Garzón exige a De Guindos un "plan de rescate ciudadano" para que su Gobierno "deje de meter a las personas en un cubilete y arrojarlas a un sin futuro"

El portavoz económico de IU en el Congreso aprovecha su interpelación al ministro de Economía sobre la política económica del Ejecutivo respecto al rescate del sistema financiero (texto íntegro en esta nota) para reprochar la “deriva autoritaria del Parlamento” por la actuación del PP
Interpelación completa:
“Señor ministro, subo a esta tribuna a reclamarle, a exigirle, un plan de rescate ciudadano. Un plan de rescate ciudadano en contraposición con un plan de rescate bancario, con los planes de rescate bancario que está aprobando este Gobierno. Desgraciadamente he de decir que lo hago desde un atril devaluado; este atril está devaluado, como devaluada está esta Cámara. Esta Cámara, este atril, que en otro tiempo fueron representación de la soberanía nacional y que fueron, en cierto sentido, la cristalización de los sueños democráticos de este país. Y podríamos decir, incluso con más fuerza y más verdad, que lo más importante es que fue el lugar donde se debatía sobre el proyecto de país que se quería como sociedad. Sin embargo, ¿qué nos queda hoy de eso? Desgraciadamente parece que sólo nos queda la apariencia de lo que pudo ser. La apariencia de lo que pudo ser porque hoy somos conscientes de que no es una democracia lo que estamos viviendo, de que no estamos aquí en esta Cámara con unos instrumentos que nos permitan poder decidir cómo organizar nuestra sociedad, sino que esas decisiones se toman desde otras instancias a las que no tenemos, como ciudadanos, acceso. 

Sabemos que este sentimiento es masivo. Lo sabemos porque lo vemos continuamente en las calles, lo vimos en el 15-M, lo vimos en todas las manifestaciones a posteriori del 15-M y lo vamos a seguir viendo; pero también lo vemos en las encuestas, que reflejan que la ciudadanía ya no confía en un sistema político que no le ofrece soluciones. Una ciudadanía cuya frustración crece a la misma velocidad que crece la tasa de desempleo, el hambre, la miseria y la desigualdad en este país.

Es así porque este Gobierno no está representando a los ciudadanos; está, en última instancia, abandonando a esos ciudadanos, metiéndoles en un cubilete y arrojándolos a un sin futuro porque eso es desgraciadamente a lo que nos lleva este Gobierno. Por eso podemos decir que este Gobierno, esta Cámara y este atril han perdido una legitimidad, se ha desvanecido, se ha trasladado a la calle, pero por una razón muy sencilla y es tan sencillo como que no es el Gobierno el que está ayudando a los ciudadanos.

Piénselo, señor ministro, ¿quiénes son los que están ayudando hoy en día a los ciudadanos? ¿Quiénes son los que se ponen delante de la policía para evitar que a los ciudadanos les dejen sin casa? ¿Quiénes son los que ayudan a los desempleados? ¿Quiénes son los que ayudan a aquellos ciudadanos jóvenes que tienen que exiliarse de nuestro país porque no encuentran esperanzas de futuro aquí? ¿Quiénes son? Desde luego no es este Gobierno que dedica todos los recursos económicos y de tiempo a rescatar el sistema financiero y no a rescatar a la ciudadanía. Este Gobierno que es precisamente el que no hace nada con esos desahucios, el que permite que la policía tenga que cumplir esas leyes para darle la vivienda de la gente que perdió su empleo, un empleo que se consiguió en el modelo de Estado que habían construido el Partido Popular y el Partido Socialista, un modelo de crecimiento de una ‘burbuja inmobiliaria’ que se adornaba con discursos de decir siempre ‘vamos a seguir estando igual de bien’; un empleo que han perdido y que ahora pierden sus casas y ante lo que el Gobierno no reacciona, pero sí reacciona la calle poniéndose del lado de los desahuciados, de aquellos que son los más desamparados y los más desfavorecidos por esta situación.

El Gobierno, sin embargo, señor ministro, lo que hace es socializar las pérdidas de esta crisis, lo que hace es socializar las pérdidas igual que se privatizaron las ganancias porque durante toda la ‘burbuja inmobiliaria’ aquellos sujetos económicos como las constructoras, las inmobiliarias, las grandes fortunas y los grandes bancos no compartieron sus ganancias con la sociedad. Al contrario, aprovecharon todos aquellos instrumentos, como los paraísos fiscales, para seguir enriqueciéndose a costa  del resto de la sociedad. Hoy, cuando esos mismos sujetos, cuando esas mismas grandes fortunas y grandes empresas nos conducen a esta crisis económica, ante lo que nos encontramos es ante un Gobierno que presto acude a salvarles sus negocios y a socializar las pérdidas.

¿Cómo es posible, señor ministro, que este Gobierno justifique un rescate de 100.000 millones de euros cuando ya hemos tenido ayudas al sistema financiero de más de 100.000 millones de euros también antes de este nuevo rescate? ¿Cómo es posible que este Gobierno no se haya planteado la posibilidad de hacer ese plan de rescate ciudadano que hoy demandamos?

Señor ministro, sé que me va a contestar que salvar el sistema financiero es una imperiosa necesidad para reactivar la economía, pero, en primer lugar, es falso y, en segundo lugar, no van a funcionar las medidas del Gobierno, incluso aunque fuera cierto, por una razón muy sencilla. Señor ministro, no estamos salvando al sistema financiero. El sistema financiero no es sólo aquellos rótulos que adornan los edificios con nombres como Bankia y demás. El sistema financiero es un conjunto de actores que va más allá de ese nombre. También son los trabajadores del sistema financiero, son los accionistas, son los depositantes, es, en última instancia, un conjunto de sujetos, pero a esos no se les está salvando, señor ministro.

Si se hubiera salvado el sistema financiero, el año pasado no se hubieran perdido 14.000 empleos en todo el sistema financiero, de modo que podemos entender que todos los recursos empleados por este Gobierno no han sido para salvar el trabajo a los empleados del sistema financiero. Tampoco lo ha sido para salvar a los accionistas. Tenemos el caso de Bankia, en el cual podemos decir que incluso el Gobierno no ha hecho nada para evitar que se estafara a los accionistas de Bankia. Tampoco a los estafados por las acciones preferentes, que van a tener que asumir las pérdidas de un timo que les hicieron sin ninguna obstrucción por parte del Gobierno. Incluso podríamos decir también que a los depositantes tampoco se les salva porque el Fondo de Garantía de Depósitos se está utilizando para otros fines que no son  dar la confianza a esos depositantes, por no hablar del empobrecimiento al que se está sometiendo a toda la ciudadanía con las medidas de austeridad de este Gobierno.

En definitiva, si no está salvando a estos sujetos, ¿a quién está salvando el Gobierno? El Gobierno está salvando, señor ministro, claramente a los acreedores de los bancos españoles, a los tenedores de bonos de los bancos españoles. ¿Y quiénes son? Sólo hay que ir a consultar los datos oficiales para comprobar que la mayor parte de la deuda del sistema financiero español la tienen los bancos alemanes y los bancos franceses. Es a ellos a quienes se está rescatando, es a los bancos alemanes y a los bancos franceses a los que se está rescatando con el dinero de la Unión Europea, con nuestro dinero en última instancia. Esto es así porque, si se hubiera dejado quebrar a los bancos, los principales perjudicados serían fundamentalmente esos bancos alemanes y esos bancos franceses, que tendrían que haber asumido las pérdidas y podría haberse dado un efecto dominó. El Gobierno al tomar estas medidas lo que hace es salvarles los negocios a estos sujetos a costa del resto de la sociedad.

Es tan claro, señor ministro, que el rescate español ha sido debatido y aprobado en el Parlamento alemán y no aquí; es tan claro, que quienes debatían en el Parlamento alemán y quienes aprobaban y querían apoyar esa medida de rescate reconocían que era un rescate a sus propios bancos y no a la economía española. Sin embargo, señor ministro, mientras esto ocurre, lo que hace el Gobierno es implantar duras medidas de ajuste sobre la ciudadanía, sobre la población española. Y dice que está triste, que el Gobierno no quiere hacerlo, pero realmente el Gobierno está encantado. Por primera vez puede hacer todo lo que pretendía hacer y echarle la culpa a otro: al Fondo Monetario Internacional, a la llamada troika, a la herencia recibida, a Zapatero. Por supuesto que tienen responsabilidad, ¿pero qué es lo que obliga al Gobierno a rescatar bancos y no a rescatar a la ciudadanía? ¿Qué es lo que obliga al Gobierno a no dejar de pagar al sistema financiero, a no dejar de pagar los compromisos con el Ministerio de Defensa y a sí dejar de pagar los compromisos con la sanidad y la educación? A eso no le obliga otra cosa que no sea la ideología de este Gobierno, es decir, el modelo de sociedad que subyace detrás de toda política económica de este Gobierno; un modelo de sociedad profundamente injusto, un modelo de sociedad que promueve la desigualdad.

En esencia, por tanto, nos encontramos ante un Gobierno con una ideología muy clara, muy nítida y que refleja el apoyo a una minoría social en este país, a una minoría que en cualquier caso se apoya sobre una mayoría, los votantes del Partido Popular, quienes por otra parte han sido profundamente estafados cuando el Gobierno no cumple su programa electoral, que era, como decíamos ayer, el único hilo de legitimidad que le conectaba con la ciudadanía. Ese hilo de legitimidad que el Gobierno renuncia a mantener, incumpliendo el programa electoral y gobernando, por tanto, de forma ilegítima y sin ninguna intención de convocar un referéndum, como nosotros le pedimos, como le pide la calle, una calle que demanda más democracia, que demanda recuperar las instituciones democráticas, que demanda que la ciudadanía en última instancia pueda tomar decisiones y pueda influir en aquellas que van a afectar a su vida y a la forma de organizarnos como sociedad.

Se podrían hacer muchas cosas, señor ministro, con un plan de rescate ciudadano; se podrían impedir los desahucios, que es una de las principales preocupaciones; se podría evitar el hambre que está surgiendo en nuestro país; se podrían tomar medidas drásticas para evitar que 600.000 familias que hoy en día no tienen ningún ingreso pudieran sobrevivir sin tener que depender de un colchón familiar, que es, también en última instancia, a lo que el Gobierno ha derivado toda su política social, al colchón familiar. Sin embargo, el Gobierno lo único que hace es limitar los sueldos del sistema financiero, de los grandes banqueros, a 500.000 euros anuales, mientras que el mensaje que les lanza a los parados que están recibiendo una prestación es que tienen que trabajar gratis. Ese contraste, esa forma de entender la sociedad es un mensaje muy claro que nos está quedando a  nosotros, que está quedando a la ciudadanía, un mensaje que se ve claramente por la diferente vara de medir, por la forma de asumir y afrontar problemas sociales como la corrupción, la delincuencia de cuello blanco u otros elementos que reflejan que este Gobierno lo único que está buscando es tapar agujeros a la banca, tapar agujeros a la banca alemana y francesa fundamentalmente, como decía antes, a costa del resto de la sociedad, a costa de nuestros impuestos.

Se ha dicho -lo ha reconocido el presidente del Gobierno hace un momento, señor ministro- que hoy en los impuestos españoles, la mayor partida que se va de los Presupuestos Generales del Estado para pagar intereses de la deuda, intereses en gran parte profundamente ilegítimos, intereses que se derivan de mecanismos financieros y económicos, de una estructura europea profundamente injusta y sin sentido, por la cual el Banco Central Europeo financia al 1% a los bancos y a los Estados les deja tener que acudir a un mercado y conseguir financiación al 5, al 6, al 7%, si no más. Esa arquitectura hace que, al final, los Estados tengan que endeudarse y que nuestros impuestos, lo que pagamos con nuestro trabajo, tengamos que dedicarlo a pagar a esos sujetos que han estado especulando contra nosotros mismos. Y mientras el fraude fiscal campa a sus anchas, mientras los ‘delitos de cuello blanco’ se quedan prácticamente sin investigar, mientras este y el anterior Gobierno indultan a los pocos banqueros que han podido ser imputados por diferentes cuestiones, mientras eso sucede, el contraste es un Ministerio del Interior que acude presto, raudo y eficaz a llamar a la policía a detener cuando son los pobres y los comunistas los que están haciendo actos simbólicos para denunciar esta gran estafa. Ese contraste también lo ve la ciudadanía, y el Gobierno haría mal en ignorarlo.

En la última interpelación, señor ministro, que tuve la oportunidad de defender aquí, decía -a usted también- que, con respecto a la comisión de investigación que jamás se aprobó y que no parece que el Gobierno quiera aprobar, envidiaba algunos aspectos de la democracia estadounidense que permitían mayor transparencia de la que hoy se permite, por ejemplo, en esta Cámara. Hoy le traigo otro ejemplo, el de Islandia, un ejemplo de una sociedad que consigue abrir un proceso constituyente, que consigue investigar, responsabilizar y culpar a los banqueros, que consigue ponerse a las riendas de su futuro. Es lo que queremos para esta sociedad, queremos un proyecto de país, tenemos un proyecto de país y queremos instituciones que nos permitan ponerlo en marcha, no instituciones como esta, totalmente neutralizadas por el Gobierno y por el diseño de la arquitectura de la Unión Europea. Por eso nosotros insistimos en que la legitimidad se ha trasladado a la calle y con ellos nosotros vamos a estar este sábado manifestándonos en Madrid, reclamando más democracia y, sobre todo, un modelo de país que ni el Partido Popular ni este Gobierno  tienen cuando claramente se posicionan del lado de los bancos y no de los ciudadanos. Muchas gracias.

Réplica de Alberto Garzón al ministro De Guindos:

“Señor ministro, precisamente porque creemos que aquí, en este Parlamento, debería residir la soberanía popular es por lo que denunciamos la deriva autoritaria de este Parlamento. Denunciamos que no se están dando las circunstancias para que este sea el lugar donde resida la soberanía nacional. De hecho, y a modo de anécdota -toda la ciudadanía lo comprenderá-, no tiene ningún sentido que el grupo que da soporte al Gobierno, el grupo del Partido Popular, haga 10 preguntas de control al Gobierno y la oposición, Izquierda Unida, sólo pueda hacer una. Eso es una deriva autoritaria porque todos hemos escuchado la naturaleza de las preguntas del Partido Popular.

En cualquier caso, lo más importante quizá sea su proyecto de país. Sé que el Gobierno dice que quiere recuperar el crecimiento económico y el empleo, pero lo que digo es que lo quiere hacer cambiando el modelo de sociedad. Lo quiere hacer así porque quiere convertir a España en una especie de China, que sea un país que potencialmente exporte sus productos, y lo haga de forma competitiva, pero con una competitividad entendida como bajos salarios. De ahí la disminución en el presupuesto de los gastos en investigación y desarrollo. Yo sí valoro las medidas del Gobierno, lo que pasa es que no las comparto precisamente por esta cuestión, por el modelo de sociedad que subyace a esta visión de cómo tiene que ser la economía, de cómo ha de crecer la economía.

Usted sabe perfectamente que en la Comisión de Economía le planteo muchas posiciones, por lo que no tengo tiempo suficiente aquí para ir desglosándole todo nuestro programa electoral, nuestro proyecto de cómo debe crecer nuestra economía. Pero sí le diré algo más, señor ministro: lo que digo sobre el endeudamiento es tan fácil de comprender como por qué el Gobierno se endeuda para pagar a los acreedores internacionales poseedores de los bonos del sistema financiero, o por qué se endeuda para pagar helicópteros de combate, aviones de combate y misiles y no se endeuda o restringe el techo de deuda y de gasto para la sanidad y la educación. Esas son opciones y elecciones que ha tomado este Gobierno que sólo se pueden explicar desde la ideología.

Ha hablado usted también del mercado laboral. A lo mejor a usted no le parece un hecho anecdótico pero a mí sí me parece bastante simbólico que la Comisión de Empleo nos haya advertido de que en los próximos meses vendrán dos comisiones del Parlamento alemán, la de presupuestos y la de empleo. Podría ser casualidad, pero yo no lo creo. A mi juicio, vienen a comprobar cómo estamos haciendo las cosas, porque realmente son ellos quienes deciden. Por eso decía antes que se había aprobado el rescate en el Parlamento alemán y no aquí. Aquí no lo hemos debatido ni tampoco el memorándum, y parece que el Gobierno no tiene intención de debatir con el resto de grupos la política económica si no es profundamente obligado por las circunstancias.

Por supuesto que mañana hablaremos del ‘banco malo’ y sí, seré yo también quien tenga la oportunidad de hacerlo. Y también hablaremos de las reformas financieras, de otra nueva reforma financiera más de un Gobierno. De hecho sólo hay que sumar cuántas reformas financieras ha hecho este Gobierno y el anterior, y todo tipo de reformas e iniciativas que toma para salvar a la ciudadanía, para comprobar cuáles son las prioridades de este Gobierno. Y sí, el ‘banco malo’, el endeudamiento, la ‘burbuja inmobiliaria’, ya hemos debatido todos estos asuntos en la Comisión de Economía. Sabemos que los bancos hoy tienen un gran cúmulo de activos heredados de esa ‘burbuja inmobiliaria’, están sufriendo la resaca. Tienen viviendas, suelo y otro tipo de activos que no valen lo que dicen que vale. Ahora el Estado se los va a comprar a un precio por supuesto muy superior al de mercado y, de esa forma, se socializan las pérdidas, por más que el Gobierno intente disfrazarlo con alguna retórica; retórica como la que usó para Bankia. Bankia es una entidad profundamente quebrada por sus relaciones con el sector inmobiliario y de la construcción, y sus íntimas relaciones con el sector político conservador madrileño. Esa entidad profundamente quebrada -que está ya en juicio, que afortunadamente seguirá, y así podremos saber qué ha pasado- ha sido rescatada por el Estado, y ahí hay una socialización de pérdidas tan evidente que ni el Gobierno puede ignorarlas.

En definitiva, nosotros sí tenemos un proyecto de país, que es lo que estamos demandando, un proyecto de país con más democracia; que la economía no es sólo la prima de riesgo. De hecho, usted sabe que en otras ocasiones lo que nosotros juzgamos es que su proyecto económico no va a funcionar, y no lo va a hacer porque parte de premisas erróneas, y lleva a un modelo de sociedad con más desigualdad, más miseria y, por supuesto, más estallidos sociales. Porque no hay sociedad humana que pueda tolerar lo que desde la troika se impone y el Gobierno asume como propio. A nadie se le escapa -y eso es lo que se escucha en la calle, en cualquier parte, y en las manifestaciones- que no son realmente este Parlamento ni este Gobierno quienes toman las decisiones, sino esas entidades internacionales como la llamada troika.

Por tanto, señor ministro, tendremos muchas más oportunidades, pero quiero que quede constancia de nuestra posición como denuncia del no proyecto de país de este Gobierno, que nos deja sin futuro a toda la población y -permítame la apreciación- especialmente a los más jóvenes. Muchas gracias.”

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