
En Imágenes Vividas mostramos hoy la histórica fotografía que fijó en el tiempo el aspecto que ofrecía la Cuesta de Jesús, el 10 de octubre de 1926, con ocasión del solemne acto que acogió el Templo Mayor de Aguilar el día en que fue beatificado en Roma Nicolás María Alberca y Torres.
Nicolás fue un joven aguilarense, nacido en 1830 (fueron 10 hermanos, 6 de los cuales fueron religiosos). Entró en la Orden Franciscana a los 25 años; después del noviciado y de los respectivos estudios fue ordenado sacerdote. El 27 de enero de 1859 partía como misionero para Tierra Santa. Fue religioso solamente 5 años. Cuando manifestó su voluntad de irse como misionero, se preparó para ello en el colegio de Priego junto con otros religiosos mártires como él en Damasco: Pedro Soler y Nicanor Ascanio.
En 1859 Nicolás partió para la misión de Damasco. En Siria y Palestina la vida de los cristianos estaba constantemente en peligro: en efecto, los turcos preparaban una persecución contra los cristianos para vengarse del tratado de París de 1856, que había abolido las Capitulaciones. La intención de llevar a cabo una carnicería, era tan patente, que el gran patriota argelino ‘Abd•el•kadir, retirándose a Damasco después de una desesperada resistencia a la invasión francesa de su patria, disgustado, decidió servirse de sus fieles para proteger a los cristianos. Sin embargo, cuando el 9 de julio de 1860 se inició la cacería de los cristianos, ‘Abd•el•kadir no alcanzó a socorrer a los misioneros, que se habían encerrado en el convento, fiándose de sus fuertes muros.
En la noche del 9 de julio un judío introdujo a los turcos en el convento por una puerta lateral, de la cual nadie se acordaba. Nicolás fue bárbaramente asesinado de un tiro de fusil, junto con los otros siete compañeros, la mañana del 10 de julio de 1860. Tenía sólo 30 años.
El 10 de octubre de 1926 fue beatificado por S.S. Pío XI.