Diario de un lugareño II

Lunes

Hoy me he acordado de aquellas chucherías que comprábamos en nuestros tiempos. Aquellas habas tostadas, garbanzos tostados, patatas fritas y, para sofisticación, los palotes, los caramelos con sabores raros y los chicles esos de color rosa que te duraban toda la tarde. Viene, todo esto, porque hoy ha llegado mi hijo con una bolsa de chuches llena de colorines. “Habichuelas” de todos los sabores y colores, chicles de muchas formas, tiburones, huevos fritos … pero hubo algo que me llamó la atención. Era un chicle con sabor a “mojito”. Mi hijo, cuando me vio tan sorprendido, me aseguró que no tenía alcohol. Insistió en que lo probara y, realmente, estaba bueno, una mezcla  de sabor a hierbabuena y limón. Pero todavía hubo algo que me sorprendió aún más, y era un chicle llamado “Camel Balls”. Entre el nombre y el dibujo del envoltorio casi no cabía duda de lo que aquello pretendía ser. Para colmo, el chicle en sí, tenía forma de huevo. Así y todo, busqué una segunda opinión y pedí ayuda a mi amigo Diego, que además sabe inglés, y no cabía duda. “Balls” significa “pelotas” y “camel” significa “camello”, es decir “camel balls” son “pelotas de camello”. ¡Manda güevos!

Me parece que empiezo a notar, a mis 50 años, que me estoy haciendo viejo.

Martes

Para Carlos, era un día normal. Se preparó para ir a trabajar, se despidió de sus dos hijos, cogió su coche y se puso en carretera. Unos cuantos kilómetros le separaban de su trabajo, en un hotel, en una localidad cercana. Pero el “destino” quiso que esa noche otro coche invadiera su carril y le embistiera de frente. La mala suerte se cebó con Carlos. El coche era un 4×4 de alta gama, de esos que son todo hierros, que, posiblemente, iba a una velocidad “inadecuada” y, para colmo, lo conducía un famoso y poderoso personaje. Según leí en un periódico, al día siguiente, Carlos murió en el acto y este famoso personaje quedó muy malherido, los bomberos tardaron más de 2 horas en sacarlo del coche y la prueba de alcoholemia no se la hicieron por el estado en que estaba. Todo indicaba que la velocidad era excesiva. Tras varios días de averiguaciones, sale el atestado de la guardia civil en el que se nos dice que la prueba de alcoholemia dio negativo y la velocidad era de 70 km/h, inadecuada. ¿Cuándo le hicieron la prueba? ¿Cuando llegaron al hospital? ¿A las 2 ó 3 horas del accidente? ¿Por qué dijeron que no se la habían hecho debido a su estado y después que sí la hicieron? Yo pienso que con que se demostrara que Ortega Cano iba a una velocidad superior a la permitida, y que, debido a esa velocidad, perdió el control y se fue en busca del otro coche, en el momento en que saliera del hospital, tendría que ser juzgado … pero por asesinato.

Miércoles

Esta mañana, como todas las mañanas, ha pasado el cartero y me ha dejado tres cartas. Una de un banco en la que venían dos recibos, uno de la hipoteca y otro de un seguro. Otra, de otro banco, en la que venían el pago de la Seguridad Social, una factura de un proveedor y otro recibo de la asesoría. La tercera carta era de la Agencia Tributaria para que yo sepa lo que les he pagado este año para la declaración de la renta.

Llevo un tiempo preguntándome cuándo recibiré una carta que empiece “querido amigo”, que esté escrita a “boli”, de puño y letra, en la que se me cuenten andanzas, problemas, alegrías, que no se hable de intereses, de gastos, de cuentas bancarias…

Antes acechabas al cartero para preguntarle si traía algo para ti, y ahora, sintiéndolo mucho por él, casi te dan ganas de acecharlo para cerrar la puerta y que pase de largo.

Jueves

Hoy, por fin, se ha solucionado la crisis de los pepinos. El gobierno español, con todos sus efectivos, ha defendido con uñas y dientes a los productores españoles y ha conseguido todas sus peticiones. Rosa Aguilar, López Garrido, … todos han peleado desde el primer día para que esto no fuera una mofa más de Alemania hacia España. Alemania ha reconocido su error al apuntar al pepino español, se ha comprometido a pagar, en breve, hasta el último céntimo de pérdidas del sector, pero no sólo del pepino sino de todas las verduras, han pedido perdón, públicamente, por el daño causado y han preparado una campaña publicitaria para devolver a las verduras españolas su prestigio perdido. Por eso el gobierno ha descartado demandar a Alemania en los tribunales. ¿Cómo? … ¿Que no han pagado ni una décima parte de las pérdidas? ¿Que no han pedido perdón? ¿Que van a pagar una mísera parte de la campaña publicitaria? ¿Que la solución que les da el gobierno a los agricultores es pedir préstamos ICO? Pero si … Rosa Aguilar dijo en los primeros días que si no se conseguía todo lo que pedían irían a los tribunales, que iban a luchar por los agricultores españoles hasta el final. ¿Y ahora qué hacen estas criaturas? ¿Querellarse contra Alemania estando hasta su propio gobierno en contra? Ellos lo que quieren es vender su producción, no endeudarse más. Claro, nuestros políticos no se juegan su sueldo en esto. ¡Qué desilusión! Otra vez se han reído de nosotros en Europa. Quizás habría que ir a los tribunales, pero no contra Alemania, sino contra los políticos que nos gobiernan.

No sé, me pierdo.

Sábado

Este sábado ha habido en Aguilar dos acontecimientos importantes. Por un lado, la constitución de la Corporación municipal y, por otro, la Romería. Respecto al primero, me ha llamado la atención lo contentos y elegantes que estaban todos. Sonrisas, saludos, más parecía una reunión familiar, de esas que se junta una familia que llevan mucho tiempo sin verse, como si en la campaña no se hubieran dicho nada. No voy a entrar en detalles pero los hubo, y muy curiosos. Respecto al segundo de los acontecimientos, me parece un acto de lo más emotivo que el pueblo se una para algo y sean capaces de aglutinar a tanta gente alrededor de algo “made in Aguilar”. Me gusta todo lo que este acontecimiento lleva alrededor. El compañerismo, el colorido, la música … Unos van por el fervor a la Virgen, otros por al fiesta. Pero hay una clase de “romeros” que creo que no se merecen ese nombre. Me refiero a los “caballistas” que van disfrazados como tales pero que, por dentro, lo que llevan es un animal, mezcla de mula y borrico, mezclando todo lo peor que puedan tener esos dos animales. Un caballista es una persona que ama a sus animales, que mira por ellos, que sabe que depende de ellos y que nunca lo defraudarán. Estos “falsos caballistas” los maltratan, se divierten haciéndoles sufrir, los tienen en la puerta de los bares hasta altas horas de la noche mientras ellos se toman sus cubatas, van borrachos como cubas llevando un carro lleno de gente sin que nadie les haga la prueba del alcohol, sólo se acuerdan de que tienen un animal de estos cuando se pueden lucir. Se ve que, ni de chicos ni de grandes, nunca vieron los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente.

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