No me he podido contener como madre y aunque no lo hubiera sido también, en expresar mis sentimienos y mi rabia al conocer una noticia aparecida en el ABC el pasado día 10 de noviembre, en la cual se publica que el Servicio Andaluz de Salud le pagará a la etarra Nerea Bengoa un segundo intento de reproducción asistida que se llevará a cabo en el Hospital Reína Sofía para que puede ser ¿mamá?. El día anterior a esta noticia fue trasladada desde la cárcel de Alcolea donde se encuentra desde el 2004 escoltada y con un amplio despliegue policial hasta el Hospital Universitareio para que le pudieran realizar la punción ovárica, paso previo para la fecundación in vitro. Nerea Bengòa se encuentra en prisión por ser la asesina del ex ministro socialista Erntest Lluch, dos concejales del PP y un guardia urbano y pertenece al Comando Barcelona. Este embarazo nos costará a los andaluces 6.000 euros que se verán incrementados por todos los gastos que se deriven, como desplazamientos desde la cárcel al hospital, escolta, etc., más lo que ha costado ya el primer intento fallido. Y yo me pregunto ¿ qué instinto maternal puede sentir alguién que ha asesinado con sus propias manos a cuatro personas?. Tú le quitas la vida a alguien y ahora vienes a Andalucía a convertirte en madre, ¿ qué pensarán esos padres, hijos, esposas y familiares, víctimas del terrrorismo, que alguién que le ha arrebatado la vida a sus seres queridos tenga el deseo de concebir una vida?, ¿para qúe?.
Conozco a personas cercanas que han sido padres gracias a la reproducción asistida y valoro los avances en medicina que nuestra comunidad lleva a cabo, pero este hecho en concreto el de la etarra y asesina Nerea Bengóa creo que va más alla del mero hecho fraternal, moral y maternal. Alguien que utiliza las armas para conseguir la independencia de su región, viene a la nuesta a aprovecharse de ciertos privilegios. Según ha manifestado el SAS no ha habio trato de favor en cuanto a lista de espera se refiere (faltaría más) ha sido tratada como cualquier otra paciente que lo hubiese solicitado. Yo no soy nadie para decidir quién debe concebir un hijo y quién no, pero desde la Junta de Andalucía y desde el SAS se debería de poner limitaciones a estos casos tan extremos, como convertir a una asesina en madre de una forma no natural. Sólo se me viene a la cabeza una frase que pronuncíó Julio Anguita al conocer la noticia de la muerte de su hijo en la guerra de Iraq, “Malditas las guerras y malditos los que las apoyan” pues eso, “Maldito el Terrorismo y Malditos, Malditos los que los apoyan”.
Josefina Avilés Luque
