
Un año más, la Candelaria ha llenado de niños y mayores la Plaza de San José cuando la tarde caía sobre los tejados del ochavado recinto y las llamaradas de la candela encendía la noche convocando al rito de la quema de los faroles. Rito y la tradición se unen en un sencillo pero emotivo acto en el que los niños gozan con del bullicio de la gente y los misterios del fuego purificador.
Los más pequeños han disfrutado quemando sus faroles en la gran hoguera, además de los teatrillos y representaciones que realizan los alumnos de los colegios. Este año el colegio Carmen Romero ha interpretado la obra «Coplas de la Aceituna», rememorando las faenas del campo que realizaban nuestros mayores, y el grupo «CantAlonso», del colegio Alonso de Aguilar, ha interpretado varios cantos de la Candelaria. Los niños, protagonistas de esta actividad, han podido disfrutar también con los talleres de pintura que ha ofrecido la Asociación Enraizados
También se ha podido disfrutar del típico chocolate y sopaipas que realizan las mujeres de la Asociación “La Chiribomba”, actividad que ameniza y constituyen un atractivo más de esta fiesta. Escolares, docentes, familias, Protección Civil, Policía Local han hecho posible que esta tradición siga viva.




