Aguilar de la Frontera calle a calle (11)

 Autor: Antonio Maestre Ballesteros

   CALLE CERRILLO

 Para situar el origen de esta calle debemos remontarnos a la época Medieval, y más concretamente al siglo XV, ya que cómo conoceremos el paraje donde se asienta fue donado por del rey Fernando III a uno de sus vasallos por la participación de éste en la captura de Boaddil, el rey chico de Granada. Con toda probabilidad se trata de una de las primeras calles que se delimitaron en el exterior Sur del recinto amurallado, en un periodo cronológico que podemos situar en el último tercio del citado siglo.

                Su trazado arranca enla Placilla Viejacon dos tramos claramente diferenciados  por la angostura del primero y anchura del segundo, indicando esta circunstancia que su alineación se produjo en periodos de tiempo distintos, correspondiendo el más primitivo al que asciende desdela PlacillaViejay el más moderno al que se prolonga hasta la calle San Roque. Franco y Areco   la describió así:

La del Cerrillo cuya carrera es la misma que hoy toma, con la diferencia de comunicarse con la anterior (Moralejo), por una anchura que hoy ocupa el convento de las Descalzas[1]. 

El dato pone de relieve un hecho que alteró considerablemente el último trayecto de la calle, como fue la construcción del convento de las Carmelitas Descalzas entre los años 1668-1671[2]. Este edificio obturó el final de la calzada obligando a variar la conexión con la del Moralejo.

Entre las primeras pavimentaciones que se le realizaron hemos datado la llevada a cabo en 1646: 

En este cabildo dicho Juan González presentó otro memorial de sesenta y ocho reales del gasto que se hizo por el Consejo en la arena que se echó en la calle del Cerrillo por a vez muy mal paso en ella[3]. 

Por ese tiempo presentaba ya completado el parcelario de casas y edificios, y en ese mismo año se realizó un nuevo empiedro: 

La Peña pidiose le de libranza de trescientos y setenta y cinco reales que gastó el dicho Consejo con su mayordomo en el empedrado que el año pasado de seiscientos cuarenta y seis se hizo en la calle del Cerrillo de esta villa que comenzó desde la esquinas de la plazuela hasta llegar a las casas de los licenciados Fernando Gómez Domínguez y su hermano……[4]. 

 Los datos más remotos que registran los padrones avalan la existencia de un total de cuarenta y cuatro vecinos en 1651[5]. Esta documentación pone de relieve una constante en la evolución de la calle durante esos siglos como fue el elevado nivel social de la mayoría de sus vecinos. A mediados del siglo XVII aparecen inscritos dos hijosdalgo, Juan Martín Melero y Alonso Fernández Gálvez[6].

 Durante la segunda mitad de la centuria son numerosos los clérigos y presbíteros que tuvieron morada en ella, destacando Diego Rodríguez de Velasco, uno de los personajes más sobresalientes en la devoción Inmaculista en Aguilar[7]. Otros vecinos con apellidos de notoriedad fueron: Valle Buenosvinos, Chica Varo, Valenzuela Berral, etc. En el padrón de habitantes de 1692 aparece censado un tal Juan de Quesada, francés, viviendo en el horno nuevo[8], lo que corrobora que en la calle existió desde muy antiguo un horno de pan que debió de renovarse por esos años. 

Un análisis comparativo de la composición social de los vecinos en el transcurso del siglo XVIII refleja que un número importante de ellos pertenecían a la elite económica local, cómo herederos de los linajes asentados en este lugar en el siglo anterior, hecho que condicionó la estética de muchas de las fachadas de la calle al ser estas familias las que levantaron las casas palaciegas que se mantuvieron en pie hasta mediados del siglo XX. A este grupo hay que sumar los vecinos que, por cargos y oficios ejercidos en el Gobierno local, formaron parte también de la elite social de la población. Así lo refleja el padrón de habitantes de 1730: 

NOMBRE OFICIO
Benito Avilés Síndico de la Santísima Trinidad
D. Antonio Barrero Valera Alcalde Mayor
D. Pedro del Villar Guarda Mayor de Campo
D. Diego de Vida Apreciador de heredades
Cristóbal de Soto Músico
D. Pedro Panadero Presbítero
Francisco León Alejo Procurador
D. Juan de Toro Capitán Médico
D. Andrés Arrepiso Alcalde del Castillo
D. Juan de Herrera Hijodalgo
D. Roque Antonio Sánchez de Rivera Corregidor

                           AMA. Padrón de Habitantes 1730. Leg. 208. Elaboración Propia 

Esta preeminencia se mantuvo a lo largo del siglo contabilizándose en los censos  varios vecinos que ostentaron el título de hijosdalgo. En 1783 se llegaron a registrar hasta seis familias con esta distinción:

 

D. Petronila Dávila Hija de Caballero Hijodalgo
D. Manuel del Valle Becerra Caballero Hijodalgo
D. Ventura del Valle Hija Caballero Hijodalgo
D. Timotea de Harnao Viuda de Caballero Hijodalgo
D. Eugenia de Castro Viuda de Caballero Hijodalgo
D. Juan de Tíscar Caballero Hijodalgo

                             AMA. Padrón de Habitantes 1783. Leg. 209. Elaboración Propia 

También fue común la presencia de vecinos que ejercieron uno de los oficios más relevantes de la época, cómo era el de escribano. Desde finales del siglo XVII se acreditan como tales: Alonso Lucena Labrador, Joaquín Noveli, Alonso Pareja, Manuel López Berrio, y Ramón de Millar Cuellar.

Durante el último tercio del siglo XVIII contaba con treinta y cinco casas, y en ellas moraban un total de cinco caballeros hijosdalgo, coincidentes con apellidos cómo: Dávila, Gutiérrez, Valenzuela, etc. El padrón de habitantes de 1789 refleja una presencia importante de vecinos vinculados por sus oficios al templo parroquial:

 

NOMBRE OFICIO
Miguel de Lora Maestro de primeras letras
Gabriel Guerrero Músico con dotación
D. Pascual Erchih Vicario de las iglesias de esta villa
D. Diego Fernández Sochantre dotado
Casa Mesón  
Manuel Machado Hospedero de la Santa Bula
Casa Cochera  
D. Francisco de Toro Padre de Menores
Juan Coronel Capellán
D. Andrés Fernández Abango Administrador de Tabaco
D. Francisco Muñoz Presbítero
D. Pedro Joaquín Blanco Presbítero
D. Ramón de Milla Cuellar Escribano público numerario

                          AMA. Padrón de Habitantes 1789. Leg. 209. Elaboración Propia 

Con la llegada del siglo XIX se produjo un incremento del número de inmuebles contabilizándose un total de treinta y nueve en 1819[9]. El padrón de ese año aporta varios datos muy interesantes para verificar la existencia, desde siglos atrás, de dos edificios singulares:la Posada o Mesón que ya registramos en padrones del siglo XVIII,  y el horno nuevo que aparece reflejado en 1692, y que sustituyó a otro más antiguo que existía ya en el siglo XVI. Otro inmueble singular del primer tramo de la calle durante el primer tercio del siglo XIX fue la denominada “Casa Cochera”, edificio que correspondía al granero y cuadras de la casa señorial situada en la calle Arrabal, propiedad de los Claverías.

Entre las familias más notables que habitaron en la calle durante las primeras décadas de este siglo destacaba la formada por el lucentino Antonio Ramírez de Arellano y la aguilarense Josefa Gutiérrez de Salamanca y Pretel. De este matrimonio nació, en 1814, Carlos Ramírez de Arellano y Gutiérrez, notable político y escritor cordobés del siglo XIX. A mediados de la centuria se produjo un intento de tapiar la calleja existente entre la calle Molinos y Cerrillo. La iniciativa corrió a cargo de Rafael Arcos y Demetrio Claverías, quienes que se dirigieron al Ayuntamiento en estos términos: 

 Se dio cuenta de una instancia de Don Rafael Arcos y Don Demetrio Clavería en la que pedían se le concediera la propiedad de la calleja sin nombre cita en la calle Cerrillo y calle Molino apoyando su solicitud en que está convertida en cloaca pública siendo a al vez un sitio de exposición por no tener casa ni puerta alguna, ofreciendo utilizarla en edificar en ella: el ayuntamiento enterado acordó acceder a esta instancia previo el respectivo expediente y autorización del Gobernador Civil de la provincia.[10] 

A pesar de la autorización expresa del Ayuntamiento, no debió lograrse la del gobernador, ya que las obras no se ejecutaron,  y así lo acredita la existencia actual de la callejuela. Como conoceremos más adelante, ésta se denominó en tiempos pasados como calleja Alta o Altilla[11].  

Entre las numerosas personas que residieron en la calle Cerrillo en el transcurso del siglo XIX y alcanzaron notoriedad social, podemos citar a Manuel Gutiérrez Pretel, nombrado alcalde Constitucional en 1836[12]. Durante la segunda mitad el siglo decimonónico llegó a contar con doscientos treinta y seis vecinos[13], y en algunas de sus casas se establecieron diversos servicios públicos relacionados con la hospedería, la educación y la seguridad. En esos epígrafes se situaba la Posada que en 1831 regentaba Francisco Jiménez Pintado[14], unas escuelas de primeras letras, y el  primer Cuartel de la Guardia Civil que se instaló en Aguilar, en 1863, situado en la casa número 39[15]. La numeración de las viviendas alcanzaba en 1860 del 1 al 55 y del 2 al 28[16].

 Durante este periodo se produjo una devaluación en el estatus social de los vecinos, asignándose un número importante de ellos en los catálogos profesionales más populares. Aún así, era notable la presencia de hacendados y propietarios descendientes de los linajes burgueses que la habitaron en siglos atrás. Entre los oficios más comunes se datan numerosos jornaleros; muleros; herreros; alfareros; albañiles; etc. También es destacable la crecida presencia de profesiones liberales: maestros; médicos; músicos; abogados, etc.

Hijo de músico y músico de profesión fue, Manuel Belmonte Estepa, nacido en la calle Cerrillo en 1852, aquién le cupo el honor de ser el primer alcalde de Aguilar en el siglo XX[17]. También nació en esta calle, en 1868, José Joaquín Zurera, un prestigioso abogado que desarrolló varios cargos profesionales en el Ayuntamiento, y cuya meritoria labor le valió para que, tras su muerte, acaecida en 1903, se rotulase a la calle Cerrillo con su nombre.

La propuesta del cambio de nomenclatura la presentó el por entonces concejal, Narciso Carretero López, vecino también de la calle Cerrillo, quien ya había ocupado la alcaldía durante las últimas décadas del siglo XIX.

 “El concejal don Narciso Carretero López, interpretando los sentimientos de este Municipio con motivo de la temprana muerte del que fue su abogado consultor don José Joaquín Zurera Varo, acaecida el día dos de este mismo mes, propuso al Ayuntamiento que con el fin de perpetuar la memoria de tan notable y joven jurisconsulto, que supo granjearse el general aprecio de todos sus convecinos, por las relevantes cualidades y porfía, se sirviera acordar que el nombre de “Cerrillo” que hoy lleva la calle en que nació, sea sustituido por el de “José Joaquín Zurera”, y considerando los Señores concurrentes que lo propuesto por el Señor Carretero López, revela un acto de justicia hacia aquel que en vida por su clase y poco común talento, demostrado una y mil veces durante el tiempo en que honró los escaños de esta Municipalidad, ejerciendo el cargo de concejal electo, fue la admiración de cuantos tuvieron ocasión de tratarlo, por unanimidad y aclamación acordaron: que la calle llamada hoy del Cerrillo se llame en adelante “José Joaquín Zurera”, y que por la alcaldía se disponga la adquisición del azulejo que contenga el expresado nombre y su colocación en ambos extremos de dicha calle[18].    

Con este nombre aparece en el padrón de edificios y solares de 1928, contabilizándose treinta y ocho casas, entre cuyos propietarios se reflejan apellidos vinculados a este lugar desde siglos atrás:

NÚMERO EDIFICIO PROPIETARIO
 Nº 1 Manuel Doñamayor Tíscar
 Nº 3 Tomasa Carretero Expósito
 Nº 5 Francisco García Cosano y otros
 Nº 7 Juan Gálvez Escribano
 Nº 9 Cirico Villar Albornoz
 Nº 11 Ricardo León Bérchez
 Nº 13 Dolores Aguilar Pino
 Nº 15 Rafaela Lucena González
 Nº 17 Manuel Llamas Arjona
 Nº 19 José Valle Burgos
 Nº 21 Concepción Jarabe Morales
 Nº 23 Francisco Maestre Urbano
 Nº 25 Francisco Cuenca
 Nº 27 Remedios del Pino Olmo
 Nº 29 Eustaquio Rey
 Nº 31 Trinidad Lucena
 Nº 33 María Jesús Machado
 Nº 35 Pilar Moreno Gómez
 Nº 37 Ricardo Aparicio Aparicio
 Nº 39 Eduardo García Conde
 Nº del 41 al 45 José Armando Patrán Canepa
 Nº 47 El mismo
 Nº 49 José Pérez Leiva
 Nº 51 José María Toro González
 Nº 53 Alejandro Pulido
 N 4 Herederos de José Joaquín Zurera
 Nº 6 Teresa Toro González
 Nº 8 José Rafael Zurera Varo
 Nº 10 Antonio Mª y Francisco Luque
 Nº 12 Francisco Javier Maldonado
 Nº 14 Manuel Zurera Varo
 Nº 16 José Rey Josende
 Nº 18 Javier Llamas Pérez y otros
 Nº 20 Eduardo Iglesias Portal
 Nº 22 El mismo
 Nº 26 Juan López Llamas
 Nº 28 José Armando Patrán Canepa

                               AMA. Padrón de Solares y Edificios 1927. Leg. 471. Elaboración Propia 

Durante el primer tercio del siglo sólo se registra una actividad comercial o industrial, correspondiente a la fábrica de jabón que instaló en la casa número 7, Pablo Núñez Álvarez[19]. Entre los vecinos con profesiones más destacadas se cita a Ricardo León Bérchez, quien ejerció de maestro de obras del Ayuntamiento, y al músico, Emilio Lloret García, conocido popularmente como “El Maestro Bulili”, reorganizador de la Banda Municipal de Música. En 1960 acontecieron dos hechos destacados en el devenir histórico de la calle: la apertura del Cinema Victoria por iniciativa del empresario  Diego Pérez Jiménez,  y la instauración de la Veladilla de San Roque, cuyo promotor fue Manuel Llamas Luque, vecino y concejal de festejos del Ayuntamiento durante varias décadas, quien llegó a ocupar la alcaldía algunos meses de 1978[20]. Oriundos y vecinos de la calle son también el escultor e imaginero, Ricardo Llamas León, artífice de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario -Cotitular dela Hermandad dela Veracruz  de Aguilar-, y el joven Antonio Urbano Albalá, tallista, dorador, y escultor.

El 25 de mayo de 1979 se acordó reponerle la primitiva nomenclatura de  Cerrillo, nombre que mantiene en la actualidad. En la década de 1980 se inició un proceso de transformación arquitectónica que conllevó la desaparición de los notables caserones y palacetes que habitaron los linajes de la nobleza local. Entre los vecinos más significados durante las últimas décadas del siglo XX cabe citar a Carmen Flores Jiménez, primera alcaldesa de Aguilar.   

 

                                      DATOS NOMENCLATURAS

 

CALLE CERRILLO CAPOTE: aunque popularmente siempre se le ha conocido como calle Cerillo,  y así aparece en los padrones conservados en el Archivo Municipal desde 1651, los documentos y protocolos del siglo XVI y XVII la registran como “Cerrillo Capote” 

para que para ella misma pueda comprar unas casas de Benito de Carmona en la calle del Cerrillo Capote que alindan con Alonso Martínez y Juan de Carmona, hijo de Cristóbal Ruiz de Carmona….[21] 

Franco y Areco revela que este nombre corresponde al segundo apellido de Ruy González Capote, progenitor de Diego García, al que le fue entregado el paraje en donación Real durante el siglo XV, 

           Tomó su nombre de Ruy González Capote, al que don Diego García, su hijo, la dio en heredad el Rey Católico por sus servicios como soldado en la acción que motivó la prisión del Rey Chico de Granada, Boaddil, acaecida en 1483[22]. 

Está plenamente justificado que durante esos siglos el nombre de la calle se reflejase completo, ya que por ese tiempo existía en el pueblo otra calle denominaba Cerrillo, aunque esta última, tal como conoceremos al tratar la calle Desamparados, se nombraba Cerrillo dela Cruz.   

 

CALLE JOSÉ JOAQUÍN ZURERA: José Joaquín Zurera Varo nació en el número 8 de la calle Cerrillo en 1868. Fue hijo de José María Zurera Albalá y Rosa Varo Estrada. Se licenció en Derecho. En 1881 ingresa en el Ayuntamiento como auxiliar de secretaría con un sueldo de600 pts. Ocupó, además, el cargo de Procurador Síndico del Ayuntamiento -título que ostentaba en 1897-, distinguiéndose en la defensa que hizo del pleito que mantuvo el Ayuntamiento conla Fábrica Carbonellpor el uso indebido que realizaba del agua dela Fuentede las Piedras. Murió el día 2 de febrero de1903 alos 35 años de edad.                                   

[1] FRANCO Y ARECO  J. de. D. Museo Genealógico…, P. 19.

[2] PALMA VARO  José. Apuntes Para…, p. 343.

[3] AMA. Acta Capitular 7 marzo 1646, Leg. 90.

[4] Ibidem. 21 febrero 1647, Leg. 91.

[5] AMA. Padrón de Habitantes 1651, Leg. 208.

[6] Ibidem.

[7] Se trata de una de las personas que más se destacaron en la construcción de la capilla dela Inmaculada de la parroquia del Soterraño, además de dotar los cultos que se celebraban en el mes de diciembre a dicha advocación.

[8] AMA. Padrón de Habitantes 1692, Leg. 208.

[9] Ibidem 1819, Leg. 209

[10] AMA. Acta Capitular 22 de enero 1866, Leg. 132

[11] El trayecto de esta calleja comunicaba originariamente las calles Nueva, Molinos, Cerrillo y Arrabal. Tras obturarse los tramos de la calle Nueva a la calle Molinos y el de la calle Cerrillo a la calle Arrabal, tan solo se ha conservado el que une las calles Molino y Cerrillo.  

[12] AMA. Padrón de Habitantes 1839, Leg., 220.

[13] Ibidem. 1870, Leg. 223.

[14] AMA. Cuentas de Propios 1831, Leg. 386.

[15] AMA. Padrón de Habitantes 1863, Leg. 221.

[16] Ibidem. 1860, Leg. 220.

[17] Manuel Belmonte Estepa fue alcalde de Aguilar desde el 1 de enero del año 1900 al 6 de abril del mismo año. Datos facilitados por Diego Igeño Luque, archivero y cronista de la ciudad.  

[18] AMA. Acta Capitular 5 febrero 1903. Leg. 141.

[19] AMA. Padrón  de la matrícula dela Contribución Industrial 1933, Leg. 483.

[20] MAESTRE BALLESTEROS  Antonio – IGEÑO LUQUE. Diego. Alcaldes y vida política…,

[21] AHPC. Oficio 1, Alonso Jurado, 5 julio 1622, Sig. 6052.

[22] FRANCO Y ARECO,  J de D. Museo  Genealógico …, p. 19

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