
En este inesperado y bienvenido “lloveor”, con el que estamos rememorando aquellos inviernos ya lejanos de nuestra infancia, cuando los temporales se prolongaban durante varias semanas con lluvias constantes, hemos podido disfrutar también de esos crepúsculos o anochecidas en las que el sol consigue abrirse paso entre los nubarrones para ofrecernos momentos especialmente bellos como el que inmortalizó esta curiosa fotografía de la calle San Roque.
Autor de la Foto: José Pino Cabezas.