Contemplar la perspectiva que ofrece Aguilar desde su vertiente norte constituye siempre un gozo para la vista; y si durante el invierno le sumas el añadido de la nieve, lo convierte en uno de esos pueblos idílicos de postal que coronan las serranías de nuestra tierra.
La nieve no es habitual en la campiña cordobesa, por eso, en los inviernos en los que se hacen presente en gran cantidad, como ocurrió en el 2010, sublima el paisaje invernal y nos deja imágenes tan sorprendentes y encantadoras del pueblo como la que mostramos en esta fotografía. En ella resalta la zona medieval del pueblo coronada por las ruinas del Castillo y el templo parroquial de Santa María del Soterraño.
La panorámica de Aguilar nevado es la excepción que confirma la regla, pues en la campiña el frío aprieta hasta helar los campos, pero la nieve se ve muy de vez en cuando, lo que convierte a los años en que aparece en inviernos históricos.