La cita del próximo sábado en el Salón de Plenos, a la hora del ángelus, que diría un castizo, mostrará los resultados electorales del pasado 24 de mayo con la indiscutible mayoría absoluta del PSOE, y evidenciará el contexto sociopolítico que propicia que el PSOE siga acumulando mayorías, absolutas o simples, en las elecciones municipales de Aguilar.
Varias son las causas de las que se deriva esta consecuencia. Hay quienes circunscriben las razones a lo más inmediato, y buscan motivos en la última legislatura o la anterior. Sin duda, en ese tiempo hallaremos aciertos o fallos en los grupos de la Oposición que han incidido en este desenlace electoral, pero personalmente creo que el análisis político más irrefutable nos remite a escenarios mucho más lejanos, en los que, según mi opinión, se originó el punto de inflexión a partir del cual el PSOE va concadenando victoria tras victoria en nuestro pueblo durante las últimas dos décadas.
La fractura de la base social y política de los Comunistas en Aguilar, a raíz de la escisión que sufrió el PCE a finales de la década de 1980, propicia una situación, consolidada en el tiempo, que ha determinado claramente el color del gobierno municipal desde hace un cuarto de siglo. Con este partido fragmentado en dos, el voto dividido, y sus líderes enfrentados y compitiendo por un mismo espacio lectoral, el resultado no podía ser otro que la pérdida de solidez en la opción de gobierno de la Izquierda, situación que ha tenido un beneficiario claro en tan largo periodo de tiempo: el PSOE.
PCE – UPAN antes, IU y UPOA en la actualidad, constituyen el activo más preciado que tiene el PSOE para perpetuarse en la alcaldía de Aguilar per saecula saeculorum. Las circunstancias podrán cambiar y llevar a que IU o UPOA, según cada situación, suban o bajen el número de votos y concejales en un determinado momento, pero nunca lo harán en esta situación con la fuerza o fijeza suficiente para superar al PSOE. Esta coyuntura condena a los dos grupos a ser la muletilla de los alcaldes Socialistas cuando éstos necesitan de ella. Ya lo fue IU con Paniagua, y a eso aspiraba ahora UPOA con Francisco Juan.
La pugna entre los dos grupos, agravada con los duros duelos dialécticos, impide a éstos alcanzar ningún acuerdo, aún cuando juntos pudiesen superar a un PSOE debilitado, como ha ocurrido en la última legislatura. Estas reyertas se convierten en un seguro de vida para los propios Socialistas. Ellos son conscientes de esa ventaja, y han afianzado todo lo posible el enquistamiento IU-UPOA en estos últimos años. Quien dude de esta situación, la puede constatar el próximo sábado.
El PSOE exhibirá ese día su mayoría absoluta, totalmente legítima, y obtenida con la habilidad de quienes en política saben jugar sus bazas. La del PSOE de Aguilar nunca fue gestionar bien los proyectos para el pueblo, como se ha evidenciado en estos últimos años, sino la de mantener una situación política que le garantiza su estatus de primacía en los comicios locales, ya que los autonómicos y generales los tiene ganados de antemano. Por ello, mientras esa situación no cambie, habrá que decir aquello de: larga vida a los más inteligentes.
Antonio Maestre Ballesteros