La contemplación de la virgen dolorosa de las Carmelitas fuera de la hornacina del altar donde se cobija con motivo del primer besamanos que se le consagra a esta imagen, me permitió despejar muchas dudas que albergaba sobre esta bella efigie mariana. Aunque habían presumido algunos estudiosos y eruditos del patrimonio artístico local que podía tratarse de una talla del siglo XVIII, siempre sospeché que era una obra más moderna, aunque no me atrevía a determinar su antigüedad.
El observar su rostro impreso en el cartel que anunciaba el culto que se le hizo el sábado de Ramos me aclaró muchas incógnitas, cerciorándome de unos rasgos estilísticos que permiten vincular claramente su paternidad a un escultor que investigué tiempo atrás, del que rescaté datos biográficos y sobre la producción escultórica salida de su taller.
Indudablemente se trata del prolífico imaginero valenciano José Romero de Tena, del que conservamos en Aguilar un número considerable de imágenes, muchas de ellas titulares de cofradías penitenciales como: Cristo del Perdón, Virgen de los Desamparados, Virgen de la Esperanza, Virgen de la Piedad, y Virgen de los Dolores. En un artículo publicado hace varios años en la revista Sayones realicé un catálogo de las imágenes de Gloria y Pasión que Romero Tena realizó para Aguilar, catálogo que se ampliaría con la identificación de otra obra suya: la imagen de Santa Teresa que presidió el altar del Corpus montado en la puerta de la Iglesia de las Carmelitas el paso mes de junio.
La Virgen de los Dolores de las Carmelitas fue realizada por José Romero Tena, siendo determinante en esta atribución la similitud que guarda con la Virgen de los Dolores de la Parroquia del Soterraño. En el caso de la imagen del convento, de la que se presume no ha sufrido ninguna restauración o alteración, podemos apreciar con mayor rigor el tipo de policromías que Romero Tena aplicaba a sus obras. Mientras no haya documento que lo acredite, no se debe certificar tal autoría, pero podemos concluir que se trata de una hipótesis con mucho fundamento.
Se desconoce el año exacto en que pudo ser realizada la talla, o la de su llegada a Aguilar, pero es factible plantear una horquilla cronológica que abarque el primer tercio del siglo XX, ya que en ese periodo histórico se constata que llegaron a nuestro pueblo las otras imágenes del citado imaginero. Aunque por ahora no procesiona en la Semana Santa de Aguilar, sí lo ha hecho en tiempos pasados, aunque de forma esporádica. Posiblemente formó parte del paso del Cristo de la Expiración en una salida procesional que se fecha a principios de la década de 1920. Sí está acreditado por documentos gráficos y testimonios orales que procesionó junto al citado crucificado en el año 1944, en la primera Estación de Penitencia que realizó la cofradía decana de la Madrugada.
Con esta son ya dos las imágenes que se conservan en el Convento Carmelita del insigne José Romero Tena, y quizás puedan custodiarse otras dentro de la Clausura que están aún por identificar. Hablar de la Semana Santa de Aguilar, del escultor Romero Tena, y del convento Carmelita, nos obliga a poner como reseña el nombre de la persona, un sacerdote aguilarense, que promovió y diligenció con el citado imaginero valenciano la realización de todas estas imágenes. Se trata del presbítero Don Antonio Galisteo Jiménez.
Antonio Maestre Ballesteros