El tiempo pasa igual para todos, y de forma irremediable. Este pensamiento me ha venido a la mente al contemplar esta bella instantánea de un grupo escolar del colegio Carmen Romero, encabezado por su maestro, el recordado don Antonio Pérez, tomada en un día de excursión al río, en el paraje del Molino del Pili, en la década de 1990.  

El tiempo pasa inexorablemente por delante de nosotros cuando contemplamos estas imágenes retenidas en el tiempo, en las que podemos rememorar esa infancia feliz que quedó varada en la orilla de nuestras vidas. Ante esta visión es muy importante darse cuenta que el tiempo es una de las pocas cosas que nunca vuelve, que es completamente irrecurrepable y mientras más los desperdiciemos, más tarde será para volver a invertirlo con cabeza.

“Empezarás a aprovechar tu tiempo cuando seas consciente de que no es infinito.”

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