Hoy hace treinta años. Cómo pasa el tiempo. Hoy se celebran a bombo y platillo los treinta años del triunfo del golpe que protagonizó el glorioso teniente coronel Antonio Tejero. Treinta años desde que nuestro país perdió sus libertades, desde que el general Armada se hizo cargo de un gobierno de concentración nacional que quiso acabar con los muchos males que en aquellos años asediaban el país. Recuerdo perfectamente todo lo que sucedió en esos días: la entrada de los guardias civiles en el Congreso, la salida de tanques por Valencia, los movimientos en la división acorazada Brunete y, por fin, el anuncio del rey apoyando a los sublevados.

Y recuerdo, aún mejor, lo que pasó luego. Las detenciones de la mayoría de los lideres políticos y sindicales de entonces: Santiago Carrillo, Felipe González, Alfonso Guerra, Adolfo Suárez, Rodríguez Sahagún, Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius, Nicolás Redondo… Y tras de ellos, las redadas en las sedes de los partidos políticos de todos los pueblos de España. Algunos, los más previsores o los más pesimistas, no sé bien qué pensar de ellos, recordando lo sucedido en el año 1936, cogieron las maletas y partieron para el exilio. Nuevamente cientos de miles de españoles se repartieron por muchos puntos de la geografía mundial y allí siguen esperando el retorno de la democracia.

Ahhhh, la democracia. Ahora muchos, con miedo eso sí, añoran esa palabra, incluso algunos de los que tanto la criticaron. Sólo veían lo negativo, sólo ponían el acento en los problemas: que si el paro nos está destrozando, que si no hay seguridad en las calles, que si España se está partiendo en mil pedazos, que si no hay respeto, que si todo es libertinaje, que si el terrorismo va a acabar con nosotros, que si todos los políticos son iguales, que sólo van a chupar de la olla, que lo que hace falta es una mano dura que nos meta a todos en cintura…

Dentro de las magnas celebraciones que se esperan en estos días, al son de la música militar y el incienso en los altares, yo también tengo algo que celebrar. Hoy hace diez años que fui puesto en libertad. Sí, con ocasión del vigésimo aniversario del golpe, se promulgó una amnistía que sacó de las cárceles a muchos de los que fuimos apresados pocos días después del 23 de febrero de 1981. A mí me detuvieron simplemente por “señalarme”. No tenía ninguna responsabilidad política, ninguna militancia declarada, pero, bueno, me consideraba persona de izquierdas. Y por ello me tocó purgar mi delito en diversas cárceles.

El tiempo ha pasado. Tras la libertad recuperada, trato de ganarme la vida como buenamente puedo, pero, claro, mis antecedentes sólo me permiten sobrevivir en trabajos ínfimos. De los protagonistas de aquellos años ya no queda casi nadie. El expresidente Armada ha muerto; el teniente general Milans del Bosch, luego jefe absoluto de los Tres Ejércitos, también; el teniente general Antonio Tejero, retirado como un héroe, elevado al limbo de los prohombres de la patria (junto a Franco, Mola, José Antonio y otros), apenas si aparece en público (según se dice sufre un estado avanzadísimo de alzheimer, cualquiera sabe en un país donde no hay libertad de prensa).  Sólo el rey sigue inamovible en su puesto. De Suárez, Felipe González, Alfonso Guerra y demás nunca más se supo. La Junta Militar gobierna con mano firme esta nación convertida, otra vez y para siempre, en Una, Grande y Libre y en reserva espiritual de occidente. Todo lo demás ya no importa.

Diego Igeño Luque

Imagen: www.laguia2000.com

Compartir:

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp

Entradas relacionadas

El sitio de mi recreo

Rafael Pino. Si hay algo a lo que te enseña la vida, es a equivocarte. ¿Cuantos momentos entre estos cuatro muros junto al arco mozárabe? Cuantas veces vi la lluvia

Los putos cohetes

Martirio Da igual las veces que se diga. Da igual que a los animales y a muchas personas les causen un profundo terror. Da igual todo, hasta que estén prohibidas

El puesto de chismes

Diego Igeño             Por parte del ayuntamiento se abrirá el próximo mes de septiembre el plazo de licitación para la concesión de un puesto de chismes (cotilleos) que se habilitará

No tiene sentido abandonar

Carmen Zurera Maestre Los domingos los dedico a planchar. Una rutina que se pierde en mi memoria y que tiene que ver con el orden que imprimo a mi vida.