El cielo comenzó a llenarse de nubes grises y el viento a levantarse, una brisa fría que viene de otras latitudes. Es el preludio a la tormenta que va a caer sobre la ciudad. Se espera con alegría, con temor, con angustia, solo se espera que la naturaleza haga su trabajo de mojar la tierra sedienta con la lluvia, que rápidamente cubrirá todo y la llenara de vida.
Ya comienzan a caer las primeras gotas sobre la campiña y la noche llega.
Fotografía: Antonio José Poyato Nieto.