Aguilar de la Frontera calle a calle (30)

CALLES GOMEZ OCAÑA Y BEATO NICOLÁS ALBERCA

                                          (Antigua calle Pintada) 

Aunque en la actualidad comprenda dos calles independientes, con sus nomenclaturas y numeración individualizadas, esta circunstancia es relativamente reciente, ya que su trazado y devenir histórico corresponde al de la antigua calle Pintada, originaria del siglo XV, nomenclatura que mantuvo inalterable durante cinco siglos.

Los primeros datos documentales sobre la misma los hemos hallado a mediados del siglo XVI en varias testamentarias y capellanías. En la de García Ruiz se apuntó en 1554:

Otro censo de catorce mil maravedí de principal contra Cristóbal Ruiz de Lucena y su mujer, impuesto sobre unas casas por la calle de la Pintada, arrabal de esta villa, linda con casas de Diego de Córdoba y de Bartolomé Ruiz de Lucena – clérigo [1]. 

Ya en ese siglo se situaba geográficamente en el denominado Barrio o Arrabal del Centro, lo que incidió para que se instalasen en la misma varias familias de la elite social y económica local, algunas de las cuales establecieron en ella su residencia definitiva. La calle Pintada constituía, a finales del citado siglo, una de las entradas principales a la población, tal como indica los gastos que ocasionaron al Consejo pintar el arco triunfal que se levantó en este lugar para recibir a los Marqueses de Priego, en la visita que realizaron a la villa de Aguilar en 1599: 

Descárguensele ocho reales que mostró libranza de la Justicia y Regimiento de esta villa, fecha veinte de mayo de mil quinientos noventa y nueve pagó a Francisco Cobos, pintor, vecino de esta villa, de la pintura que hizo en pintar un arco por la calle de la Pintada para recibir a sus señorías los Marqueses de Priego y Duques de Osuna, mostró la libranza….[2]. 

   En el padrón de habitantes de 1651 se contabilizan un total de cuarenta y tres vecinos[3], lo que indica que estaba ya definida en toda su alineación, aunque aún quedasen en la misma muchos espacios o solares vacíos. En este padrón se apuntan numerosos apellidos que, aunque no figure la profesión o condición social o económica que tenían las personas que lo ostentaban, pueden relacionarse con los linajes de abolengo de la localidad.

Esta misma característica social debió mantener en el transcurso del siglo XVIII, ya que durante las primeras décadas, concretamente en 1719, contaba con algunos vecinos de gran notoriedad:

 

NOMBRE DEL VECINO OFICIO O CARGO
José de la Chica Varo Depositario y Síndico de la religión de N.P. San Francisco
Andrés de Mora Liceo Mayordomo dela Fábricadela Iglesia Mayor, Comisario dela Santa Hermandadde Ciudad Real
Alonso Náparo Músico
Pedro de Toro Carrillo Abogado dela Chancilleríade Granada
Andrés de Toro Carrillo Presbítero
Don Fernando de Carmona Porres Caballero Hijodalgo
Juan de Rojas Escribano Público
Francisco dela Fuente Preceptor de Gramática
Bartolomé del Valle Becerra Caballero Convocado
Juan Fernández de la Chica Fiscal de la Real Junta
Juan de Burgos Capellán

                        AMA. Padrón de Habitantes 1719. Leg. 208. Elaboración Propia 

Fue en el transcurso de este siglo cuando la calle alcanzó la ocupación total de su parcelario por el continuo aumento del número de viviendas, entre ellas: una destinada a tienda, propiedad de Blas Girón, otra de Juan de Arce con venta de aguardiente[4], y otra dedicada ala Colecturía de Testamentos. 

La Colecturía de testamentos tiene una casa en la calle Pintada que confronta con casas de Juan de Toro, por una parte, y por la otra con otras de Tomás Antolinez[5]. 

En 1744 se contabilizaban un total de cincuenta y ocho casas[6]. El Catastro de Ensenada, confeccionado una década después, aporta interesantes noticias sobre la calleja denominada del Hospital que unía, por detrás de la ermita de Santa Brígida, a la calle Pintada y la parte baja de la calle Moreno (inicio de la actual Moros): 

Gonzalo Hurtado – otra casa en la calleja que de la calle Pintada va a la de Moreno

  Juan Urbano – tiene una cuarta parte de una casa en la calle Pintada de esta villa indivisa con dos que goza Diego Suárez, confronta por una parte con Juan de Onieva y por otra con la calleja del Santo Hospital 

 Juan Narváez Reinoso tiene una casa en la calle del Hospital[7], confronta con la de Juan Urbano Toro y la colecturía de testamentos de esta villa, por una parte, y por la otra hace esquina a la calleja del Hospital[8].   

 Curiosamente existe una referencia documental que acredita que la callejuela se conoció también con la denominación de calleja de Jesús. Desconocemos la motivación de dicho nombre, aunque es interesante constatar que en la iglesia del Hospital se rindió culto a Jesús Nazareno en un lienzo entronizado en un altar, hecho que pudo incidir en que a la citada calleja se le conociese con tal denominación: 

…hipoteco unas casas mías propias a la calle Pintada de esta dicha villa linde con otras del Cristóbal de Toro y hacen esquina a la calleja conocida por la de Jesús o del Hospital…[9]  

 La callejuela debió desaparecer con motivo de las obras de ampliación de la iglesia y construcción del nuevo Hospital a finales del siglo XVIII, conservándose como testigo de su existencia la embocadura que da acceso al antiguo Centro de Salud.

En el último tercio del siglo se llegaron a contabilizar hasta sesenta y ocho casas en la calle Pintada. En ellas habitaban, mayoritariamente, personas cuyos oficios se relacionaban con las labores agrícolas, auque aún mantenían la vecindad un nutrido grupo de familias pertenecientes a la elite local que ostentaban destacados cargos del Gobierno Municipal yla Justicia,  y otros que mantenían la distinción de hijosdalgo:

 

NOMBRE OFICIO
D. Manuel de Linares Subteniente del Regimiento Provincial de Bujalance. Caballero Hijosdalgo
D. Juan López de Varo Rector de la Iglesia Parroquial
D. Diego Suárez Caballero Hijosdalgo
Dª. Ana Hurtado Viuda de Caballero Hijodalgo
D. José de Figueroa Caballero Hijodalgo
D. Francisco Navarro Preceptor de Gramática
D. Juan de Alcaraz Caballero Hijosdalgo
D. Pedro de Toro Carmona Procurador de Número
D. Francisco de Toro Carmona Fiscal de la Real Justicia
D. Manuel Carrillo Regidor y Juez de Campo
D. Cristóbal de Arias Escribano Público
Don Pedro Moreno Clérigo Capellán

                          AMA. Padrón de Habitantes 1776. Leg. 209. Elaboración Propia  

Durante las primeras décadas el siglo XIX se contabilizaban un total de cincuenta y una casas, respondiendo varias de ellas a las denominadas  de vecinos, por acoger a más de una familia, además de una casa tahona[10].  Es manifiesto el cambio  social que englobó a la mayoría de los vecinos, al asentarse en la calle  numerosas familias de las clases más populares. Aún así, eran numerosos los que mantenían profesiones liberales como: notarios, maestros, presbíteros y capellanes, cirujanos, etc. Personajes tan destacados en su época como el presbítero José Cauqui, que en 1826 vivía en la casa número 22, o el escribano y erudito local, Juan de Dios Franco y Areco -autor de un estudio histórico local-, quien en 1837 habitaba la número 14[11]. En 1839 se instaló la familia de Manuel Alberca y María de la Torre junto a sus seis hijos[12]. Entre ellos se encontraba Nicolás Alberca, con nueve años de edad, cuya destacada trayectoria vital sería reconocida al rotular con su nombre un tramo de la calle, tal como conoceremos más adelante. 

De este periodo resalta la existencia en las casas señaladas con los números 24 y 30, de las tabernas de Francisco Romero y Juan de Avilés; un horno de pan en la casa número 46, propiedad de Catalina Alba; así como una tienda y estanco de tabaco en el número 27, que era regentado por Francisca de Souza, viuda[13].

 Por los años centrales del siglo se constata que la antigua calleja del Hospital había quedado obturada con el postigo de acceso al patio que se había formado en la construcción del nuevo edificio hospitalario.

 Leída que fue una exposición de Antonio Pulido de esta ciudad en solicitud de que se le conceda permiso para tomar unas cuartas de terreno en la callejuela que hace al postigo del hospital en la calle Pintada de esta población = se acordó por lo individuos que componen la comisión de ornato público, pasen los peritos Nicolás Ruiz y Manuel Cevadero al reconocimiento de lo que solicita este interesado, y hecho que sea se de a esta corporación para acordar lo que corresponda[14].   

 Durante la segunda mitad del siglo se verifica la existencia de varios molinos de aceite, entre ellos, el denominado de Moriana. En 1858 se apuntaron los de Manuel López Lucena y Alfonso de Mora López[15]. En total se llegaron a contabilizar, en 1879, tres fábricas aceiteras: la situada en el número 28 que era propiedad de la heredera de Juan Urbano; la del número 24 que estaba arrendada por Manuel López; y la número 22 propiedad del mismo Manuel López[16]. Por estas décadas contaba ya con doscientos noventa habitantes repartidos en un total de cincuenta y dos casas, algunas de ellas con numerosos vecinos[17]. La numeración comprendía del 1 al 65  y del 2 al 52[18]

En los últimos años del siglo se produjo el primer cambio de nomenclatura,  según reza en el acuerdo tomado el 23 de febrero de 1897 por el Ayuntamiento: 

….por unanimidad acuerda que en atención a que el preclaro hijo de esta ciudad fray Nicolás Alberca de Torres habitó por largos años con su familia, antes y después de su ordenación de presbítero en la calle Pintada, sea esta misma calle la que de hoy en adelante lleve el nombre de Nicolás Alberca[19]

 La iniciativa de que una calle del pueblo llevase el nombre del fraile  martirizado en Damasco en 1860, partió del cura de la iglesia del Carmen, Francisco Ruiz Gil, quién había propuesto para asignarle tal nomenclatura otra zona del pueblo. Definitivamente, el Ayuntamiento optó por fijarla a la calle Pintada, donde aún se conservaba la casa que habitó desde niño el mártir franciscano.

Similar circunstancia condicionó el segundo cambio de nomenclatura  experimentado en 1917, cuando el Ayuntamiento decidió sustituir el nombre de Nicolás Alberca por el de Gómez Ocaña, en reconocimiento al eminente fisiólogo, quien durante sus años de niñez y juventud vivió en el número 9 de esta calle. Finalmente se modificó la resolución y se optó por mantener los dos nombres, otorgándose el de Gómez Ocaña al primer tramo de la calle, hasta la intersección con Clavijo, y manteniendo el de Nicolás Alberca para el segundo tramo[20]. En 1928 la numeración comprendía del 1 al 17  y del 2 al 16 en el tramo de Gómez Ocaña y del 19 al 63 y del 18 al 52 en la parte de Nicolás Alberca, lo que denota que el fraccionamiento solo afectó a las nomenclaturas. En ese año, y habitando el número 1 de la calle Gómez Ocaña, aparece avecindado Alfonso Berlanga Cabezas, líder político local del Partido Radical Fernandista, quien ocupó la alcaldía de Aguilar en tres ocasiones y regímenes distintos[21]

A lo largo del siglo XX ha mantenido su configuración primitiva, conservando algunas de las casas de interés arquitectónico que se construyeron por las familias de la burguesía local que habitaron en ellas,  desapareciendo otras, al transformarse en construcciones más modernas y carentes de interés. Durante esa centuria la calle  acogió diversas industrias y comercios como: la taberna de Amalia Llamas Bellido, una tienda de efectos de esparto de Juan Onieva Lucena, varios hornos de pan o tahonas, como las de José María Pérez Palma y Rafael Rebollar Fernández; y una fabrica de nieve y gaseosas, propiedad de Manuel Luque Llamas, que se mantuvo abierta hasta la década de 1980.

En 1975 el Ayuntamiento tomó el acuerdo de incorporar a la nomenclatura de Nicolás Alberca el titulo de Beato. Años después, en 1979, se produjo la  reunificación de ambas nomenclaturas bajo la primitiva de calle Pintada por acuerdo de la primera Corporación Municipal democrática[22]. Posteriormente, en la década de 1990, se  accedió a la solicitud de varios vecinos y se rotuló nuevamente el segundo tramo de la calle con el nombre de Beato Nicolás Alberca, y el primero con el de Gómez Ocaña. Coincidiendo con la nueva rotulación se colocó una placa recordatoria en la casa que habitó el beato y su familia. Por estos años se adornó la fachada de la casa que hace esquina a la calle Clavijo con un altorrelieve del Beato Nicolás, realizado por el escultor montillano Francisco Márquez Luque.                                   

                                        NOMENCLATURAS

 CALLE PINTADA: la investigación sobre el origen de esta nomenclatura nos ha deparado el hallazgo de interesantes noticias biográficas sobre la mujer cuyo apodo o apellido dio nombre a la calle. Franco y Areco declara que era Francisca Jiménez la Pintada, esposa de Alonso Hurtado, quien habitó en la calle a principios del siglo XVI[23]. Se trataba de una de las familias hacendadas, con tierras y ganadería de ovejas, que se asentaron en esta zona del pueblo en dicho siglo. Documentalmente hemos hallado nuevas referencias en el primer libro de Visitas Pastorales dela Parroquia, fechado en 1546, donde aparece como fundadora de una Capellanía. 

    …..siguiendo su visita halló que Francisca Jiménez la Pintada y Catalina Jiménez su madre, por la Iglesia Mayor de esta villa dotaron una memoria de capellanía, las cuales parece que dio el Excelentísimo Señor Leopoldo de Austria, obispo de Córdoba, mi Señor, veintiún días del mes de julio de mil quinientos cuarenta y seis…. [24]. 

Otros datos familiares recogidos en la capellanía de Antón Gómez “el Santo”, descubren que un hermano o hijo dela Pintadaostentó el cargo de regidor en 1548. 

     Unas casas en la calle de la Pintada, linde con casas de Bartolomé Ruiz de Lucena, y casas de Manuel Jiménez Pintado, regidor[25]. 

Nuevas referencias documentales permiten remontar la genealogía de esta mujer a los años finales del siglo XV, cuando se asentaron en este lugar los primeros exponentes de su linaje, procedentes de tierras leonesas: 

……Estos dos hermanos Juan y Alonso García casaron con dos hermanas de Alonso Pérez, naturales del Carpio en las montañas de León, El Juan García con Isabel García y Alonso García con Ana Ruiz; Este Alonso Pérez tuvo dos hermanos: Fernando Pérez y Gómez Pérez y una hermana Luisa Pérez, de ésta se enamoró el Arcipreste de el Carpio, y la solicitaba por medio del sacristán, ella se quejó a sus hermanos, y viendo ella que porfiaba el Arcipreste con su mal pensamiento, el uno al Arcipreste y el otro al sacristán dieron muerte, y trayendo a su hermana consigo se vinieron a Montilla, que era frontera. Al Fernando por su patria lo llamaron del Carpio, y así se llaman hoy en Montilla a sus descendientes. Luisa Pérez Casó y tiene sus descendientes el apellido de Pérez con otros sobrenombres de con quien han emparentado; de esta desciende Fray Diego Pérez, del orden de San Agustín, y su hermano Francisco Pérez del Valle que está en Sevilla.

El otro hermano  no se casó por el crimen de la muerte del Arcipreste, que era sacerdote. Era mal sufrido y le llamaban el mal monje: Este fundó una capellanía y fue la primera que se fundó en Montilla y la posee el Licenciado Miguel Pérez, y se la dio a su sobrino el dicho Licenciado Francisco Pérez del Valle que está en Sevilla.

Estos hermanos con cartas solicitaron que se viniese a vivir a estas tierras, proponiéndole su abundancia y la miseria de aquella donde estaba. El Alonso Pérez se inclinó a ello, y se viniera luego, más su mujer lo contradecía, alegando que Montilla estaba cerca de los moros, y que tenía siete hijas, y que no quería ponerlas a riesgo que las cautivasen. Sucedió pues que los Reyes Católicos enviaron por alcaide de la Rambla a un Hidalgo, cuya mujer y la de Alonso Pérez eran hermanas: la alcaldesa escribía a la hermana, lo mismo que a Alonso Pérez, y de aquí tomó acción el Alonso Pérez de rogarle a su mujer que viniera a ver a su hermana, ella lo aceptó y vinieron y estando en la Rambla enviaron a la misma a Montilla a los dos hermanos, y viéndose todos juntos y que no había moros a quien temer, reconociendo la fertilidad de estas tierras quedaron en ellas.

Ya se dijo como Alonso Pérez tenía siete hijas, y también en el párrafo cuarto con quién casaron las dos. Otra casó en Aguilar con fulano Chaparro, de la cual desciende Antonio Ortega, que por lo Chaparro es pariente de los Pinedas y de fray Francisco Chaparro del orden de la Santísima Trinidad: fue esta mujer famosa en su tiempo, y se llamaba fulana la Pintada y de ella tomó el nombre la calle que llaman de la Pintada en Aguilar, porque vivía en ella. De esta línea viven en Morón los descendientes de Antón Pintado que fue Regidor…….[26].                

 

CALLE BEATO NICOLÁS ALBERCA: nació en Aguilar el 10 de Septiembre de 1830. Octavo hijo de una familia de escasos recursos económicos. En 1852 ingresó en la Congregaciónde Hermanitos del Hospital de Jesús Nazareno de Córdoba, donde actuó de limosnero. En 1854 traslada su residencia a Madrid como apoderado del Hospital de Jesús Nazareno. El 14 de julio de 1856 ingresa en el Colegio de Misioneros para Tierra Santa y viste el hábito franciscano. El 27 de febrero de 1858 se ordena sacerdote y en 1859 se traslada como misionero hasta la ciudad de Damasco. En esta ciudad sería martirizado, junto a otros siete frailes, el día 9 de julio de 1860. En 1896 fue elevado a los altares, junto a sus compañeros martirizados, por el Papa Pío XI, quien los proclamó Beatos[27]

CALLE GOMEZ OCAÑA: el Doctor José Gómez Ocaña nació en Málaga el 28 de octubre de 1860, fueron sus padres el capitán Rafael Gómez Luque, natural de Aguilar, y Francisca Ocaña y Castillo, natural de Málaga. Tras retirarse su padre de la carrera militar y trasladar su residencia a Aguilar, José, aún muy niño, comienza sus estudios en las clases habilitadas en el edificio del convento de los Carmelitas Descalzos de Aguilar, exclaustrados unas décadas antes. Estudió el bachillerato en Málaga y posteriormente se traslada con sus padres a Granada donde estudia la carrera de Medicina. En 1885 se traslada a Madrid iniciando una brillantísima carrera que le otorgaría los títulos de Fisiólogo, Cervantista e Ilustre Catedrático, Académico y Senador. Murió el 26 de julio de 1919[28].


[1] APS. Libro de Visitas Pastorales 1554 -1580.

[2] AMA. Cuentas de Propios 1582 – 1601, Leg. 373.

[3] AMA. Padrón de Habitantes 1651. Leg, 208.

[4] AMA. Padrón de renta 1742. Leg, 1536.

[5] AMA. Catastro de Ensenada – eclesiásticos. Leg, 395.

[6] AMA. Padrón de Habitantes 1744, leg. 208.

[7] Tal como hemos indicado en el epígrafe dedicado a la calle Santa Brígida, esta calle se denominó como calle del Hospital durante algún tiempo. No la debemos confundir con la calleja del Hospital,  cuyo trazado transcurría por la trasera de la ermita de Santa Brígida.  

[8] AMA. Catastro de Ensenada – eclesiásticos Leg 395.

[9] AHPC. Oficio 4 Salvador Rasero Alfaro, 12 marzo 1976, p. 90. Sig. 6754

[10] AMA. Padrón de Habitantes 1819, Leg. 209.

[11] Ibidem. 1837, Leg. 213.

[12] Ibidem. 1839, Leg. 213.

[13] Ibid.

[14] AMA. Acta Capitular 27 febrero 1852, Leg. 130.

[15] AMA. Padrón de Riqueza Urbana 1858, Leg. 1535.

[16] Ibidem.1859, Leg. 1535.

[17] AMA. Padrón de Habitantes 1870. Leg, 223.

[18] Ibidem. 1861, Leg. 220.

[19] AMA. Acta Capitular 23 febrero 1897, Leg. 140.

[20] PALMA VARO, José. Apuntes para …,p. 426.

[21] AMA. Padrón de Riqueza.1928. Leg, 471.

[22] AMA, Acta Capitular 25 mayo 1979, Leg. 151.

[23] FRANCO Y ARECO, J de D. Museo Genealógico…, 

[24] APS. Libro de Visitas Pastorales, 1554 -1580.

[25] Ibidem.

[26] FBMRA. Cuaderno nº 7 de Fundaciones de Capellanías y Memorias de Árboles Genealógicos, año 1850, Ms – 15. Diego Solano y Angulo, p. 332.

[27] PALMA VARO, José. Apuntes para …,p. 397.

[28] Ibidem. p. 415.

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