Diego Igeño
Se nos fue. Hace unos días nos dejó a la edad de 92 años el que durante mucho tiempo ha sido el gran referente del fútbol en Aguilar de la Frontera, José Manuel Palma García, el maestro Requena. Al amparo de su saber, fueron varias las generaciones de aguilarenses que se implicaron en la práctica del deporte rey. Por suerte, son numerosas las añejas fotografías en que el cuerpo menudo, delgado, de Pepe Requena aparece acompañando a las formaciones de cada momento.
Allá por la refundación del C.D. Aguilarense en 1959 su presencia fue garantía de las cosas bien hechas, de la cultura del esfuerzo, del mimo al balón, del diálogo continuo con el jugador. Por ello, no es casual que, cuando el 3 de agosto de 1991 se inauguraron las nuevas instalaciones polideportivas del pueblo, fuera precisamente el maestro Requena, flanqueado por la primera generación de futbolistas, el encargado de realizar el saque de honor en el partido que disputaron el equipo local y el Sevilla Fútbol Club de tercera división.
Pero el magisterio y la bonhomía del maestro Requena iban más allá del campo de juego. En el sanedrín que constituía su barbería del Llano Bajo –heredó el oficio de su padre, vilmente asesinado en agosto de 1936-, las tertulias deportivas daban paso a otros temas que los Pericet, Belmonte y otros iban estrujando concienzudamente. En aquel templo de la palabra, muchos nos iniciamos en la lectura de la prensa, deportiva cómo no, en nuestros años jóvenes.
Se nos fue, se nos fue el maestro Requena. Pero el recuerdo de su ejemplo estará constantemente presente, cada vez que un balón ruede por las calles de Aguilar pateado por cualquier chiquillo. Descanse en paz.
