores y posteriores, por lo que podemos calificar al periodo como la época de oro del Centro Filarmónico Aguilarense.
Como recuerdo y reconocimiento a aquellos tiempos, nos quedan estas añejas fotografías en blanco y negro, en las que aparecen las personas que regían la entidad musical, así como los formadores de la escuela de música que dirigía el recordado maestro Valero, y que constituía una cantera inagotable para la orquesta y el coro.