CALLE JESÚS (Cuesta de la Parroquia)
La formación de esta calle se ocasionó en la última década del siglo XVIII, y respondió a la necesidad de habilitar un acceso directo a la iglesia parroquial, que evitase el aislamiento en que ésta había quedado con respecto al conjunto de la población, tras el despoblamiento que sufrió la antigua villa en el transcurso de los siglos XVI y XVII. Con este proyecto, ideado por los regidores municipales y clero parroquial, se alteró el espacio interior del recinto amurallado, tras disminuir en éste los vecinos y quedar en ruina la mayoría de las casas y edificios que lo componía. La configuración que presentaba el enclave con anterioridad a la construcción de la actual calle la recoge Franco y Areco en su Memorial:
El recinto del castillo, de los muros adentro, se recogía tres calles bien largas, aunque tortuosas, a que daba principio una reducida plaza. A ésta se entraba por la Puerta Real, que llamaban Arco del Postigo a principios de este siglo, y poco ha se derribó para formar una calle de subida a la iglesia. Terminaba en plano desigual y angular la dicha plaza en la Picota. Se subía un poco por una estrechura a que hacia frente la cárcel anterior a la que llamamos antigua y dando una media vuelta a una cortina y torre del muro se daba a la Puerta de Espejo, que miraba al norte, y de consiguiente a este pueblo, cuya vista quizás le daría este nombre, y hoy se mira cubierta y comprendida en el hospital de transeúntes. Introduciéndose por ella quedaba formado un cuadro cerrado con un muro que la hacía más cómoda e inmediata, y a la derecha se veía la de la capilla, llamada después de las Imágenes, y demolida últimamente con la puerta…[1].
Tal como narra el apunte, los primeros síntomas de decadencia urbana de la zona se revelan en el inicio de las mutaciones que sufrió el recinto fortificado con el derribo de las dos torres que enmarcaban el denominado Arco o Puerta de las Imágenes.
En este Cabildo se acordó que el muro de la subida a la carnicería están descalzados los cimientos y están amenazando ruina así a los alhoríes de su Excelencia. Y así mismo se dijo que la esquina del muro y puerta de las Imágenes por donde se sale a la iglesia está también escalfados……..[2].
Como advertiremos, la cantería de las torres abatidas se reutilizó para nuevas construcciones, a las que se dedicaron también otros elementos sustraídos de la fortaleza. Esta intervención supuso el primer antecedente de la profunda transformación que experimentó, durante la segunda mitad del siglo XVIII, el espacio de la antigua villa intramuros. En 1754 se levantó -costeada por Ana María de Varo y Varona-, el actual camarín de Jesús Nazareno[3], cuya planta y solar ocupó parte del trazado de la antigua calleja que circundaba el templo parroquial[4]. Otra obra que había alterado considerablemente el entorno fue la construcción, en el siglo XVII, del primer cementerio-osario, ubicado en la trasera de la capilla de Jesús junto a la fachada Occidental del templo.
En la cronología de los hechos que alteraron la primitiva estructura urbana del lugar destaca también el año 1789, fecha en la que se declaró en ruina el edificio de la Cárcelcomo consecuencia de las abundantes lluvias caídas en dicho año[5]. La precariedad del inmueble penitenciario obligó a buscar otro donde acoger provisionalmente a los presos, disponiéndose para ello de los sótanos del Pósito. Se inició así una larga exploración del espacio más adecuado para construir la cárcel nueva, barajándose la posibilidad de utilizar para este fin edificios ya construidos. Entre otros se consideraron idóneos el local dela Tercia y el molino del Corral Viejo, ambos propiedad del Duque de Medinaceli.
Entre los motivos esgrimidos por los regidores para no ocupar el solar carcelario con otra construcción estuvo el de que este emplazamiento lindaba por su parte posterior al llano de la iglesia, y que la falta de vecinos hacía más fácil la huida de los presos. Sin dudar de la veracidad de este argumento, no es menos cierto que dicho interés obedeció más a tener concebido ya el propósito de delimitar una nueva calle que permitiese el acceso directo a la iglesia desdela Placilla Vieja.
Probablemente el derrumbe dela Cárcelpermitió visualizar el proyecto de construir el acceso directo al templo parroquial. Las primeras intenciones sobre esta idea se plasmaban ya en 1787:
…se disponga el arreglo de dicho camino con los despojos (…) de la cárcel que se arruinó y de las paredes que han quedado en ella y es indispensable acabar de hundir para evitar el daño que pueda hacer la ruina y para desahogar la plaza y paso para la iglesia que está casi impedido…[6].
Solo dos años después, la intención se concretó en un ambicioso plan urbanístico que requirió de la autorización del Marqués de Priego, Pedro Alcántara Fernández de Córdoba, quien aprobó la realización de las obras en los términos que recoge la misiva enviada al clero parroquial en 1789:
Muy Señores míos y de mi mayor aprecio: Deseando contribuir por mi parte a que tenga efecto las piadosas intenciones y justificado proyecto de V. S. en la ejecución de la obra de variar la subida de ese pueblo a su parroquial, por sitio más suave, recto, breve y espacioso, con la ventaja de no tener riesgo, y ofrecer mayor comodidad a todos, me he informado del caudal existente, o fondo que tiene la fábrica de dicha iglesia, y con atención a el, y a varias obras que tiene pendientes, a que debe subvenir sin falta sus principales obligaciones, y al pago de los situados de sus Ministros u dependientes; determino se satisfagan por parte de dicha parroquia la mitad de los diez y siete mil y sesenta reales, en que se me informa habéis tasado el todo de dicha obra, cuya cantidad, con aviso a V. S. y en el tiempo de ejecutarse la obra mandaré librar y daré las demás disposiciones convenientes a que tenga efecto………[7]
Obtenida la licencia del Marqués, como propietario del diezmo del templo, el clero parroquial -principal interesado en el proyecto-, se dirigió al Cabildo de regidores solicitando su participación económica, equivalente al cincuenta por ciento del coste de la obra y la dirección técnica de la misma.
En la villa de Aguilar en diez días del mes de mayo de mil setecientos ochenta y nueve, estando juntos en las Casas Consistoriales de ella como lo hacen de uso y costumbre los señores Concejo, Justicia y Regimiento, Diputados y Síndico Personero del Común de esta dicha Villa que abajo firmarán, acordaron cuanto sigue:
Viose en este cabildo una carta del Exmo Señor don Francisco Javier Fernández de Córdoba, Gobernador Provisional y Vicario general de esta Diócesis, por la que avisa a este Ayuntamiento la libranza que contra el obrero de la Fábrica de esta parroquial se ha despachado para que de sus caudales existentes se consigne a disposición de este Ayuntamiento ocho mil quinientos treinta y cinco reales de vellón , mitad de los diez y siete mil y setenta en que fue tasada la obra de variar la subida a dicha Parroquia. Previniendo a dicho obrero los baya suministrando a elección de este cuerpo según la urgencia de la referida obra para que con los correspondientes recibos de personas que sean legítimas puestos a continuación de dicha libranza se le abonen en las cuentas de su cargo; y considerando este Ayuntamiento que el tiempo presente en que se hayan muchas personas parados por falta de trabajo es proporcionado para que con alguna equidad se valla costeando la referida obra y se socorra por este medio a los pobres jornaleros: acordaron los señores que la componen que desde el día de mañana lunes once del corriente se principie a practicar a Diputar como Diputó para que corra con ella a don Alonso Ruiz de Palma, Regidor de este Cabildo, señalando al mismo tiempo por maestro que la dirija a el Mayor del Excelentísimo Señor Duque de Medinaceli y el Concejil Pedro Muñoz de Varo[8].
El dato aporta noticias interesantes sobre la fecha de inicio de los trabajos -11 de mayo-, y las personas encargadas de su dirección: el regidor Ruiz de Palma y el maestro alarife Pedro Muñoz de Varo. La orden de pago de la cuantía que aportó el clero se efectuó el mismo año 1789, encargándose de ello al obrero dela FábricaParroquial, Francisco Gutiérrez de Salamanca, por orden del Marqués de Priego:
Por el presente y su tenor mandamos a los claveros del arca de tres llaves de la parroquial de la Villa de Aguilar en la que se custodian los maravedí pertenecientes a su Fábrica, que requeridos por el mayordomo administrador de ella, manifestando al mismo tiempo la libranza anteriormente espedida por nos, para la entrega de ocho mil y quinientos treinta y cinco reales de vellón, mitad del costo de la obra proyectada para mudar la subida a la Iglesia Parroquial, extraigan de la referida arca, y de los citados caudales de Fábrica existentes en ella, la expresada cantidad, entregándola al obrero D. Francisco Gutiérrez de Salamanca, para su inversión en los gastos de la citada obra, según lo tenemos prevenido, recogiendo el susodicho , y a continuación de este nuestro mandato el competente recibo con el que se les abonará la cantidad en las cuentas que han de dar de su encargo. Dado en Córdoba a once de mayo de mil setecientos ochenta y nueve[9].
Desconocemos la fecha de conclusión de las obras y el tiempo que se tardó en su ejecución. Tampoco el grado en que afectaron a otros edificios de la zona, como las carnicerías y lienzos de murallas que, tal como se anotó en otros documentos, fueron también derruidos. Datos posteriores indican que la nueva calzada se concluyó el mismo año de inicio de las obras, aunque la terminación del conjunto de la calle, con sus correspondientes casas limítrofes, tal como hoy se encuentra, no se consiguió hasta las primeras décadas del siglo XIX. Así lo testimonia el acuerdo que tomó el Ayuntamiento en 1818:
En este Cabildo, por el Escribano D. José Carrillo Laguna, que lo es de este número, ante quien expediente, sobre la subida hasta la Parroquial se hizo presentes unas diligencias en las que solicitan varios vecinos terrenos de los extremos de citada subida, el cual era del público, sin más uso que el de poner estercoladas y otras indecencias impropias de un sitio tan público y usual por su tránsito a la misma Parroquia, e indecentes para la salida y entrada del Santísimo Sacramento y demás procesiones, y enterados competentemente de dicha solicitud y cerciorados de la utilidad que resulta de poblar cierto terreno y decencia que se le causa a la Parroquia y resguardo del Pósito que se haya en el mismo sitio y de la misma Parroquial, no puede por menos esta Corporación que unánimemente y sin discrepancia alguna, conformarse en que conceda el dicho terreno para la población que se pretende, esforzándose cuanto sea posible a que se realice con la brevedad posible en atención a la necesidad que tiene este pueblo de habitaciones para sus moradores, poniendo de testimonio de este acuerdo por el presente escribano, el que entregue al Alcalde Mayor Presidente, para su conocimiento y que en vista de él se sirva decretar lo que convenga, y se proceda al otorgamiento de las correspondientes escrituras a favor de los solicitantes para que les sirva de título de pertenencia y de estímulo a la pronta edificación de las casas que se ofrecen hacer y ayudándoles en lo necesario con alguna gratificación o ayuda de costas si tuvieren algún fondo por arbitrio en las penas de cámara y cualquier otro que lo permita sin la más leve infracción de lo que está prevenido, con lo que se concluyó este cabildo[10].
Queda patente el interés que pusieron los munícipes en concluir la nueva calle ante la falta de vecinos y los vacíos constructivos existentes en el terreno sobrante de la antigua Plaza Mayor. La nueva vía de acceso se rotuló con el nombre de calle Jesús, y como tal aparece por primera vez en el padrón de habitantes de 1821, con un total de catorce casas[11]. Datos posteriores indican que, transcurridos varios años desde del acuerdo expresado, ya se habían levantado todos los inmuebles en los solares habilitados. Esta primera nomenclatura marca la vinculación que ha tenido la calle desde su origen con la Imagen Nazarena, a cuya capilla, inaugurada en 1753, se le habilitó un acceso por la nueva vía urbana. Debemos señalar que, entre los primeros moradores se registran varias personas que ejercían de servidores de la iglesia parroquial, entre ellas: el sochantre Juan de Cuenca; el organista Simón de Estepa; el presbítero Manuel Romero; y el sacristán Pedro Fonseca[12].
NÚMERO DE ORDEN | VECINO | OFICIO |
Nº 1 | Don Juan de Cuenca | Sochantre |
Nº 2 | Manuel Navarro | Guarda |
Nº 3 | Manuel González | Ejercicio de Lana |
Nº 4 | Don Simón de Estepa | Organista |
Nº 5 | Don Manuel Romero | Presbítero |
Nº 6 | Don Pedro Fonseca | Sacristán |
Nº 7 | Blas de Flores | Calderero |
Nº 8 | El Pósito | |
Nº 9 | Cerrada | |
Nº 10 | Manuel Ruiz Manrrito | Albañil |
Nº 11 | Juan Muñoz | Labrador |
Nº 12 | Juan Moreno | Jornalero |
Nº 13 | Francisco Ruiz | Jornalero |
Nº 14 | Juan Moreno Polonio | Jornalero |
AMA. Padrón de Habitantes 1821, Leg, 210. Elaboración Propia
Las familias: Cuenca; Estepa; y Fonseca, permanecieron avecindadas en este lugar durante varias generaciones más, adquiriendo notoriedad como pintor el hijo del sacristán Pedro Fonseca, autor de algunos de los lienzos que se conservan en el templo parroquial[13].
La alineación definitiva del acerado de la calle no se alcanzó hasta más de un siglo después. Durante ese tiempo se realizaron algunas actuaciones sobre reductos de antiguas callejas y lienzos de murallas que se mantuvieron en pie en la zona. En 1846 el Ayuntamiento autorizó que se tapiase y cerrase el antiguo callejón que subía desde la Plaza Mayor hastala Puertade Espejo.
Las señoras Sor María Antonia, Sor María Micaela, y Sor Francisca de los Dolores Jiménez, religiosas en el convento de N.S. de la Coronada de esta villa, poseedoras de una casa situada en la calle Jesús, de ella, que hace esquina a una corta calleja que comunica con el hospital o refugio de pobres transeúntes, solicitan de esta Corporación el correspondiente permiso para cerrar las paredes de la citada su casa hasta unirla con la de la otra esquina que hoy pertenece a doña María de la Encarnación López, viuda, quedando dentro el pequeño terreno de dicha calleja…[14].
Desde un primer momento, el edificio del Pósito, en el que se comprendían las Salas Capitulares;la Panera; yla Cárcel; quedó integrado en la calle Jesús, marcado con el número 8. Ello fue posible por el derribo del arco dela Puerta Realque se encontraba adosado a dicho edificio, tal como señalan aún los restos arqueológicos que se conservan en este lugar.
En 1864 se levantó en el llano de la iglesia -por iniciativa de los presbíteros Toro Palma-, el monumental “Triunfo dela Inmaculada”, que desde entonces preside la subida al templo y acapara la visión del conjunto arquitectónico que constituye la fachada dela Parroquiadel Soterraño:
…se dio cuenta de una instancia del Señor D. Manuel Toro Palma, presbítero, en solicitar de que el Ayuntamiento le concediese el permiso para la colocación de un monumento dedicado a la Purísima Concepción en el atrio de la Parroquia de esta Villa, acompañando el dinero, con arreglo a lo prevenido por el Señor Gobernador Civil de la Provincia, en oficio de 18 de junio último. El Ayuntamiento enterado y previa una ligera discusión, acordó conceder el permiso solicitado por el presbítero referido para la colocación del monumento del que se lleva hecho mérito en el atrio de la Iglesia Parroquial, excepto los señores regidores Don José Morales y don Manuel Eduardo de Aragón, que fueron del dictamen que se colocara en el llano de la Cruz, por ser sitio más público…[15].
En 1860 los censos de población recogen la numeración de cada tramo de acera con el siguiente listado:
NÚMERO CASA | VECINO | OFICIO |
Nº 1 | Francisco Prieto Martín | Con Tienda |
Nº 3 | Dolores Ruiz
Diego de Varo |
Viuda
Jornalero |
Nº 5 | Andrés Muñoz | Albañil |
Nº 7 | Francisco Borja Galisteo | Herrero |
Nº 9 | Francisco Gutiérrez | Jornalero |
Nº 11 | Antonio de los Reyes | Esquilador |
Nº 13 | Manuel del Villar
Rafael de Ruz Mariano de Luque |
Jornalero
Jornalero Jornalero |
Nº 15 | Francisco de los Reyes | Esquilador |
Nº 17 | Francisco Carrillo | Esquilador |
Nº 19 | Está Cerrada | |
Nº 21 | D. Antonio Estepa
D. Antonio Estepa, menor |
Músico
Músico |
Nº 23 | Miguel Ruiz | Albañil |
Nº 25 | Francisco del Pino | Jornalero |
Nº 27 | D. Antonio Montilla | Presbítero |
Nº 29 | Timoteo Muñoz | Jornalero |
Nº 31 | Nicolás Ruiz | Alarife |
Nº 33 | Manuela Arroyo
Francisco Criado Idelfonso Arjona |
Viuda
Jornalero Jornalero |
Nº 2 | José Muñoz | Jornalero |
Nº 4 | Francisco Jiménez | Albañil |
Nº 6 | Antonio García Albalá | Albañil |
Nº 8 | D. Antonio del Castillo | Hacendado |
Nº 10 | Doña Josefa Alcalá | Viuda |
Nº 12 | Lucas del Villar | Jornalero |
Nº 16 | D. Juan Arjona | Presbítero |
Nº 18 | D. Juan Díaz | Presbítero |
Nº 20 | Antonio Moreno
D. Francisco Chamizo |
Carpintero
Sochantre |
Nº 22 | La Iglesia Mayor |
AMA. Padrón de Habitantes 1860. Leg. 220 Elaboración Propia
Entre los vecinos destacaban por sus oficios el alarife Municipal, Nicolás Ruiz, hijo de Francisco de Paula Ruiz, alarife del Cabildo durante la construcción de la Plaza SanJosé, y el matrimonio formado por Antonio del Castillo Parejo y Dolores Romero Manzano, del que nacieron, en 1859 y 1862, -entre otros hijos-, Joaquín y Antonio del Castillo. Los dos hermanos alcanzaron notoriedad: el primero por su labor editorial como fundador en 1925 del decenario “Ecos de Aguilar” -además de ser director del periódico “Lucena”[16]; y el segundo por desarrollar una brillante carrera militar donde alcanzó los cargos de fiscal de Tribunal Supremo de Guerra y Marina, comandante de Marina del Puerto de Barcelona, presidente del Consejo de Administración de las Minas de Almadén y Arrayanes; y contralmirante de la Armada[17].
Una de las obras más importantes realizadas en la calzada de la calle durante el siglo XIX se fecha en 1864, ejecutándose los trabajos bajo los siguientes criterios:
Por moción del mismo señor Alcalde acordó el Ayuntamiento se formase el oportuno expediente a la composición de la cuesta de la Iglesia Parroquial de esta villa, para que previa la correspondiente autorización del señor Gobernador Civil de la Provincia pase dicha obra a pública licitación en bajo del señalado en el presupuesto adicional al ordinario del presente año económico en las siguientes condiciones u supuesto pericial:
Condiciones
1ª Empezara esta obra el día 15 de abril próximo y seguirá sin interrupción hasta su fin, si a ello no se opusiese el tiempo
2ª Se picará el suelo que hoy existe y se rellenará de modo firme con arena nueva de las canteras del término de esta villa, y no del río, concluyendo esta obra una capa buena de arena cernida
3ª La cantidad en que tenga lugar este remate será pagado por la depositaría de propios de esta villa[18].
A medida que transcurrió la segunda mitad del siglo, la calle fue completando su parcelario con nuevas casas. En 1870 contaba con treinta y tres edificios que habitaban ciento diecisiete vecinos[19]. Entre ellos destacaban por su vinculación al arte: Rafael Fonseca Domínguez, nieto del sacristán Fonseca e hijo del pintor Pedro Fonseca, oficio que heredó de su padre, y Antonio Belmonte Estepa, perteneciente a la estirpe de músicos que seguían residiendo en este lugar, quien llegó a ocupar la alcaldía de Aguilar en los primeros meses de 1901[20].
Durante la segunda mitad del siglo XIX trasladaron su residencia a esta calle varias familias de la burguesía local, construyendo viviendas acordes con su posición social y económica. Casas que, en algunos meritorios ejemplares, han llegado a nuestros días, y otras que han desaparecido recientemente. Entre los vecinos con apellidos de abolengo se señalan los Calvo-Rubio, Gutiérrez, Gordejuela, Castillo, etc. Durante esta centuria se comenzó a denominar popularmente como “Cuesta dela Parroquia”, sobrenombre que ha perdurado hasta la actualidad. Desde las primeras décadas del citado siglo el antiguo edificio del Pósito yla Saladel Cabildo acogieron varias aulas de escuelas públicas, manteniéndose dicho uso hasta mediados del siglo XX en que las ocupóla Banda Municipalde Música y el Centro Filarmónico Aguilarense, siendo destinadas tras la restauración del edifico, en 1999, para Biblioteca Pública y Oficina de Turismo.
En los años finales del siglo XIX se realizó un nuevo arrecifado de la calzada y se plantaron árboles en ambas aceras (Acacias). Durante las primeras décadas del siglo XX se contabilizaban entre los vecinos de la “Cuesta dela Parroquia” a los habitantes de la calleja de Jesús y los dela Placilla Vieja.Esta circunstancia justifica que la acera de los números impares contase con más edificios que la de los pares. Según el padrón de propietarios de 1928, la numeración comprendía del 1 al 33 y del 2 al 22. La información que aporta este documento confirma que continuaban viviendo en ella varias familias de la burguesía local, habitando las casas que levantaron sus ascendientes en los postreros años del siglo XVIII y principios del XIX:
NÚMERO DE LA CASA | PROPIETARIO |
Nº 1 | Concepción Fernández |
Nº 3 | Rafael López Romero |
Nº 5 | El mismo |
Nº 7 | Mercedes Romero |
Nº 9 | Rafael López Valverde |
Nº 11 | El mismo |
Nº 13 y 15 | El mismo |
Nº 17 | José Calvo Rubio Toro |
Nº 19 | El mismo |
Nº 21 | Herederos de Manuel Belmonte Estepa |
Nº 23 | Luís Leiva Aragón |
Nº 25 | Dolores Olmo |
Nº 27 | Francisco Doñamayor Tíscar |
Nº 29 | Miguel Cavo Rubio Toro |
Nº 31 | Josefa López Martín |
Nº 33 | Francisco García Criado y otro |
Nº 2 | Antigua Prieto Arjona |
Nº 2 | Dolores González Varo |
Nº 4 | El Ayuntamiento |
Nº 6 | Manuel del Castillo Romero |
Nº 8 | El mismo |
Nº 10 | Manuel García Carmona |
Nº 12 y 14 | Enriqueta Gordejuela Gordejuela |
Nº 16 | Epifanio Jiménez Navarro |
Nº 18 | José Pírez Villafranca |
Nº 20 | Purificación y Ana Moreno Gómez |
Nº 22 | El Obispado |
AMA. Padrón de Edificios y Solares 1928. Leg, 471. Elaboración Propia
Entre los vecinos destacaba por su notoriedad intelectual Epifanio Jiménez, ilustrado personaje del Aguilar de principios del siglo XX, quien ejerció como cura Rector dela Parroquiadel Soterraño durante varias décadas. Por esos años aún se mantenía en pie parte del lienzo de muralla que estrechaba la calzada de “la Cuesta” por la zona que ocupó la antigua cárcel, derribándose totalmente con las obras de pavimentación que se llevaron a cabo en los años centrales del siglo.
En esa época fue vecino también uno de los políticos locales más destacados de ese periodo, Francisco J. Tetón y Mena, teniente de alcalde en la dictadura de Miguel Primo de Rivera y alcalde entre los años 1941-1945, en plena dictadura franquista[21]. En la década de 1970 se suprimieron las viejas acacias, plantándose en su lugar los naranjos que existen actualmente. Coincidiendo con estas obras se sustituyó el arrecifado de chinos que presentaban las aceras y el llano de la iglesia por solería de terrazo. En 1998 se produjo una nueva pavimentación de las aceras y calzada que corresponde a la que conserva en la actualidad.
NOMENCLATURAS
CALLE JESÚS: es la primera y única nomenclatura que ha ostentado desde su origen, aunque popularmente se le denomina también como “Cuesta de la Parroquia”. Su nombre la vincula con la imagen del Nazareno que se venera en la capilla anexa al templo parroquial, limítrofe con la calle. Dicha escultura se engloba en la producción de la denominada Escuela Granadina de finales del siglo XVII o principios del XVIII. Está atribuido al insigne imaginero José de Mora. Fue adquirida por la cofradía de los nazarenos de Aguilar para sustituir a otra imagen anterior con la que se había fundado la hermandad entre los años 1592-1593[22]. Constituye el icono pasionista más venerado por los aguilarenses.
La acendrada devoción que le profesa el pueblo de Aguilar a Jesús Nazareno ha dado origen a tradiciones cuya celebración se circunscribe a esta calle, como es la “visita” todos los viernes del año (conocida como ir a rezarle a Jesús), o la salida del Viernes de Dolores para impartir la bendición desde la puerta del templo[23].
Testimonio de la vinculación emocional y sentimental de este espacio urbano con el Nazareno de Aguilar es el conocido y anónimo poema que preside la subida al camarín, en el que reza:
¡Hay Cuesta de Jesús!,
Todos los viernes del año,
Tú eres sendero de gloria,
Parroquia del Soterraño.
[1] FRANCO Y ARECO, J de D. Museo Genealógico…, p. 19.
[2] AMA. Acta Capitular 30 junio 1722, Leg. 103.
[3] MAESTRE BALLESTEROS, Antonio. “Las Fiestas de inauguración de la capilla de Jesús Nazareno”. Boletín dela Real Cofradía de Jesús Nazareno, de Aguilar dela Frontera 2008.
[4] PALMA VARO, José. Apuntes para…, p. 332.
[5] AMA. Actas Capitulares 10 de mayo 1789, Leg. 120.
[6] Ibidem, mayo 1787, Leg. 119.
[7] Ibidem. 10 mayo 1789, Leg. 120.
[8] Ibidem.
[9] APS. Libro de Depósitos Eclesiásticos. S/C.
[10] AMA. Ata Capitular 10 febrero 1818, Leg. 125.
[11]AMA. Padrón de Habitantes 1821, Leg. 210.
[12] Ibidem.
[13] Ibid. 1826.
[14] AMA. Acta Capitular 6 noviembre 1846, Leg. 129.
[15] Ibidem. 9 septiembre 1864, Leg. 131.
[16] ECOS DE AGUILAR, Periódico Independiente, año I, Aguilar dela Frontera 20 julio 1925.Archivo particular del autor.
[17]Ibidem. 30 junio 1925.
[18] AMA. Acta Capitular 1864, Leg. 131.
[19] AMA. Padrón de Habitantes 1870, Leg. 223.
[20]MAESTRE BALLESTEROS Antonio – IGEÑO LUQUE Diego: Alcaldes y Vida Política en Aguilar 1900 – 1975. Catalogo Exposición. Ayuntamiento de Aguilar dela Frontera.
[21]Ibidem.
[22] ARANDA DONDEL, Juan. Historia de la Semana Santa de Aguilar de la Frontera durante los siglos XVI al XX, p. 72. Ayuntamiento de Aguilar dela Frontera.
[23] El origen de estas tradiciones nazarenas, de gran arraigo popular, se remonta en el primero de los casos a los años centrales del siglo XIX, y en el segundo los años centrales del siglo XX. En ambas juega un papel determinante la cuesta dela Parroquia por ser lugar de obligado paso en las visitas de los viernes y constituir el escenario natural donde se escenifica la bendición del viernes de Dolores.