Las consecuencias de las altas temperaturas y la falta de agua durante esta primavera no se han hecho esperar y los primeros datos de daños en el campo cordobés comienzan a llegar tras recogerse las cosechas de los cereales, pero también de leguminosas. “Está siendo un mal año para el campo”, afirma el presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, aunque lo peor puede llegar aún si en los próximos meses no cambia la meteorología y mejoran las condiciones para el olivar y los cítricos. En el caso de los cereales, la Consejería de Agricultura estima que en Córdoba el descenso de la producción ha sido cercano al 40% y está por ver lo que ocurre también con el girasol, para el que la Junta ya contempla una cosecha corta al quedarse los capítulos más pequeños de lo habitual.
En la provincia de Córdoba se ha producido un importante descenso de las precipitaciones recogidas durante el actual año agrícola (se inicia el 1 de septiembre), que fluctúan entre los 226,8 litros menos que se han registrado en el pantano de Guadanuño (Cerro Muriano) respecto a la media histórica o los 194,8 menos de Aguilar de la Frontera. En otros términos como Benamejí (-162,6), Montoro (-159,3) o Córdoba (-114,9) también están muy por debajo de las cifras que contabiliza la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en el periodo 1980-2010.
Solo en Hinojosa del Duque, con 94,3 litros más de lo que suele registrar, y Espiel (+58,6) rompen la tendencia. “Estos calores no son buenos para la ganadería, el viñedo o el olivar. Es un año malo, que ha reducido la cosecha de cereal y que genera incertidumbre por lo que pueda suceder con la uva o la aceituna”, señala el delegado territorial de Agricultura de la Junta, Francisco Zurera.
Junto a la pérdida de cosecha en los cereales y la incertidumbre en el olivar, Fernández de Mesa advierte de la caída de naranjas que se ha producido por las altas temperaturas e insiste en los efectos que ha provocado en la ganadería al agostarse prematuramente los pastos, por lo que ha habido que aportar pienso a los animales. Además, la subida de precios del cereal también incrementará los costes de producción de los ganaderos.
Por su parte, la secretaria provincial de COAG, Carmen Quintero, destaca también el incremento de costes que se está produciendo por la necesidad de regar más en las zonas que tienen regadío, como sucede con los cítricos, el maíz o el algodón. “Ha sido un año malo para el campo cordobés por la falta de lluvia y las altas temperaturas”, coincide Quintero. El único cultivo que, por el momento, ha mejorado con respecto a ejercicios anteriores es el ajo. “Este año ha presentado una gran calidad y buen calibre y los precios se han recuperado después de tres años vendiendo a pérdidas”, indica la secretaria provincial de COAG.
El secretario provincial de UPA, Miguel Cobos, asegura que la sequía y las altas temperaturas han ocasionado ya un daño “considerable”, que sigue creciendo con el mantenimiento de esta pluviometría. “En el olivar se espera una cosecha media-baja. Cada vez se ve menos aceituna porque el olivo no tiene humedad para que se haga. Como tarde en venir la lluvia, la cosecha está en el aire”, puntualiza. Junto a la caída del rendimiento en los cereales, Cobos insiste en el aumento de costes que ocasionará la falta de humedad y las altas temperaturas en el regadío, además de elevarse la inversión en la ganadería ante la falta prematura de pastos. (Más información sobre las previsiones meteorológicas en la página 13).
Diario Córdoba