La feria de 1961 estuvo marcada por un acontecimiento que superó con creces las expectativas que había levantado entre los locales y foráneos. El propio Cronista de Aguilar, José Varo de Castro, se hace eco en el Diario Córdoba de la extraordinaria dimensión que alcanzó la novillada que se celebró el miércoles 9 de Agosto en Aguilar:
-La guardia de tráfico cordobesa (que vino a tal fin de la novillada y a la que felicitamos sinceramente) organizó la circulación de tal forma que no hubo el más pequeño atasco, no ocurrió ninguna desgracia personal y todo se deslizó maravillosamente. Se calculan en más de 500 los automóviles que llegaron a nuestra ciudad desde distintos puntos, así como un número igual o acaso mayor de motos. La animación fue extraordinaria y esta fecha quedará registrada en los anales de las fiestas aguilarenses.
Ahora solo queda el unánime comentario sobre “El Cordobés” sobre su discutida personalidad como torero, cuyo recuerdo perdurará en la memoria de los aguilarenses mucho tiempo-.
Para atestiguar las palabras del Cronista contamos con varias fotografías de la novillada. La que exponemos en este espacio nos muestra a los artífices principales del evento: el jovencísimo Manuel Benítez, vestido de luces y dispuesto a torear, y al también, por aquellos entonces, joven párroco D. Julián Aguilera, promotor de la novillada benéfica, cuya cara no irradiaba precisamente felicidad, ya que según cuentan las cónicas no escritas, estuvo a punto de suceder un altercado al existir más entradas vendidas o repartidas que localidades tenía la plaza.
Fotografía propiedad de Agustín Peña Aranda



