
Diego Igeño
Por parte del ayuntamiento se abrirá el próximo mes de septiembre el plazo de licitación para la concesión de un puesto de chismes (cotilleos) que se habilitará en el Paseo de las Coronadas. La iniciativa surge tras un concienzudo estudio de los técnicos municipales que han detectado una necesidad perentoria en la sociedad aguilarense y, sobre todo, un yacimiento de empleo de primera magnitud dado el gran número de devotos entre nuestro vecindario y la dilatada tradición atesorada a lo largo de los tiempos.
El perfil de los licitadores debe responder a los siguientes criterios:
Primero: Estar en posesión, o en disposición de obtenerlo, del título de «Especialista en Chismografía y Chismologia» o en caso contrario acreditar un mínimo de 6.000 horas de entrega intensiva al chismorreo.
Segundo. Ser capaces de dedicar al menos doce horas al día a hablar de los demás. Se valorará muy positivamente que la mayoría de ese periodo se dediqué a hurgar en las heridas del prójimo, a poner a la gente, como popularmente se dice, como hojita de perejil.
El tercer requisito difamatorio es el manejo con soltura de las redes sociales. Se pide, eso sí, que se abstengan los profesionales (verbigracia, los políticos). Se entiende que un buen gestor del puesto de chismes debe navegar por la red con la misma suficiencia con que se maneja en cualquier rebate o en cualquier bar de la localidad.
Cuarto. No es requisito imprescindible la buena presencia física pero sí una riqueza gestual (especialmente hocico con diferentes niveles de retorcimiento y brazo golpeando al interlocutor para garantizar su atención) que permita entender desde la lejanía que el licitante está chismeando y una cierta capacidad de resistencia dado lo prolongado de las jornadas laborales previstas.
Quinto. Se exigirá una velocidad de fórmula 1 en el lanzamiento de palabras. El requisito mínimo se establecerá en 1.500 por minuto; si de ellas al menos 450 son insultantes, se valorará con un plus de diez puntos extras en el baremo final.
Sexto. La soltura en el uso de las expresiones soeces, discriminatorias, homófobas, xenófobas, racistas e incluso violentas será muy tenida en cuenta.
Y séptima. Se exigirá el permiso de conducción del carrito ya que, dado el carácter itinerario del chisme, el licitante tendrá que desplazarse en dicho vehículo por las diversas barriadas de la localidad.
Ante cualquier duda sobre el proceso, los interesados deberán dirigirse al departamento correspondiente de este Ayuntamiento. Serán atendidos de lunes a viernes de 10.30 a 11 horas. Si en ese momento el personal no está disponible podrán aprovechar el lapso de espera poniendo verde a todo el que se menee (les servirá de práctica dado que en caso de empate les podrá ser exigida esta pericia “improvisatoria”).
Ante la avalancha prevista de solicitudes, se habilitará un espacio específico en la web municipal.
Se advierte, por último, que aún queda por definir la concejalía responsable de la licitación, barajándose como posibilidades la de Festejos y Participación Ciudadana (por la obvia vinculación con ambos ámbitos por el carácter festivo y participativo del chismorreo) y la de Cultura (por la evidencia del valor etnográfico y etnológico de la requerida habilidad social). Tan pronto como los expertos habilitados evacuen su informe se resolverá esta eventualidad.