“… el campesino cordobés desdobla la rodilla y se alza pujante y magnífico, en alto los crispados puños; y absolutamente solo, sin el concurso ni la solidaridad del resto del proletariado español, casi todo en estado durmiente, traba porfiada refriega con sus patronos y les arranca en el primer asalto la concesión de su programa mínimo.”
Díaz del Moral.
“… los señores son dueños del sol, del aire, de la casa, del agua, de todo, por solo serlo de la tierra: con tal de satisfacer sus ambiciones no tienen inconveniente en condenar a los jornaleros a morir de inanición.” M. Cordero.
Antonio Cabezas Jiménez, nació en Aguilar de la Frontera el día 25 de Marzo de 1893. Hijo de Antonio Cabezas Conde y de María Francisca Jiménez Luque. En la calle San Cristóbal, en el número 60 Antonio dio sus primeros pasos y en ella paso su niñez y adolescencia.
De profesión jornalero, Antonio Cabezas, aprendió a leer y escribir muy pronto, algo inusual en la época, pues el analfabetismo alcanzaba el 80 por ciento de la población campesina, que no sabía leer ni escribir. Esta afición se convirtió rápidamente en verdadera pasión por la lectura y el aprendizaje, sintiéndose especialmente atraído por el estudio de la teología, con la cual toma contacto en los primeros años de seminario, al cual su madre y uno de los párrocos de Aguilar, le envían siendo aún muy joven.
Vino al mundo Antonio Cabezas, en un tiempo convulso y revuelto para el campesinado cordobés. Su infancia y juventud, sin ningún lugar a dudas se vieron marcadas por los vientos de agitaciones, reformas y revolución campesina en el que se vio envuelto el proletariado rural.
Años marcados por las calamidades, la explotación, la injusticia social y el hambre. Los salarios de miseria, las continuas peticiones de socorro de los ayuntamientos debidas a las continuas crisis del coste de vida (durante muchos años, hay constancia documental de innumerables peticiones de ayuda al Ministerio de la Gobernación en Aguilar de la Frontera), sin duda marcaran su carácter y su personalidad.
La conflictividad local, unida a la crisis del mundo rural y la situación de los jornaleros vivida de cerca por un adolescente (a comienzos de la década de 1890, Aguilar se situaba entre las localidades más conflictivas, ocurriendo en la misma sucesos revestidos de cierta gravedad. Debido al hambre y a la miseria, y tras la prohibición por parte de las autoridades de pedir limosna a mujeres y niños, se asaltaron los puestos de pan del mercado de abastos y al día siguiente, una gran muchedumbre ocupó la plaza principal del pueblo. Fue precisa y contundente la intervención de la Guardia Civil y la promesa explicita de la autoridad de acomodar a la muchedumbre en cortijos del término para calmar los ánimos) haría muy pronto mella en su sentido de la igualdad y la justicia, lo que lo llevara muy joven a tomar parte activa en los llamamientos primero ( en Aguilar, a consecuencia de tres meses de lluvias, fríos y escarchas, se ha hecho imposible la vida de los jornaleros que se lanzan a la calle en demanda de alimentos para sus pobres familias desmayadas) y después en las agitaciones campesinas más conflictivas de la época .
Durante estos años Antonio Cabezas vivió de cerca las crisis de 1906, 1907, 1909, la derivada de la gran guerra de 1914 y las calamidades de 1916. Las constantes huelgas en los pueblos vecinos Puente Genil y Montilla, así como las grandes huelgas generales de 1916/17. Durante estos años e influenciado por su padre, Antonio, abandona el seminario y vuelve a su oficio de jornalero.
Presencia el resurgimiento de las sociedades obreras y los centros obreros en Córdoba después de su largo letargo. De nuevo se crearon sociedades obreras de camareros y cocineros, de constructores de carruajes, de canteros, de tipógrafos, de dependientes de comercio, de engastadores, ferroviarios, zapateros, toneleros, confiteros, obreros del campo, marmolistas, forjadores, pintores, boteros, etc…
El día 29 de enero de 1913 se creó en Aguilar la sociedad “El Porvenir del Trabajo”, de ideología y predominio socialista, debido al influjo que en ella ejercieron las acciones de propaganda de los líderes socialistas Morón (Puente Genil) y Zafra (Montilla).
Con tan solo 20 años, Antonio Cabezas presumiblemente entro a formar parte de esta sociedad obrera, en la cual se impregnaría de la ideología socialista, ideología esta que le acompañaría durante toda su vida . .
Por esos años, Antonio Cabezas, contrae matrimonio con Teresa Arana Romero, (1915) y fija su domicilio en la calle Altozano, número 5. Del matrimonio nacerían cuatro hijos. Juan (Laurel), (Elio), José María (Amor) y Francisca Cabezas Arana (Libertad). .
A partir de 1917 y tras una relativa calma en los primeros años de la guerra europea, los efectos negativos de la contienda comienzan a sentir en la mayor parte de la sociedad española. Problemas de abastecimiento, especulación, carestía de las subsistencias básicas, todo ello genero una gran crisis que afectó a las capas sociales más pobres. El descontento político y social se acrecentó y de nuevo las agitaciones adquirieron un carácter revolucionario. En agosto de 1917, se declaró el estado de guerra en la provincia de Córdoba, el gobernador civil, entregó el mando a la autoridad militar, el general Chacón. Comenzaron las detenciones, registros y la vigilancia de muchos dirigentes obreros. Antonio Cabezas fue uno de ellos, registraron su casa y posteriormente estuvo sometido vigilancia policial debido a la huelga campesina que se realizó en octubre de 1917.( En Aguilar, se concentró un grupo de jornaleros en la plaza pública, para marchar hasta el domicilio del alcalde pidiendo un incremento del jornal hasta en 2,00 pesetas. El alcalde pidió consejo al teniente de la Guardia Civil Sr. García Doblas, quien le sugirió que contactara con los grandes contribuyentes. Más tarde, y después de nuevas concentraciones de obreros, los propietarios aceptaron incrementar el jornal en 7 reales y medio).
Durante los años 1917 y 1918, se sucedieron los conflictos obreros, las huelgas y con ellas la represión policial. El aumento de la conflictividad social comenzó a ser patente, cuando a finales de 1917, se levanta el estado de guerra.
A comienzos de año Gabriel Morón, inicia su campaña propagandística, con mítines y visitas a pueblos, entre ellos Aguilar, con la intención de crear sociedades obreras de tendencia socialista. Durante el mes de mayo, y acompañado esta vez de Francisco Zafra, ambos volvieron de nuevo a Aguilar, donde sentaron las bases para la creación y organización del movimiento obrero, muy activo por cierto en esos meses.
Durante el mes de junio y julio de 1918, se plantearon nuevas huelgas en Aguilar, esta vez en protesta y en rechazo por el trabajo al destajo.
Ese mismo mes de junio de 1918, se fundó la I Agrupación Socialista de Aguilar de la Frontera (para su inscripción en el Registro de Asociaciones se ha presentado el reglamento por el que se ha de regir la agrupación socialista de Aguilar… 12 de junio de 1918) .
La casa del pueblo donde se alojaron todas las agrupaciones y centros obreros fue adquirida a través de la concesión de un crédito, con el cual se pudo comprar el edificio de la fonda de “Las Flores”, donde estuvo instalada.
Antonio Cabezas Jiménez fue elegido primer presidente de la agrupación socialista, en su fundación participaron otros dirigentes históricos del socialismo local José Maria León Jiménez, Antonio Cabello Almeda, Antonio José Luque Cuenca y Antonio García Marques. En poquísimos meses, el número de socios se contaba por millares.
El primer acto celebrado por la nueva Agrupación fue una velada que tuvo lugar a principios de septiembre de ese mismo año: Eustaquio Josende, otro mítico dirigente socialista , habló de la evolución social de las razas; Antonio Reyes, hizo un recital poético y Francisco Romera, analizó el programa socialista, cerró el acto con su intervención Antonio Cabezas.(Con el fin de que el entusiasmo y el espíritu de asociación demostrado hasta hoy por los obreros de este pueblo ,no decaiga, sino que por el contrario, se acreciente cada día más, la directiva de esta Agrupación acordó organizar veladas, en las cuales se propaguen nuestros ideales entre la clase trabajadora…)
En julio, la Agrupación socialista edita y saca a la calle un periódico de tirada quincenal llamado “La Nave”.
El 19 de septiembre de ese año, la Agrupación socialista aguilarense y las juventudes republicanas organizaron una manifestación contra la crisis del trabajo y la carestía de las subsistencias la cual comenzó en la plaza de Santa María la Blanca recorriendo las principales calles de la población. Al finalizar la misma una comisión de manifestantes entregaron al alcalde un manifiesto con una serie de conclusiones:
– Abaratamiento de las subsistencias, secundando la campaña obrera de toda la nación.
– Solución a la crisis del trabajo.
– Iniciar obras públicas donde se conceda trabajo al mayor número de obreros posible.
– Inteligenciarse con la clase patronal a fin de que éstos, a su vez, hagan todo lo posible por evitar un conflicto con la clase trabajadora.
El 19 de octubre de 1918, la agrupación socialista organizó una huelga de campesinos. El día 7 de ese mes Antonio Cabezas pronunció un mitin desde el balcón de la sede socialista diciendo: … quien quiera ir al trabajo podrá hacerlo libremente, pero por el bien de todos es más recomendable seguir con la huelga hasta tanto no nos reunamos con los hacendados para estudiar con ellos un posible acuerdo. La huelga continuó, pues no se llegó a un acuerdo. El pueblo se mantuvo tranquilo y la Guardia Civil patrullaba las calles. Los patronos publicaron un panfleto refutando al comité de huelga, pero no lograron hacer desistir a los jornaleros. Por fin en la parte del día 8 Antonio Cabezas anunció que se había llegado a un acuerdo y esa misma noche quedo desconvocada la huelga. (Se ha solucionado hoy la huelga de los jornaleros de Aguilar. La comisión nombrada por los propietarios ha fijado los siguientes jornales: nueve reales en el ruedo, diez y medio quedándose de noche y once a los muleros. Estos precios han de regir hasta el 8 de diciembre próximo. Leída dicha proposición en el centro socialista, fue aprobada por mayoría, quedando por tanto desconvocada la huelga).
Ese mismo mes el día 19, se presentó ante el Gobierno Civil, el reglamento de las Juventudes Socialistas de Aguilar de la Frontera, que junto a un Grupo Femenino y la Agrupación Local, formaban el colectivo socialista de Aguilar. Las Juventudes Socialistas, tuvieron cierta actividad a lo largo del año de 1919. El día 17 de octubre, en una reunión se acordó la ruptura total con los partidos burgueses, la retirada total de Marruecos y se adoptó una primera toma de postura respecto al problema de la Internacional. (…nos adherimos a la Segunda Internacional, si se expulsa de ella a quienes la deshonraron con la guerra, en caso contrario, nos aproximaremos a la Tercera.)
La Agrupación Socialista, y las Juventudes Socialistas, tuvieron su sede social en la calle Cánovas del Castillo, 10.Su líder y secretario fue Mariano Navarro.
En el mes de Octubre de 1918, se celebró en Castro del Río en la sede del Centro Instructivo un Congreso al cual acudieron numerosas sociedades campesinas de la provincia,, Aguilar fue una de ellas. En ese congreso se tomaron acuerdos muy importantes, tales como la no aceptación del destajo, la creación de escuelas en los Centros Obreros, unas bases salariales mínimas , implantación de la jornada máxima de ocho horas y la protesta contra la exclusión del campesinado de la Ley de Accidentes de Trabajo.
El 14 de diciembre de 1918, se aprobaron las Bases de trabajo, para Aguilar de la Frontera, no sin antes celebrar diversas reuniones entre los propietarios y los jornaleros. Los acuerdos a los que se llegaron en esta última reunión fueron los siguientes:
1º Libertad de trabajo. El propietario podrá hacer en sus fincas las labores que estime oportuna, en la forma y modo que tenga por conveniente, sin limitación alguna.
2º Los jornales aprobados habrán de regir desde el día de hoy hasta el primero de marzo próximo, desde cuya fecha y para evitar huelgas, se deja al obrero sin jornal y a la agricultura sin sus labores, se tomará como base para señalar los nuevos salarios el promedio de los que resulten en vigor en los pueblos vecinos más importantes que éste: Montilla, Puente Genil, Lucena y Cabra.
3º En esta temporada, la salida de la casa para todas las faenas agrícolas será a la salida del sol, para estar en casa a la puesta del mismo, y descanso, los de costumbre.
4º Los muleros que deseen acomodarse por temporada quedarán en libertad de entenderse con el patrono.
5º En los acarreos de aceitunas, los muleros deberán conducir hasta tres caballerías, y el número de viajes, el establecido por las costumbres de cada finca y pago.
6º Las medidas de que se servirán serán de 16 celemines.
7º El precio de cada faena en los acarreos será aumentado a razón del 30 por 100 del año anterior, no detallando los viajes que corresponde a cada finca o pago, por ser conocidos de ambas partes o dejar libre el ajuste.
8º Los precios de los jornales quedándose de noche serán: 3,75 pesetas el jornal de un hombre en todas las faenas, el de la mujer 2,25, gañanes con bueyes,3,75 pesetas, muleros 3,87,injertadores y podadores,4,25.Al ruedo real y medio menos. En los molinos aceiteros no se alterará el orden del trabajo, y el jornal de cada obrero será de 3,75 pesetas.
Del 5 al 14 de diciembre de ese año 1918, se vuelve a plantear una nueva huelga campesina, donde se reclamaba una vez más el incremento de los salarios, la desaparición del destajo y la limitación a la libertad de contratar obreros de fuera de la población.
Entre finales 1918 y comienzos de 1919, tuvieron lugar huelgas de carácter revolucionario casi simultáneamente en muchos pueblos limítrofes, con importantes incidentes en Moriles, donde clausuró el Centro Obrero (8 detenidos presos en la cárcel de Aguilar) y Puente Genil, donde tras quince días de huelga se terminó con la detención del líder socialista Gabriel Morón, que también fue llevado a la cárcel de Aguilar.
En enero de 1919 se fundó la Sociedad de Oficios y Profesiones Varias “La Evolución” de Aguilar. Tras su fundación y en apenas un solo año llego a tener más de 2000 socios. Su tendencia fue socialista y estuvo adscrita a la Federación de Sociedades Obreras de Córdoba.
En el mes de Febrero se creó también una Cooperativa de Producción y Consumo, que se llamó “El Progreso”.
En el mes de Enero de 1919, se creó una Comisión para informar al Instituto de Reformas Sociales de las causas de la creciente agitación campesina en la provincia de Córdoba, para dar a conocer con todo detalle sus causas y sus posibles soluciones la Comisión recorrió los pueblos de la campiña cordobesa en que la situación creada por las huelgas había sido más crítica. A Aguilar de la Frontera acudieron los señores Mora y Bernardo de Quirós, quienes se reunieron con los patronos representados por los propietarios que componían la Sociedad de Labradores de la localidad. La reunión se celebró en el Casino de Aguilar, llamado “La Montera”, y a la misma acudieron los hacendados Francisco Calvo Rubio, Manuel Romero, Vicente Romero, Andrés López Arenas, Juan de Burgos, Manuel Jurado López, Carlos Carrillo, Ángel Alcalá, Juan López, Antonio Romero, Baldomero Luque y Manuel Aragón, en representación todos ellos de los grandes y medianos propietarios, puesto que los pequeños y medianos, se agrupaban con los obreros en el centro socialista.
Manuel Aragón atribuyó un carácter manifiestamente político al movimiento obrero pasado, y dijo que recuerda detalladamente que desde la pequeña huelga de primeros de octubre del pasado año, que se resolvió rápidamente con el aumento de medio real en los jornales, hasta la huelga de diciembre, que afectó incluso a las criadas y a las nodrizas, por imposición de los jornaleros del campo, y que vino a acabar aceptando estos jornales menores que los que ofrecieron los patronos en los preliminares de la huelga.
Baldomero Luque dijo que el problema agrario no es económico, sino de cultura y de autoridad. De cultura porque si la tuviesen los obreros, no seguirían a los que los inducen en contra de los propietarios y sus haciendas, dejándoles entrever que la tierra tiene que ser para el obrero que la trabaja y no para el que la posee. Así es que el obrero, que gana, desde hace ya algún tiempo lo que quiere, no gana el jornal, y las horas que trabaja lo hace de muy mala manera. Con frecuencia está parado y aspira a que se le dé el jornal por imposición pero sin trabajar, esperando que llegue la revolución que transforme la sociedad y los convierta a ellos en propietarios.
Lo mismo dijo odia el trabajo que a los patronos, de ahí el acuerdo por ellos tomado de abolir los destajos, porque de este modo queda en el campo gran parte de la cosecha de grano y aceituna, como ocurrió en el anterior verano y ocurrirá en este.
Si las predicaciones fueran con visto a un jornal alto, porque así lo demanden las circunstancia, pero sin obligación de dar completo el trabajo para producir, comprendiendo esto, sería un paso para acercarse a la solución.
Y es de autoridad, porque es indispensable que se respeta la libertad del trabajo, que esta atropellada a todas horas.
Autoridad que no permita que se hagan dueños de los puebles los malos trabajadores que se titulan obreros, como ocurrió en este y otros pueblos; aquí pusieron guardias a las fuentes para llenar.
Autoridad que no permita las predicaciones de odios y vilezas.
Autoridad que evite delitos como los cometidos este verano en algunos pueblos. ¿Remedio? Sindicatos conjuntos de patronos y obreros. Roturación de terrenos incultos obligatoriamente. Cajas de ahorros para obreros. Reforma de la Ley de huelgas, fijando un plazo de ocho días entes de efectuarse, porque es un crimen dejar a los niños sin nodriza y a los enfermos sin enfermeros. Retiros para la vejez, etc…
Francisco Calvo Rubio manifestó que el culpaba a los propietarios de todo interés de clase y de no haber sabido hacer nada en el pueblo, dejándole preparado para que las ideas de los agitadores se desenvuelvan rápidamente entre los jornaleros.
Gabriel Maldonado López se manifiesta en una posición intermedia, viendo en el problema un aspecto sedicioso y otro económico, aunque más marcado el primero. Insiste en el escaso rendimiento de la jornada obrera, pues si se exceptúa a los molineros de la aceituna, que trabajan hasta doce y trece horas, los demás no pasan de cuatro (sin embargo, se había dicho antes que en la aceituna no se admiten en Aguilar, los descansos o “cigarros”). Confía en que los mejores remedios son los que puede procurar la cultura de las clases populares.
Trasladándose después estos señores al Ayuntamiento, la Comisión escuchó a los representantes de los trabajadores, los señores Antonio Cabezas, Leoncio Bogigas, y Francisco Toro González.
Antonio Cabezas presidente de la Agrupación Socialista manifestó… si pudieran vencer la intransigencia de los propietarios de la tierra, propondríamos una información contradictoria sobre la cuestión agraria , pues por nuestra parte, estamos dispuestos a que las huelgas no se repitan, si se nos respetan nuestros derechos.
Leoncio Bogigas acusó de mala fe a los patronos, que han dado lugar a la segunda huelga, por incumplimiento explicitó del pacto relativo a la cuantía de los jornales.
Francisco Toro González dijo que el problema fundamental es la carestía de la vida. El obrero del campo de Aguilar, trabajando nueve meses al año, necesita para subsistir a sus necesidades básicas un jornal de 6 pesetas y 65 céntimos, para poder suplir así los largos meses de paro. La jornada de trabajo actual es de sol a sol, oscilando los descansos intermedios y el tiempo empleado en recorrer la distancia de ida y vuelta que separa la tierra, entre cinco y nueve horas de trabajo útil para el patrono, según las estaciones. No queremos el destajo porque disminuye el número de trabajadores, envilece el precio de los salarios y agota además a quienes a él se prestan. De igual forma el emplear trabajadores forasteros es el instrumento del que se valen los patronos para la reducción de los jornales.
El día 19 de Marzo del 1919, se convocó una huelga general en toda la provincia de Córdoba. La conflictividad persistió en muchísimas poblaciones. Se cerraron barberías, comercios, zapaterías, etcc .. La duración y extensión de la misma persistió a lo largo de toda la primavera de ese año. A finales de marzo, el Gobierno suspendía las garantías constitucionales en todo el país. El ejército salió a la calle.
En plena primavera, se iniciaron una gran cantidad de manifestaciones para conmemorar el primero de Mayo. En Aguilar se organizó una manifestación, que juntamente a los de Montilla, terminaron encontrándose en la carretera. La tensión fue subiendo a lo largo de todo el mes de mayo. En Montilla, el día 17 ocurrieron graves sucesos al no ser autorizado un mitin, que se saldaron con un muerto y cuatro heridos.
Ante esta situación el gobernador militar Francisco González Uzqueta y Bénitez, proclamó el estado de guerra el día 29 de mayo de 1919. El otoño de 1918 y la primavera de 1918 fueron de lucha incesante en los campos cordobeses. Desde 1874 a 1923 se suspenderían 17 veces las garantías constitucionales observándose una sucesión cada vez más rápida de las suspensiones a medida que la situación se hace más crítica. Durante el tríenios suspenden cuatro veces las garantías en todo el país y se declara el estado de guerra otras tantas veces. Los centros Obreros fueron clausurados, lo que no impidió que ni aniquiló el movimiento obrero. Unidos y solidarios en un común ideal celebraban mítines en el campo, a espaldas de las autoridades.
Comenzaron de nuevo las detenciones, la represión, el encarcelamiento y la deportación de los dirigentes obreros. Antonio Cabezas Jiménez, fue detenido y puesto en libertad muy pronto. Muy posiblemente fuese uno de los 20 presos que se encontraban en la cárcel de Aguilar en la visita que Largo Caballero hizo a esta cárcel en el mes de junio, procedente de Puente Genil y con objeto de observar de cerca el problema agrario y el agravamiento de los conflictos entre los patronos y los jornaleros.
A comienzos de agosto de nuevo comenzaron las agitaciones y las huelgas en Aguilar en demanda de las Bases de trabajo. Hubo 9 detenciones, pero las bases se aprobaron.
En el mes de diciembre se creó otra nueva Sociedad, esta vez de Zapateros.
El año 1919 se marchaba con un nuevo conflicto agrario en Aguilar. En el mes de diciembre a finales, la Agrupación socialista organizó una nueva huelga, liderada por Antonio Cabezas Jiménez, a la misma acudieron miles de manifestantes. Antonio Cabezas, debido a su relativa facilidad dialéctica y oratoria era un líder en el más amplio sentido de la palabra. Su decisiva implicación en los acontecimientos y su entrega total y absoluta a la causa hacia que las masas le siguiesen fervientemente allá donde él las dirigía.
En esta ocasión la manifestación se organizó en protesta por la contratación de trabajadores forasteros en la recogida de aceituna. Previamente te intentó llegar a un acuerdo, pero las negociaciones se rompieron al negarse los patronos a establecer cualquier tipo de garantía para cumplir el acuerdo pactado.
Comenzó en los Eucaliptos, se concentraron en la salida de la carretera de Puente Genil, prosiguió en dirección a la Calle Ancha, y a su llegada al Llano de la Cruz los manifestantes, a la cabeza de los cuales se encontraban los dirigentes socialistas y entre ellos Antonio Cabezas fueron asaltados por la Guardia Civil de Aguilar y una compañía de caballería al mando de un teniente, provenientes de la capital. Estos refuerzos habían sido enviados por orden del Gobernador Civil, con objeto de que dicha manifestación se disolviese.
Los manifestantes después de la primera carga de caballería, volvieron a reorganizarse y de nuevo continuaron su marcha. El teniente de la guardia civil con fuerzas a caballo y a pie insto a que se disolvieran; los obreros respondieron gritando, pero no se disolvieron. De nuevo se insta a la disolución de la manifestación, sin resultado positivo. Entonces las fuerzas de caballería de nuevo volvieron a cargar contra los jornaleros, logrando romper el frente de la manifestación, penetraron en el interior de la misma. Los jornaleros, desorganizados, corrieron cuanto pudieron, pero a los gritos de Antonio Cabezas, volvieron a agruparse y de nuevo marcharon en manifestación.
El teniente, manifestó que no volvería a consentir aquello, y que o se disolvían o sus hombres abrirían fuego. Así fue, no tuvieron escrúpulos en abrir fuego contra civiles desarmados. Los manifestantes gritaban. Se escucharon disparos. El jornalero Manuel Carreras Barranco resultó muerto. Hubo varios heridos por arma de fuego. Entre ellos se encontraba Antonio Cabezas, que resultó herido por una bala en un pié.(Esta herida le costaría años más tarde la vida).
De nuevo la caballería cargo contra los jornaleros indefensos, los jornaleros huían por las calles adyacentes, muchos de ellos se parapetaron para hacer frente a las fuerzas de la guardia civil. Antonio Cabezas herido buscó protección y refugio en una de las casas contiguas. Los civiles le buscaban a él. Comenzaron a registrar las casas una por una, hasta que lograron localizarlo, cuando se disponía a escapar, lo detuvieron.
Los jornaleros después de la confusión inicial, buscaban a su dirigente. Este fue llevada a presencia del teniente de la Guardia Civil y tras conversar con él, se dirigió a una de las tapias que rodean el Llano de la Cruz, y con la alpargata ensangrentada del pie herido en la mano izquierda, y su gorra en la mano derecha, se dirigió a los manifestantes, haciendo un gesto, un ademán y la gente tranquilamente te disolvió. Todos marcharon a sus casas. La manifestación termino. El teniente de la guardia civil, al ver lo ocurrido exclamó…tiene cojones que un tío, con una gorra y una alpargata, tenga más poder que yo con todas las armas que tengo.
Antonio Cabezas fue detenido y enviado preso a la cárcel de Córdoba, donde permaneció hasta finales de Marzo de 1920 que fue puesto en libertad provisional. ( Ha sido puesto en libertad provisional nuestro compañero Antonio Cabezas, que estaba preso en la cárcel de esta capital y procesado por la jurisdicción militar. El compañero Cabezas fue detenido y encarcelado por haber presentado una denuncia por abuso de fuerza armada en los sucesos ocurridos en Aguilar de la Frontera, de cuyo asunto se ha ocupado nuestra minoría en el Parlamento. Celebraremos que la libertad provisional de nuestro querido compañero se convierta en definitiva, pues lo creemos de justicia).
Gabriel Morón seria también detenido de nuevo en Puente Genil en junio de este mismo año, el día 4 y llevado a la cárcel de Aguilar.
El secretario de las Juventudes Socialistas y concejal Mariano Navarro, fue interrogado por la Benemérita y sufrió también maltratado de palabra y obra por la Guardia Civil, al defender al detenido Gabriel Morón Díaz y manifestar su desacuerdo con la condena que se le impuso.
Llegado el mes de Mayo de ese año, de nuevo volvieron a sucederse una serie de conflictos, derivados de las negociaciones para firmar las Bases de Trabajo. Llegada la vendimia de ese año seguía la conflictividad debido a la queja de los jornaleros por el incumplimiento patronal de las Bases de Trabajo firmadas con anterioridad para ese mismo año. Estos incumplían las condiciones de trabajo y los jornales pactados, por lo que se vieron obligados a denunciarlos ante el Gobernador Civil, que inmediatamente ordeno al alcalde que investigara las denuncias y que tomara nota de los patronos que incumplían las Bases.
La sociedad de Oficios “La Evolución” sufrió a finales de este año un declive , debido a sus numerosas dificultades, que mermaron su capacidad de acción, muy activas desde su creación. Una de esas dificultades fue la económica. El propietario del local donde se ubicaba su sede, el Sr. Ayuso, le reclamó las deudas que se le adeudaban.
Antonio Cabezas le denunció ante el Comité Nacional de la Unión General de Trabajadores y propuso para saldar la deuda pedir ayuda al Sindicato Minero de Asturias, cosa que aceptó el comité.
En noviembre, de nuevo volvieron a suscitarse conflictos por el mismo asunto, los salarios y las condiciones laborales. De nuevo, persecuciones y encarcelamientos.
Antonio Cabezas, aún no restablecido de la herida por arma de fuego sufrida en el píe y sintiéndose perseguido y acosado por la Guardia Civil, busco refugio en uno de los registros realizados para encontrarlo, en una de las pahuelas que en los cortijos y las casillas se colocaban en el interior de las chimeneas para colgar la ropa mojada y al calor del fuego poder secarla. Su argucia le salvo del arresto, pero al romperse la pahuela que le mantenía colgado en el interior de la chimenea, cayó al suelo con tan mala suerte que la herida del pie se le agravó convirtiéndose desde ese momento en el objeto de todas sus desgracias.
Muy posiblemente la casilla “Morita” fuese el lugar donde Antonio Cabezas sufrió tan lamentable accidente, en los linderos del término municipal de Aguilar y Puente Genil, junto a la finca de los Zurianos, en el pago conocido por “Los Arenales”.
Los socialistas de Aguilar no lograrían tener concejales en el Ayuntamiento hasta el año 1920. Este año obtuvieron 5 concejales, siendo el pueblo con mayor presencia socialista en el ayuntamiento de toda la provincia de Córdoba después de Montilla.
A Comienzos de 1921 sería nombrado alcalde de Aguilar Rafael Aparicio de Arcos, que sería el último alcalde de la restauración. Ese año fue de una prolongada crisis derivada de la escasez de aguas, la plaga de langostas y la falta de trabajo, que agudizó si cabe aún más el problema de los jornaleros. Las cifras del paro eran cada vez más terribles.
Ese año solo un socialista obtendría la condición de concejal, Antonio García Márquez, frente a 6 demócratas, 1 conservador y 1 republicano.
La Agrupación socialista mantendrá su continuidad, y el socialismo seguirá teniendo un auge constante en la localidad de Aguilar, hasta el golpe de estado de 1923. Entre 1918 y 1923, el socialismo de Aguilar de la Frontera, vivió una de las etapas más intensas desde su fundación.
El 13 de septiembre de 1923, se produjo el golpe de estado del general Primo de Rivera, que vino a derribar el régimen de la Restauración y a implantar una Dictadura, que se prolongó hasta principios de 1930.
La conflictividad social disminuyó de modo evidente durante la dictadura, se endureció la acción policial y la contundencia de las nuevas autoridades. La política social emprendida mejoró en parte la vida de los obreros , en concreto en Córdoba, estas mejoras sociales y económicas afectaron más al medio urbano que a la provincia y al medio rural.
Desde septiembre de 1923 a diciembre de 1929, solo se registraron 12 huelgas, y casi todas ellas en la cuenca minera del norte de Córdoba. La provincia vivió una tranquilidad social casi desconocida.
El agravamiento progresivo de la herida del pie, hizo que Antonio Cabezas, cayera gravemente enfermo, lo que le llevó a apartarse definitivamente de la política y del movimiento obrero en los últimos años de su vida durante los cuales junto con algunos otros compañeros abandonan Aguilar y entran a formar parte de la Agrupación local socialista de Puente Genil, consiguiendo incluso el cargo de concejal de festejos en la corporación municipal de dicha población .
Un largo deambular a través de clínicas médicas, un doloroso y largo proceso de deterioro en su salud, pondrá fin a su vida a comienzos del año de 1932 en Puente Genil, no sin antes haber tenido plena conciencia de la llegada de la II República, y de la victoria de las izquierdas en las elecciones del día 12 de Abril de 1931 y del nombramiento de su amigo José María León Jiménez, como primer alcalde socialista en la historia de Aguilar de la Frontera, el día 30 de julio de 1931. Aún a pesar de su mermada salud, llegada estas fechas, Antonio Cabezas, fue suficientemente informado y pudo ver cumplido el mayor de sus sueños.
Su muerte, es todo un enigma. Tolo lo que la rodea es incierto. Nada se sabe del lugar donde inhumaron su cuerpo. No quedo constancia documental de su muerte, ni en Aguilar ni tampoco en Puente Genil. La familia jamás supo donde sepultaron su cadáver. La búsqueda de alguna pista aún hoy después de tantos años continua.
Con la publicación de esta parte de su vida, solo pretendo, sacarla a la luz pública y efectuar un acto de reconocimiento a la vida de este aguilarense, considerado el primer y principal líder histórico de la acción obrera y del movimiento social en Aguilar de la Frontera.
Antonio Cabezas Jiménez “Cabecitas” , constituyó un ejemplo de honestidad y fidelidad a una causa y a unas ideas. Mantuvo durante toda su vida un compromiso firme por trabajar en la mejora económica y social de las clases modestas más desfavorecidas, al mismo tiempo que infundió la idea de reivindicar para ellos la igualdad, la educación y la cultura.
Con su muerte el partido Socialista Obrero Español y la Agrupación Socialista de Aguilar de la Frontera, perdieron un líder indiscutible, una persona insustituible, un compañero excepcional, un hombre íntegro en sus ideales, que murió y vivió, luchando por crear un mundo más libre y más justo.
Su ejemplo de lucha, de sacrificio, de valentía, aún permanece en el recuerdo de los que le conocieron.
“ Hemos de disponer de hombres capaces de sacrificarse por las masas…”
A. Cabezas.