Si contrastamos la actualidad informativa de nuestro pueblo en estas primeras semanas de septiembre con la retrospectiva de años pasados, advertiremos rápidamente que ésta ha mermado considerablemente a raíz de la desaparición de la Feria de Muestras de Aguilar, evento que constituía uno de los acontecimientos informativos más destacados a nivel provincial y regional durante el referido mes.
El éxito de público y participación de empresas que acompañó a la muestra desde el primer año avalan esta aseveración, y sólo con ojear la prensa se advierte lo que la campaña publicitaria suponía para el pueblo y sus recursos y el interés mediático que despertaba este evento.
Resulta innecesario abundar en los beneficios de esta actividad y el efecto positivo que se derivaba para el comercio y negocios locales, en una palabra, una iniciativa plausible desde todos los puntos de vista. Esta contingencia tan positiva, destacada y reconocida por los organizadores y Ayuntamiento hasta el año 2008 en que se celebró la cuarta y última edición de la Feria, no responde a la celeridad que se ha suprimido y abandonado la idea.
Ya el pasado año dejó de celebrarse con el argumento de que era conveniente espaciar su realización a un periodo bianual, lo que permitiría una mayor y mejor organización, menos coste, etc, De esta primera regresión se ha pasado directamente a anular su continuidad con la única y ya manida excusa de la crisis, empleada también para justificar la perdida de la Cata, Campamento Medieval, Noche de la Media Luna, etc
La desaparición de la Feria de Muestras ha originado un vació desolador en los medios de comunicación en cuanto a noticias positivas sobre Aguilar en el mes de septiembre, un silencio que lesiona considerablemente la proyección del pueblo, mientras advertimos asombrados cómo Montilla, Moriles, Zueros, Priego, Puente Genil, etc., siguen manteniendo sus Catas de Vinos, Ferias de Muestras, Feria del Queso, Feria Agrícolas, etc., como si lo de la crisis no fuese con ellos.
Indudablemente dichos pueblos están sufriendo igual que el nuestro el zarpazo que ha supuesto para sus economías y las de los ayuntamientos las restricciones económicas. Aún así, no han renunciado a las actividades peculiares que publicitan sus pueblos en los medios de comunicación, posiblemente porque siguen apostando por ellas y porque han sabido suplir con imaginación otras carencias. O quizás porque hayan sopesado que no es admisible dejar perder tan fácilmente lo que tanto esfuerzo y años ha costado construir
Antonio Maestre Ballesteros