El amanecer y el anochecer ofrecen momentos bonitos en cualquier momento del año, pero su excelencia aumenta en otoño. Esto sucede porque la luz, sobre todo por la tarde, tiene un tono dorado que potencia los colores de la estación como el naranja, el granate o el marrón.
Si además las nubes filtran la luz solar el resultado puede ser una escena se sublimada a la categoría de postal instantánea que puede ser admirada por quien contemple el atardecer en vivo y la inmortaliza en una instantánea que retiene el tiempo y eterniza una imagen que fue, pero que ya no existe, y se antoja irrepetible.
Así se podría definir a la hermosa panorámica capturada por Manu Cecilia Ruiz.