Dicen que una canción puede recordarnos a un momento especial con una persona o a un viaje con amigos, un paisaje o un edificio nos pueden llevar a los recuerdos de nuestra adolescencia y a los que vivimos en un determinado lugar. Y si hay recuerdos imperecederos en la vida esos son, sin duda, los de los años escolares, cundo nuestra existencia se circunscribía a un espacio físico tan concreto.
A la hora de evocar recuerdos, qué duda cabe que contemplar una fotografía grupal escolar puede desencadenar una cascada de sentimientos que disparan nuestra imaginación, y son capaces de transportarnos en un momento a otro lugar y a otra época, que sin duda es la más perpetuada en nuestro ser.
El tiempo retenido en esta fotografía supera sin duda las tres décadas, y los niños y niñas del Colegio Carmen Romero que posaron para la toma fotográfica son ya adultos que pueden rondar los 50 años. Mucho tiempo transcurrido, pero sin duda la infancia de todos ellos sigue eternizada en ese momento, en ese instante que la cámara inmortalizó.