La fundación de la cofradía de María Santísima de la Paz en 1993 fue un exponente más del auge y esplendor alcanzado por la Semana Santa de Aguilar de la Frontera en el último cuarto del pasado siglo XX. Nada hay más significativo que la fundación de una cofradía o la bendición de una nueva imagen Titular para precisar que el mundo cofrade franquea un ciclo de magnificencia. En dicho periodo histórico la nómina de cofradías aguilarenses experimentó el que sin duda ha sido el incremento mayor de cuantos ha tenido la celebración pasionista en Aguilar desde sus orígenes en los años centrales del lejano siglo XVI.
Esperanza, Angustias, Preso, Huerto, Paz, y Caridad, constituyen el elenco de hermandades surgidas del impulso manantero que se genera allá por 1986 coincidiendo con la erección de la cofradía que habita en la recoleta iglesia de la Candelaria, y que se colmató en 1999 con la refundación de la Hermandad de la Caridad, que hasta ahora ha supuesto el epílogo a este movimiento fundacional, ya que han pasado casi dos décadas sin que se active ninguna iniciativa en este sentido.
De la singularidad de los proyectos fundacionales amparados en este ajetreo cofrade cabe destacar a los que lo hicieron para procesionar a una imagen ya existente, entre los que se sitúa la Esperanza, Angustias, Preso, y Paz, aunque en este último caso, y como es conocido, se sustituyese a la imagen primaria por la actual en el año 2001, aportando así una excepción a la norma o regla que siguieron las otras cofradías nóveles.
Junto a la fundación de nuevas cofradías, e incremento de imágenes en buen número de las hermandades antiguas, un segundo elemento que revela la magnitud de la evolución-revolución experimentada por la Semana Santa de Aguilar en este ciclo, es la asimilación del denominado estilo sevillano entre los portadores de los pasos, hecho que tendría su primer exponente en nuestro pueblo en 1993 con la creación de la cuadrilla de hermanos costaleros de Nuestro Padre Jesús del Calvario.
El costal y la faja removió los cimientos de un Semana Santa que recelaba abiertamente de esta innovación, pero que acabaría asumiéndola en la medida que se ha convertido en uno de los reclamos más efectivos para mantener vinculadas las nuevas generaciones de jóvenes a esta tradición. En este ámbito la cofradía mariana del Miércoles Santo ha sido también determinante. Si ya lo fue décadas antes vigorizando el impulso juvenil en la creación de nuevas cofradías, un parangón similar se ha producido con el estímulo dado al mundo costalero local con la acertada decisión de portar el palio blanco de la Semana Santa de Aguilar sobre trabajaderas.
Sin desmerecer un ápice el honor que le concierne a la Hermandad de la Veracruz por haber sido la pionera en incorporar las cuadrillas de costaleros a los pasos de Aguilar, qué duda cabe que es meritoria la hazaña realizada por la cofradía de la Paz, ya que ha consolidado una tendencia que se proyectará en tiempos venideros en nuevos pasos y cofradías, constituyendo uno de los elementos que mayor brío está aportando al mundo cofrade de Aguilar de la Frontera en la actualidad.
Antonio Maestre Ballesteros