En Aguilar los gatos ya no andan por los tejados bajo la luna llena, ni se asustan si les dices «zape», ni cazan ratones para alimentarse como lo hacían antiguamente, sino que transitan, comen y beben donde le suministran los vecinos de la zona el alimento. Si no hay otro lugar más propicio, en un momento dado, bueno es el capot o techo del coche más cercano.
Foto Curiosa: campanario
Aguilar es un pueblo que se disfruta en el paseo rutinario a pie de calle, en los detalles inesperados a la vuelta de la esquina, en el asombro de su