
La arquitectura ha sido, desde el origen de los tiempos, uno de los motivos más recurrentes de la fotografía. Las largas exposiciones que requerían las primeras emulsiones, hacían de los inmóviles edificios y monumentos los protagonistas perfectos para los fotógrafos de finales de XIX y principios del XX, iniciando así una tendencia que ha perdura hasta nuestros días.
La fotografía de arquitectura se ha convertido en una de las vertientes más prolíficas de este arte, y también en una de las más interesantes para documentar las grandes evoluciones sociales, artísticas y tecnológicas de la era moderna. Por eso hemos querido mostrar la curiosidad de esta instantánea en la que un audaz fotógrafo se dispone a perpetuar en una imagen la belleza arquitectónica de la Plaza Ochavada de Aguilar, y es cogido en ese intento por otro aficionado que toma una perspectiva de mayor alcance. De alguna forma el trabajo de estos dos fotógrafos, de una manera u otra, contribuye a asentar las bases de esta disciplina fotográfica.
Foto cedida por Manuel Llamas León.