Autor Foto: Rafael Espino Navarro
El toro, el torero y la afición.
Aguilar de la Frontera Plaza de San José.
“ … yo no tengo ningún instinto asesino, yo no soy nada violento, todo lo contario y aparte de mi profesión de matador de toros y cuando cazo, soy incapaz de matar una mosca. Lo que sí siento es que con el toro, al torearlo y matarlo, haces tu propia obra y que el toro colabora contigo para que tú hagas esa obra. Entonces la faena de la muerte del toro son tuyas, pero también de él y además son diferentes para cada toro. Cuando a muchos toros los he matado sin concederme yo una sola ventaja, he pensado que eso era lo más noble que yo podía darles, hacerles la suerte a ley a cada toro para que ésta fuera su muerte, la del toro de lidia y no la del ganado de carne.”
Rafael Ortega (torero)