Antonio Cabello Almeda fue uno de los principales dirigentes del socialismo aguilarense durante la Dictablanda y la II República.
Jornalero de profesión, desde muy joven se manifestaron en él sus inquietudes políticas. Con apenas veinte años, en el trienio bolchevista, es un activo militante y propagandista. Prueba de ello, son algunos artículos publicados en los rotativos Fuerza y Cerebro y Montilla Obrera, órganos de la Agrupación Socialista montillana, en los que manifiesta un carácter beligerante, cercano en estos momentos a las posturas terceristas, que ya no le abandonará en el resto de su vida política. También escribió en El Socialista y en El Sur.
En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, que traerán de la mano la II República Española, la coalición republicano-socialista resulta victoriosa en nuestro pueblo. Conseguirá 13 concejales frente a los 7 monárquicos. Con 247 votos, Antonio Cabello se convierte en edil, siendo nombrado segundo teniente de alcalde en la primera corporación republicana, constituida tres días más tarde, el 15.
A partir de este momento, desarrollará una destacada carrera política en la que, entre otros hitos, destacaríamos los siguientes:
1.- Su labor como dirigente del socialismo aguilarense: Llegó a presidir la Agrupación y el Sindicato de Obreros del Campo La Razón.
2.- Su función de movilizador de las masas socialistas. Valgan como ejemplos su faceta como orador en diversos mítines celebrados en la localidad (en dos de ellos actúa como presentador de destacados socialistas provinciales como Azorín Izquierdo, el doctor Romera, Gabriel Morón, Justo Deza, Fernando Vázquez o Martín Sanz) y su labor conduciendo a sus compañeros desde la Casa del Pueblo al salón de plenos del Ayuntamiento, donde se discutiría la moción que elevaría a José María León a la alcaldía a finales de julio de 1931.
3.- Su designación como vocal de la clase obrera en la primera Comisión de Policía Rural que se constituyó en Aguilar en septiembre de 1931.
4.- Su destacada presencia como líder ugetista provincial, que le llevará a ostentar la representación del sindicato socialista en la negociación y posterior firma de las bases de trabajo en mayo de 1932.
5.- Su nombramiento como vocal de la Junta Provincial de Reforma Agraria en abril de 1933.
Con ocasión del triunfo de las derechas en las elecciones legislativas de noviembre-diciembre de 1933, la carrera de Antonio Cabello, como la de la mayoría de los líderes obreros cordobeses, eclipsará. En septiembre de 1934, su casa es registrada por la guardia civil (junto a la Casa del Pueblo y de otros dirigentes socialistas) con la excusa de buscar armas. Un mes más tarde, será suspendido en su condición de concejal, medida que afectará al resto de los ediles socialistas y republicanos de izquierda.
Esta situación se prolongará hasta el mes de febrero de 1936 cuando, tras la victoria del Frente Popular en las elecciones legislativas, se reintegran a sus cargos todos los suspendidos. De este modo, vuelve Cabello a la corporación para, un mes más tarde, concretamente el 21 de marzo, ser nombrado miembro de la Comisión Gestora Provincial (Diputación). Precisamente, asiste a la última sesión celebrada por dicha institución el 17 de julio de 1936, lo que trae como consecuencia que el estallido de la sublevación le sorprenda en la capital.
Aunque no sabemos a ciencia cierta cómo vivió los primeros días del golpe, parece ser que fue detenido por orden directa de Cascajo junto al secretario del ayuntamiento de Aguilar, José María de Ciria. Ambos fueron trasladados al cuartel del Marrubial, de donde salieron para ser fusilados en los primeros días de agosto.
Como reconocimiento a tan destacado aguilarense, el Ayuntamiento otorgó su nombre a una de las calles de la nueva urbanización del Cerro.
Diego Igeño Luque