Con el nombre de “Escribe tu historia”, el día 26 de junio, se presentó en la biblioteca municipal un documental de historias reales de cuatro personas homosexuales. La idea del documental surgió el año pasado, cuando en pleno confinamiento a causa de la pandemia, la Delegación de Igualdad, junto con mujeres de la asociación de fibromialgia, hicieron un toldo con los colores del arcoíris que se hizo viral dentro y fuera de Aguilar. Tuvo tal repercusión, que nos asombró que se hicieran eco tantas personas y medios de comunicación. Que un símbolo, una bandera, fuera capaz de llamar la atención de semejante forma. Nos hizo reflexionar sobre el significado de esa respuesta popular, algo que era admirado por una globalidad de personas no conseguía explicarnos qué significaba para la gente de nuestro pueblo.
En Aguilar no existe un colectivo organizado LGTBIQ+ ¿Significa esto que no existen personas con diversidad afectivo sexual distinta a la de la mayoría, que no tienen dificultades, que no necesitan nada? Mi profesión es la de trabajadora social y la mayor parte de mi vida he trabajado con minorías, personas “diferentes”, por llamarlo de alguna forma, y he aprendido que ser “diferente” tiene unas connotaciones y efectos personales, familiares, sociales muy complejos y no exentos de dificultades para quienes la viven, por eso desconfiábamos de que en nuestro pueblo fuera más fácil que en otros lugares. Preguntamos en otros pueblos como el nuestro, y existía la misma incógnita. En el ámbito rural prácticamente no existen colectivos organizados como en las grandes ciudades.
Obviamente esto responde a esas reglas no escritas que regulan la forma de relacionarnos en unos espacios o en otros. En los pueblos nos conocemos, conocemos a nuestras familias, existen unos vínculos distintos a los que existen en las ciudades y las consecuencias de nuestros actos son juzgados con una lupa más exigente que si nadie nos conociera. Si a esto le añadimos el apellido “expresión, orientación o identidad sexual” todo se complica más, porque venimos de una educación y una cultura determinada y lo “sexual”, que no responda a los cánones establecidos, ha sido o es pecado hasta hace tres días, pero es que hay países en el mundo que lo consideran delito. Es que existen personas en nuestro país que siguen sin admitir las diferencias sean cuales sean: religiosas, raciales, sexuales, de capacidades…Solo entienden un mundo homogéneo y excluyente.
Por todo ello, nuestra intención con esta actividad es empezar la casa por los cimientos, es decir, por hablar de nosotros mismos, en nuestra casa,y hacerlo con respeto. Hagamos audible y visible lo que somos y lo que sentimos, para que la mirada de las personas de nuestro pueblo: individuos, familias, colectivos, administraciones sean capaces de reconocer en las diferencias la esencia de los seres humanos, sean como sean o amen a quienes amen.
Desde aquí, quiero agradecer sinceramente a todas las personas que han hecho posibleque estas historias vean la luz. Especialmente a Jesús y Juan Carlos, a Inma y Silvia su generosidad por permitirnos entrar en sus vidas y compartirlo, para que otros comprendan que lo normal es ser diferente y que es un derecho y un deber aspirar, como cualquiera, a la felicidad.
Este vídeo-documental es una aportación humilde que desde Aguilar queremos hacer extensiva a nuestros pueblos para que se extienda la idea, abramos las puertas y entre el aire de la igualdad, la libertad y el respeto para todas las personas.
Carmen Zurera Maestre