Estando ya relativamente cercanas las próximas elecciones municipales, he decidido ofrecer mis servicios al mejor postor.
Ofrezco: buen aspecto –si no me pillan recién levantado, claro-, políglota –sé insultar en varios idiomas- y extrema facilidad para cambiarme la chaqueta –esa es una habilidad innata aquí, recuerden aquello de “creíamos que habíamos ganado los comunistas y resulta que hemos ganado los socialistas”. Pero aún hay más: no tengo escrúpulos, soy un embaucador nato, un encantador de serpientes, tengo una labia prodigiosa capaz de hacer creíble cualquier tipo de discurso. Mi mano derecha, no sabe lo que hace la izquierda. Soy un liante compulsivo. No tengo ideales, ni sé lo que es la ideología. Cuando tengo que mandar, mando y cuando tengo que obedecer también lo hago estupendamente. Valgo lo mismo para un roto que para un descosido o, lo que es lo mismo, puedo dar perfectamente el pego tanto si estoy en Podemos como si me presento por el Partido Popular. Soy mudo, ciego y sordo, como los tres monitos. Nunca discuto lo que dictan mis superiores, pongo al mal tiempo mala cara, y al buen tiempo, mejor cara. Se palmear espaldas, sacudir manos y besar rostros anónimos simulando un afecto y una cordialidad, incluso un cariño, espontáneos y sinceros. No tengo escrúpulos ante nada –ah, ¿ya lo había dicho?-, lo mismo le pego una patada a un perro que pisoteo a un semejante, lo mismo me subo el sueldo que acepto que me paguen una comida de trabajo a base de buen marisco y mejores carnes. Soy de aquí y de allá, del barrio bajo y del alto, soy capaz, al mismo tiempo, de entrar y de salir, de subir y de bajar, soy, en definitiva, un chico para todo. Leo ABC, El País, Libertad Digital, Público, Aguilar Digital y Aguilar Noticias, el Marca y el Mundo Deportivo. Soy sociable, pero un poco antipático, así le caigo bien a los alegres y a los tristes, a los satisfechos y a los eternamente enojados. Parlo catalá –nunca se sabe-. Soy adorador del dinero y sumo sacerdote en sus templos, los bancos. Soy un maestro del insulto, un conspirador nato, un entrañable embustero. Soy fácilmente sobornable y tengo un punto canalla muy apreciado de los que me conocen. Si observas, verás que tengo la medida justa de corrupción en mis actos. Sé gritar y patear, pero también hacerme el sordo cuando es conveniente. Soy débil con los fuertes y fuerte con los débiles.
Tengo experiencia, mucha, de ahí mis canas. Traiciono a mis amigos con elegancia y nunca he sabido guardar un secreto. No sé de cuentas, aunque, eso sí, nunca resto, sólo sumo. Tengo algún dinerillo en el extranjero. Me dejo sobornar. Soy culto, fotogénico y lo mismo hago de rey, que de dios, que de obispo. He saludado personalmente a Manuel Fraga, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González y Julio Anguita así que, depende de quien me acepte, puedo dejarme ver fotografiado con unos o con otros. Escribo, aunque nadie me lee; leo, aunque a nadie le importe. Soy un poco canalla y perezoso, me dejo llevar y nunca discuto lo que dictan mis superiores- ah, ¿qué eso también lo había dicho?, bueno, pero quizás valga la pena repetirlo para que quede claro-.
En resumen, creo que tengo las cualidades perfectas para incorporarme en cualquiera de las formaciones que concurrirán a las próximas elecciones. Escucho ofertas.
Interesados, pueden llamarme al 555-17-89-00 o al correo meimportatodo@uncarajo.cat (por si acabamos siendo un apéndice dels Països Catalans). Flexibilidad horaria y disponibilidad geográfica.