Aguilar de la Frontera Calle a Calle (47)

DSC03275Antonio Maestre Ballesteros

CALLE CARRERA

Transcurre paralela a la calle Moralejo, tamando ambas como punto de partida el Llano de las Coronadas. Como elemento divergente más relevante entre las mismas  señalamos que la del Moralejo discurre por el trazado del antiguo camino de la Puente don Gonzalo, en la ladera Sur del Cerro de la Silera, y la calle Carrera por la ladera Norte, sobre el trayecto del antiguo camino que tomaba dirección hacia el pago agrario de los Moriles. Cronológicamente debemos remontarnos a la Edad Media para situar el origen ancestral de esta calle, aunque su desarrollo más destacado transcurrió en el siglo XVI. El trazado abarca el primer tramo del camino que desde el recinto amurallado de la villa se dirigía a los Moriles, siendo esta circunstancia logística la causante de la nomenclatura más primitiva que ha ostentado. Franco y Areco  refleja que dicho nombre correspondió al de “Carrera de los Moriles”[1], y su ubicación  geográfica durante el sigo XVI estuvo inmersa en el primitivo barrio de la Veracruz, hecho que comprobaremos más adelante.

Probablemente desde ese siglo compartió otra semanjanza con la calle Moralejo, como fue la de acoger a las familias de más abolengo de la localidad. A mediados del siglo XVII contaba con un censo de sesenta vecinos, equivalente a un número similar de casas[2]. Este dato permite considerar que, salvando algunos vacíos de solares que pudiesen existir, la calle había alcanzado ya las fronteras que tiene actualmente. Por esas décadas se constata la presencia vecinal de apellidos y linajes que detentaron, durante varios siglos, los cargos y oficios de mayor relevancia social en el Gobierno de la Villa. Los Figueroa, Toro, Burgos, Valle, y Varo, son exponentes destacados de estirpes familiares que se mantuvieron como moradores de la calle durante varias generaciones más.

En la última década del siglo XVII se detecta un sensible crecimiento del número de vecinos, llegándose a alcanzar los setenta y dos en 1699[3]. Como ejemplo descriptivo de la supremacía social que ostentaban mostramos los que ejercían los oficios más destacados:

 

NOMBRE  OFICIO
Diego García Capote Licenciado
Juan de la Mata Licenciado
Alonso Valenzuela Albornoz Hacendado
Alonso Valenzuela Berraz Regidor, Capitán, Noble
Pedro de Toro Palma Licenciado
Alonso de Gálvez Escribano Público
Antonio de la Mata Hacendado
Antonio de Toro Esteban Licenciado
Bartolomé de Vida Capote Alcalde Ordinario
José Niño de Guevara Administrador de Millones
Sebastián Rodríguez Procurador del número de la Villa
Marcos de Varo Franco Hacendado
Antonio de Toro Chaparro Teniente
Roque de Varo Medrano Hacendado

AMA. Padrones de Habitantes 1690 -1699. Leg, 208. Elaboración Propia

 

En el transcurso del siglo XVIII se acentuó la prerrogativa económica de algunos vecinos, reflejando dicho estatud la ornamentación arquitectónica que presentan algunas de las fachadas de las casas y palacetes que habitaron estas élites. Ya durante las primeras décadas de la centuria aparecen como vecinos un selecto grupo de hijodalgo, así como varias familias vinculadas al Tribunal de la Inquisición y diversos cargos concejiles:

 

NOMBRE OFICIO
Diego de Varo Reyes Hidalgo
Alonso de Valenzuela Berral Capellán, Familiar del Santo Oficio, Caballero Hijodalgo, Capitán reformado de Milicias
Bartolomé de Vida Capote Hijodalgo, Alcalde ordinario
Rodrigo de Varo y Varona Familiar y Alguacil del Santo Oficio de la Inquisición de Córdoba
Juan de Luque Molina Hijodalgo
Lorenzo Fernández del Toro Caballero del Orden de Santiago, Familiar del Santo Oficio de la Inquisición de Córdoba
Diego de Varo Reyes Juez de Campo
Cristóbal de Arce Alguacil Mayor

 

AMA. Padrón de Habitantes 1719. Leg. 208. Elaboración Propia

 

Aunque este conjunto de nombres marquase la cúspide social de la calle durante la primera mitad del siglo XVIII, podemos considerar por los datos manejados que el sedimento mayoritario fue el de clase media alta, constatándose la vecindad de algunos jornaleros y oficios artesanales, así como un elevado número de presbíteros:

 

NOMBRE OFICIO
Francisco de Palma Presbítero
Andrés de Antequera Presbítero
Pedro Gil Belmonte Presbítero
Diego del Rosal Zapatero
Sebastián de Aguilar Cardador
Diego García Capote Presbítero
Manuel del Mármol y Salcedo Vicario
Francisco Chaparro y Toro Presbítero
Alonso Avilés Tendero
Juan de Ariza Maestro de Sastre

AMA. Padrón de Habitantes 1744. Leg. 208. Elaboración Propia

 

Los datos recogidos en el Catastro de Ensenada permiten cotejar que en el inicio de la calle por la zona sur se situaba la casa del Juan del Villar, que hacía esquina a la calleja que bajaba a la Membrilla. La acera contraria se iniciaba con la casa de Francisca de Paula de Toro, que lindaba a la calle del Carmen[4]. Este documento pone de relieve que muchas de las casas de la acera derecha, sobre todo las pertenecientes a las familias más acaudaladas, contaban con molinos de aceite que daban al Campo de la Membrilla, mientras que las de la acera contraría contaban con tierras o patios que daban al Cerro de la Silera.

El padrón de rentas de 1742 aporta una interesante información que corrobora la hipótesis planteada con anterioridad sobre el nivel social que tenían la mayoría de los vecinos a mediados del siglo XVIII. Según este documento muchos de ellos deberían considerarse clase media, exepto un grupo de hacendados y nobles, así como otro, más reducido, de clase obrera y jornaleros. En total se registran cincuenta y siete personas declarantes de renta, de los cuales veintisiete se consideraban, por cómputo de riqueza, como clase media y hacendados:

 

NOMBRE REALES
Luisa de Sotomayor 2700
Alonso Avilés 2000
Pedro Infante 2000
José Muñoz Berlanga 1750
Pedro Antequera 1600
Sebastián Carrillo Capote   850
Elvira y Bernarda del Valle Melero   800
Fernando de Leiva   800
Felipe Barrionuevo   800
Joseph de Zafra   700
Andrés Gómez   700
Francisca Aguilar   600
María de Vida   500
Alonso Hurtado   400
Cristóbal de Palma   400
Juan de Andrade   300
Diego de Varo Reyes   300
Cristóbal Ruiz Madero   300
Juan de Ariza   250
Antonio López Higuera   200
Pedro de Toro Neira   200
Jerónimo Albalá   200
Miguel Chicoa   200
Juana de Carmona   200
Francisco Antonio Aguilar   200
Alonso Gil   200
Francisco Bailén   200

 

AMA. Padrón de Renta 1742. Leg. 1536. Elaboración Propia

 

Durante las décadas centrales del siglo se registraron como vecinos varias personas cuya actividad laborar les confiere la condición de artistas o creadores: el  músico Félix Consuegra, responsable de la capilla musical de la Parroquia del Soterraño[5]; el alarife Municipal Joseph de Zafra, al que se debe, entre otras obras de consideración, el diseño de la Fuente Nueva[6]; y el más destacado de todos, catalogado como pintor, Juan Muñoz Berlanga Donaire, autor del adorno y polícromado de las yeserías de la iglesia de las Carmelitas Descalzas[7].

Durante el último tercio del siglo se alcanzaron los registros más numerosos de vecinos, llegándose a contabilizar en 1769 setenta y nueve. En estos censos se incluyen las seis personas que ostentaban el título de hidalguía.

 

NOMBRE OFICIO
Alonso Romero Hijodalgo
Alonso Valenzuela Hijodalgo
Juan de Vida Hijodalgo
Juan de Varo Hijodalgo
Antonio de Varo Hijodalgo
Lorenzo de Toro Hijodalgo

 

AMA. Padrón de Habitantes 1768. Leg. 208. Elaboración Propia

 

Además de los hijodalgo, son numerosos los vecinos que ostentaron oficios o cargos de gran relevancia social durante la segunda mitad de esta centuria, cuando la calle sumaba ya un total de sesenta y siete edificios:

 

Don José López del Castillo – Teniente reformado
Don Antonio Serrano y Ortega – Abogado de los Reales Concejos y Corregidor de esta Villa, Caballero hijodalgo, familiar del Santo Oficio de la Inquisición y alférez del Regimiento Provincial de Bujalance
Don Juan José Treviño – Caballejo hijodalgo, abogado de la Real Chancillería de Granada
Don Rodrigo de Varo – Caballero hijodalgo, Alcalde del castillo y fortaleza, y alférez Mayor de esta villa.
Don Bartolomé Jiménez Norete – Escribano de Número
Don Alonso de Valenzuela – Caballero hijodalgo, Familiar del Santo Oficio, capitán de milicias y Maestrante de Ronda
Don Francisco Ortiz Galán – Padre General de Menores
Don Francisco de Varo y Ocaña, Teniente de Juez de Campo
Don Salvador Rasero –  Escribano de Número
Don Diego de Crespo – Juez de Campo

 

AMA. Padrones de Habitantes 1775 al 1789. Leg. 209. Elaboración Propia

 

La notabilidad de estos vecinos y la importancia logística de esta vía en el conjunto del callejero, determinaron que fuese una de las más cuidadas en su pavimentación a lo largo del tiempo. Con toda probabilidad se le efectuaron empiedros desde el siglo XVI, documentándose otras obras de éstas características en 1786:

 

……desea el Ayuntamiento poner en ejercicio este beneficio común en que desea dedicar su actividad y a su consecución unánime y conforme con los diputados y se proceda a reparar y componer los citados caminos, entradas y salidas  del pueblo y que se empiedren las calles que también se hallen maltratadas, principalmente las de la Carrera y tráncito para los Puertos costeándose de los Propios con la mayor economía y debida justificación….[8]   

 

Los primeros padrones de habitantes del siglo XIX siguen reflejando la presencia de vecinos descendientes de las élites sociales de siglos anteriores, aunque también se vislumbra una evolución marcada por el carácter comercial que estaba adquiriendo la calle al establecerse en ella numerosos establecimientos.

Entre los vecinos más relevantes de ese periodo podemos citar: el coronel Juan de Toledo; el cirujano Gregorio González; el teniente coronel Joaquín Jurado Valdelomar; los oficiales José Romero y Antonio Cerezo; el alcalde mayor Luís Sanz Herrera; el agrimensor Gabriel Martín Maldonado; el maestro alarife Manuel Jiménez; el médico Francisco Moriana; y los músicos Antonio Estepa y Francisco Flores….[9].

En el aspecto industrial destaca como único comercio existente en el siglo XVIII  la tienda mercería de Alonso Avilés[10]. Según los padrones del primer tercio del siglo XIX, por ese tiempo se había producido un considerable incremento del número de comercios ubicados en la zona, correspondientes a los más diversos oficios y trabajos artesanales. Se contabilizaban: una tahona; una tienda especiería; dos tejedores; un odrero; un zapatero; un panadero; un abogado; un escribano; un empleado de la Real Hacienda; y dos tabernas: la de Alonso Moriana y Juan de Avila…[11]. Una visión completa del elenco de profesiones y oficios que ejercieron estos vecinos durante la primera mitad del siglo decimonónico se refleja en el padrón de habitantes de 1837, tal como recoge en el siguiente cuadro:

 

OFICIO O TRABAJO NUMERO DE PERSONAS
Arrendadores   2
Hacendados  10
Administrador de Rentas    1
Curas  11
Religiosos Exclaustrados    3
Costureras    6
Músico    1
Propietarios    8
Mayorazgo    1
Hilandera    1
Tejedores de Esparto    2
Hodrero    1
Tahona    1
Sirvientas    3
Bordadoras    2
Zapatero    1
Jornaleros    9
Pobre    1
Escribano    1
Confitero    1
Aperador    1
Labradores    3
Subdiácono    1
Agrimensor    1
Sirvientes    2
Carpinteros    3
Barbero    1
Albañiles    3
Estambrero    1
Herrero    1
Alarife    1
Administrador Loterías    1
Abogado    1
Medio Mulero    1
Taberna    1
Panadero    1

 

AMA. Padrón de Habitantes 1837. Leg. 213. Elaboración Propia.

 

Durante la primera mitad del siglo XIX regentaron la alcaldía de Aguilar al menos tres vecinos de esta calle pertenecientes a familias de distinguida posición económica y social. Estos alcaldes fueron: Francisco Franco y Areco en 1812; Manuel Gutiérrez Pretel en 1839; y Francisco Fernández Abango en la misma década[12].

En los años centrales de la centuria se fabricó un elemento arquitectónico singular que ha perdurado hasta la actualidad -aunque reconstruido recientemente-, como es del arco de acceso al Cuestón del Duque. Con esta obra la calle Carrera  igualaba en un aspecto más a la del Moralejo, donde se construyeron por primera vez este tipo de elementos ornamentales en el transcurso del siglo XVIII.

Las primera noticia hallada sobre la edificación del citado arco se fechan en  1847, correspondiendo a la autorización que para tal fin otorgó el Ayuntamiento a Manuel Jiménez y Lora:

 

Se concede el permiso que solicita D. Manuel Jiménez y Lora de esta ciudad para construir un arco sobre la esquina de su casa calle Carrera que la enlace con la de la otra esquina con objeto de dar a ambas más firme y mejor adorno de dicha calle, entendiéndose dicho permiso siempre que haya conformidad en el dueño de la otra indicada casa[13]

 

No podemos verificar que se llegase a ejecutar por esos años el arco descrito, ya que según la información que aparece en las actas capitulares de 1897, fue en dicho año cuando se realizó la obra entre las casas de Francisco Franco Luque y José Gordillo Alcalá[14].

Es importante considerar que en la década de 1880 se produjo una ampliación de la acera derecha al construirse varias casas en el solar que ocupaba el Juego de Pelota (Llanito Chico), tras ser derribado éste junto con el convento e iglesia de las Coronadas en 1884. En el solar de la derruida iglesia se proyectó la construcción de una ermita para perpetuar la memoria del templo desaparecido, además de preservar en el tiempo el culto que instituyó Don Alonso de Aguilar a la Virgen de la Asunción Coronada a finales del siglo XV, en la Villa cabecera de su Señorío:

 

Los que suscriben regidores de la Corporación Municipal, se permiten presentar la moción siguiente: como quiera que al gestionar el permiso o el derecho para proceder al derribo del exconvento de Coronadas, se propuso la construcción de una capilla para la colocación de Ntra. Sra. de este título, teniendo el Ayuntamiento acordado efectuar dicha obra, pero que las circunstancias especiales en que se encuentra de falta de recursos no permite llevarla a cabo, deseando obtener la facultad de proceder a la construcción de aquella en el espacio que media desde el ángulo que forma la muralla esquina de los corrales de la casa de Don Ricardo Aparicio hasta el fin de la explana que termina en el Juego de Pelota con las condiciones siguientes:

1º La capilla ha de construirse en el centro del espacio indicado dejando colateralmente otros dos suficientes para dos casas o sea, utilizando solo ¿? varas de frente en dicho sitio.

2º solo se interesa del Municipio que facilite los materiales necesarios del que resulte del derribo ofreciendo los que hablan cooperar para llevar a cabo tan religioso pensamiento con las limosnas y productos que obtengan de rifas y aportaciones voluntarias[15].

 

Tan meritoria empresa se emprendió por los regidores: José M. Maldonado; Manuel Castro Flores; José María Zurera; Juan de Dios Carmona; Antonio Almeda y Rafael Crespo[16]. La proyectada capilla no llegó a construirse, destinándose su solar para cine de verano durante varias décadas[17]. No ocurrió lo mismo con los solares  liberados para fabricar casas, al ser solicitados por varios vecinos. Entre las solicitudes se hayaba la que presentó el 22 de marzo de 1884 José Carvajal y Estrada:

 

Se dio cuenta de un escrito que dirige al Ayuntamiento don José Carvajal y Estrada, de estos vecinos, recordando el que presentó en sesión del día 22 de marzo último, pidiendo se le concediera licencia para obrar una casa en la parte del terreno que perteneció al derribado convento de las Coronadas, situada en la parte sur del paseo de aquel nombre, y que comprende el rincón de forma irregular que en el existe[18].      

 

En el transcurso de la segunda mitad del siglo habitaron en la calle varias personas que alcanzaron gran notoriedad social, tanto en la población como fuera de las fronteras locales, vinculadas, fundamentalmente, a la carrera militar y política. Como militares destacaron los hermanos Gutiérrez Cámara: Emilio que nació en la calle Moralejo y Juan en la calle Carrera, donde habitaba este linaje familiar desde hacía varios siglos[19]. La reputación de estos dos generales se vio refrendada al  rotular con sus nombres una calle y una plaza de la población. En la carrera política destacaron Juan Baustista de Burgos Luque y Jerónimo Palma, ambos ostentaron el cargo de diputados en el Congreso Nacional, el primero por el Partido Conservador y el segundo por el Republicano[20].  Jerónimo Palma fue distinguido también con el honor de rotular con su nombre una calle del pueblo, tal como conoceremos más adelante.

En las últimas décadas del siglo la calle superaba los trescientos habitantes, residiendo éstos en casas cuya numeración abarcaba del 1 al 85 y del 2 al 58[21]. En la última acera se ubicaban los alhoríes del Duque comprendidos en el edificio de la Tercia. La mayoría de los moradores mantenían la condición social de pertenecer a la clase media, contabilizándose tambien algunos representantes de los dos estremos sociles como consituían los hacendados y los jornaleros, situación heredada desde siglos atrás. En esos años se contabilizaban un total de veinte y cuatro vecinos con la condición de propietarios; seis hacendados; cuatro militares; varios artesanos y un número similar de  jornaleros, etc.[22] Es notoria la presencia de vecinos relacionados con la Jurisprudencia, tales como: el juez de primera instancia Rafael María Lara; los procuradores Ramón Galisteo y Antonio García Sánchez; y el abogado Jerónimo Palma, lo que induce a pensar que ya estaban situados en este lugar los juzgados que acogidos en diversos edificios se han mantenido hasta la actualidad[23].

En el ámbito comercial mantenía la misma situación de décadas anteriores, contabilizándose: dos confiterías; dos tabernas; varias carpinterías; una herrería; dos barberías; una sastrería; una talabartería; una relojería[24], etc. Hay que hacer constar que por esos años se situó en esta calle el que pudo ser primer estudio fotográfico existente en Aguilar. Estuvo ubicado en la casa número 39, donde, además de otros vecinos, habitaba Antonio Hisbert Baitar, de profesión fotógrafo[25].

Al concluir el siglo XIX se produjo el primer cambio de nomenclatura que experimentó la calle. El acuerdo Plenario correspondiente se fecha el 18 de Agosto de 1897 y se tomó bajo el siguiente criterio:

 

Seguidamente y por la misma presidencia se manifestó: que dada su ausencia por las causas que se hacen constar en el acta leída y aprobada en la presente noche, a el acto de la celebración de la  Capitular última, aprovechaba esta para sumarse a la exposición de duelo consignado en la misma por el fallecimiento del Eximo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros Don Antonio Canovas del Castillo, haciendo suya la protesta de la Corporación en todas sus partes, contre el malificable hecho que lo ocasionara en el día 8 del corriente.  El Señor Procurador Síndico don Agustín A. Tablada Vidal, expresó con la elocuencia y levantada frase que siempre le caracteriza; que por sí y en nombre de la minoría Liberal de este ayuntamiento, igualmente se asociaban a la expresada manifestación de sentido pésame que oportunamente resulta hecho constar en el acta anterior y protesta consiguiente del mismo al vituperar la acción causadora de la muerte de tan ilustre patricio, ampliando que como nuestra región andaluza tiene más obligaciones a perpetuar la preclara memoria del finado, que ninguna otra de España, entre otras cosas se permitía proponer, que a una de las calles principales de esta ciudad, que puede ser la de Carrera, se le rotule con el nombre de “Cánovas del Castillo”, cuya moción fue acogida por unanimidad, así como el que se saque testimonio de este acuerdo para ser remitido al Eximo. Sr. Ministro de la Gobernación[26].

 

Rotulada con el nombre de Cánovas del Castillo inició la andadura del siglo XX, en cuyas primeras décadas adquirió un especial protagonismo por ubicarse en ella  varios servicios públicos y las sedes de diferentes partidos políticos. Por esos años fueron alcaldes de Aguilar varios vecinos de la calle: Francisco Toro González; Juan de Burgos Carrillo; Agustín Aguilar Tablada; y Francisco Sampedro Martínez[27]. Juan de Burgos fue hijo del diputado Juan de Burgos Luque, pertenecientes ambos al linaje de los Burgos que aparecen avecindados en este lugar desde varias generaciones atrás. También mantuvo durante la centuria decimonónica una considerable actividad comercial al permanecer abiertos varios establecimientos, tiendas y tabernas, tal como refleja el padrón de contribución industrial de 1926:

 

CALLE NOMBRE OFICIO
Canovas 81 Amador Jordán Vázquez Mercería
Canovas 8 Diego Estadillo Romero Comestibles
Canovas 14 Ernesto Melero Martín Taberna
Canovas 2 Enrique Alonso Maese Abacería
Canovas 33 Antonio Galisteo Luque Corredor de granos
Canovas 43 Encarnación Rodríguez Fernández Matrona
Canovas 40 Francisco Sampedro Martínez Abogado
Canovas 29 Manuel Panadero Navarro Corredor de Fincas
Canovas 41 Joaquín Moreno Gómez Dos máquinas de géneros de punto
Canovas 38 Silvestre Pérez Carmona Carpintero

AMA. Padrón de Contribución Industrial 1926. Leg. 483. Elaboración Propia

 

Entre los comerciantes del lugar debemos destacar por la  notoriedad que alcanzó en su tiempo a Amador Jordán, cuya tienda -ubicada en una de las casas situadas en el denominado “Llanito Chico”-, llegó a alcanzar tal renombre que popularmente se conoció este emplazamiento durante muchas décadas como “el Llanito Jordán”. Esta celebridad le valió al citado personaje para aparecer nombrado en una de las coplas más célebres del carnaval de Aguilar, dedicada a la calle Carrera, compuesta y cantada durante el primer tercio del siglo. La letra de este pasodoble refleja irónicamente la idiosincrasia de la calle y parodia la concentración que se daba en la misma de personajes, instituciones, y asociaciones públicas y privadas, hasta el extremo de otorgarle los compositores el calificativo de “calle los peligros”:

 

                                            LA CALLE LOS PELIGROS

 

 

“Al entrar en el pueblo/

 nos hemos enterado/ que a la calle Carrera/

 un nuevo nombre le han colocao/

Ahora le llaman la calle los Peligros/

 y eso tiene su justificación/

con el cuartel de la Cruz Roja/

los socialistas y el Juzgado de Instrucción./

Allí está la funeraria/ Registro la Propiedad,/

la Contribución y el Duende,/

también la Comunidad./

Los comunistas y el cura,/

La matrona y el doctor/

Y las cajillas del Mundo/

las vende don Amador, Jordán.[28]/  

 

A tan detallado catálogo hay que sumar otros establecimientos de diversa índole existentes durante la primera mitad del siglo XX. Entre ellos uno de los dos teatros con que ha contado nuestro pueblo a lo largo de la historia, tratándose del más antiguo, denominado Teatro de las Flores. No se conocen por ahora datos que revelen el origen de dicho teatro, pero no es aventurado creer que ya existiese en el siglo XIX. En el padrón de contribución industrial de 1933 se describe su aforo y situación.

 

Así mismo certifico que el de la propiedad de don José María Zuzera Varo, titulado “Las Flores” y emplazado en la calle Canovas nº 10 de esta ciudad, el aforo con que aparece es el siguiente:

 

                                        48 Entradas de Platea

                                      250 Butacas

                                      200 General[29]

 

Además del teatro la calle acogía una tahona, propiedad de Manuel Alberca Conde situada en el número 30; la fábrica de ataúdes de Antonio Márquez Barranco, situada en el número 20; o la imprenta “la Constancia”, propiedad de Carmen Ruiz Calvo de León, situada en el número 2[30]. Por esos años compartían vecindad en la calle tres médicos: en el número 45 Olegario Pérez Jiménez; en el 63 Idelfonso Lora Lucena; y en el 75 Manuel Jurado López[31].

Su ubicación en el centro geográfico de la población propició el establecimiento en ella de varios centros de enseñanza que estuvieron activos durante gran parte del siglo XX. Dichas escuelas se ubicaban en sendas casas particulares que eran arrendadas para tal fin por el Ayuntamiento. La escuela de niños se situó durante muchas décadas en la casa número 34,  y en ella impartieron docencia entre otros maestros Luís Gutiérrez Tejada, y la escuela de niñas que estuvo regentada por la maestra Dolores Reyes.

Superada la Guerra Civil, y en los años más inmediatos de posguerra, la calle acogió varios servicios relacionados con la contienda, como fue uno de los comedores del Auxilio Social instalado en las dependencias del antiguo Teatro de las Flores. También tuvo su sede en esta calle el Sindicato Vertical del régimen franquista, ubicado en la Casa del Pueblo, requisada al Partido Socialista y la Unión General de Trabajadores tras la Guerra Civil. Coincidiendo con el cambio general de nomenclaturas que se produjo en 1944 le fue sustituido el nombre de Cánovas del Castillo por el de José Calvo Sotelo[32].

Con dicha nomenclatura se mantuvo durante las tres últimas décadas de la dictadura, en las que sobresalieron como vecinos: los hermanos Agustín y José Aranda Romero, ostentadores ambos de la alcaldía de Aguilar durante gran parte de la década de 1950; los médicos José Palma Varo y Antonio Pulido Palma; y los maestros Ángel Moreno Urbano, Faustino Clavería Alguacil y Antonio García Cuevas[33].  Coincidiendo con la elección de los Ayuntamientos democráticos en 1979 la calle recuperó su primitiva nomenclatura que mantiene en la actualidad[34]. Durante el último tercio del siglo XX se produjo una importante renovación en sus casas desapareciendo en este proceso algunos edificios que contaban con gran interés arquitectónico. Desde la década de 1980 una de las casas señoriales acoge al Palacio de Justicia de Aguilar. En la década de 1990 se abrió en el solar del antiguo molino de la casa de los Burgos un pasaje peatonal que une las calles Carrera y Tercia, rotulándose con el nombre del médico José Palma Varo.

 

NOMENCLATURAS

 

CARRERA DE LOS MORILES: corresponde a la nomenclatura más primitiva de la calle. Con ella aparece denominada en documentos del siglo XVI. Fue muy común por esos siglos y anteriores el utilizar la denominación carrera para designar a caminos con cierta relevancia logística por el lugar a que se dirigían. Dicha denominación se solía completar con el nombre del lugar donde terminaba la trayectoria el camino. En el caso de esta calle dicho lugar correspondía al paraje agrario de los Moriles. Muchos de esos caminos se transformaron posteriormente en calles, manteniendo la denominación de Carrera.

En Aguilar existen otros ejemplos similares en el camino de la Carrera de Córdoba, que por utilización de la apócope se designa actualmente como “Caracórdoba”, y el de la Carrera de los Puertos que comprende el tramo de la atual calle Ancha.

 

CALLE CÁNOVAS DEL CASTILLO: Antonio Cánovas del Castillo nació en Málaga en 1828 y murió en Santa Águeda-Guipúzcoa en 1897. Político e historiador español. Tras el golpe militar de Martínez Campos en 1874 y la proclamación de Alfonso XII como rey, fue nombrado primer ministro, dando así inicio al periodo de la Restauración, caracterizado por la alternancia en el poder de los Conservadores liderados por el propio Canovas y los Liberales de Sagasta. De su labor como historiador destacan obras como Estudios del reinado de Felipe IV e Historia de la decadencia en España.

 

CALLE JOSÉ CALVO SOTELO: nacido en Tuy, Pontevedra, en 1893, murió asesinado en Madrid en 1936. Político español. Fue ministro de Hacienda durante la dictadura de Primo de Rivera. Al proclamarse la Segunda República se exilió, para volver en 1934 y encabezar el Bloque Nacional, partido derechista. Fue asesinado el 13 de julio de 1936 por un grupo de guardias de asalto.

 

 



[1] FRANCO Y ARECO, J. de D. Museo Genealógico …,

[2] AMA. Padrón de Habitantes 1651, Leg. 208.

[3] Ibidem. 1699, Leg.208.

[4] AMA.  Catastro de Ensenada – seglares, Leg. 396.

[5] AMA. Padrón de Habitantes 1726, Leg. 208.

[6] AMA. Catastro de Ensenada.- seglares, Leg. 396.

[7] Ibidem.

[8] AMA. Acta Capitular 31 agosto 1786, Leg. 119.

[9] AMA. Padrón de Habitantes 1823 – 1826, Leg. 210.

[10] AMA. Padrón de Renta 1742, Leg. 1536.

[11] AMA. Padrón de Habitantes 1821 -1826, Leg. 210.

[12] AMA. Cuentas de Propios 1813, Leg. 388.

[13] AMA. Acta Capitular 15 enero 1847, Leg. 129.

[14] Ibidem. 22 noviembre 1897, Leg. 140.

[15] Ibidem. Acta Capitular 1883, Leg. 107.

[16] Ibid.

[17] El grupo escultórico de la Virgen de la Coronada se depositó junto con otros elementos del desaparecido edificio en el Convento de las Carmelitas Descalzas de Aguilar donde aún se conservan.

[18] AMA. Expediente gubernativo……1884, Leg. 1786.

[19] AMA. Padrón de Habitantes 1870, Leg. 223.

[20] Ibidem. 1871, Leg. 223.

[21] Ibidem. 1870, Leg. 223.

[22] Ibidem.

[23] Ibidem. 1871, Leg. 223.

[24] Ibidem.

[25] Ibidem. 1870, Leg. 223.

[26] AMA. Acta Capitular 18 agosto 1897, Leg. 140.

[27] MAESTRE BALLESTEROS, Antonio –  IGEÑO LUQUE, Diego.  Alcaldes y Vida Política…,

[28] IGEÑO LUQUE, Mari Sole, IGEÑO LUQUE, Diego. “La II República en las Canciones Populares: Análisis de las coplas del Carnaval aguilarense”.  Crónica de Córdoba y sus pueblos VII – separata. Asociación Provincial Cordobesa de Cronistas Oficiales. Córdoba 2002.

[29] AMA. Padrón de Contribución Industrial 1933. Leg, 483.

[30] Ibidem.

[31] Ibid.

[32] AMA. Correspondencia 1944. Leg, 789.

[33] AMA. Padrón de Habitantes 1940. S/C.

[34] AMA. Acta Capitular 25 mayo 1979. leg, 151.

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